En junio del 2023 mucho se habló mucho sobre las Normas Oficiales Mexicanas (NOMS) relacionadas con la práctica de la medicina. Esto debido a que en el Suplemento del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad de 2023 se propuso la cancelación de diversas NOMS relacionadas con la salud. Hasta el día de hoy tenemos la incertidumbre de qué va a suceder con esas normas. Se proponía cancelarlas, otros preferían actualizarlas. Casi nadie las defendía como son ahora. Lo malo es que ni se cancelaron ni se actualizaron, todo quedó igual.
La NOM de diabetes (NOM-015-SSA2-2010, Para la prevención, tratamiento y control de la diabetes mellitus), es una de las que se querían cancelar, tiene más de 10 años. Yo no sé qué sea más negligente; si seguir la norma o ignorarla. En el momento crítico (junio 2023) nadie defendió a esta pobre NOM tan viejita. Lo malo es que ni se canceló, ni se actualizó, nos quedamos con la NOM que nadie quería. Me parece que tuvimos el peor resultado. Las NOMs son de observación obligatoria; pero, si un médico sigue al pie de la letra la NOM de diabetes actual, no creo que sus pacientes estén recibiendo atención de calidad idónea como lo establece el artículo 51 de la Ley General de Salud. Aquí ponemos al médico entre la espada y la pared: está mal por no seguir la NOM y también está por seguirla.
Es una lástima que el gran debate que surgió en junio de 2023 sobre si era mejor cancelar las NOMS o actualizarlas haya quedado en el olvido. No se cancelaron, tampoco se actualizaron. Todo siguió igual.
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Una norma de la que poco se habló cuando se publicó el Suplemento de Infraestructura de la Calidad fue de la NOM-EM-001-SSA3-2022 para el funcionamiento de las residencias médicas. A la que se hacía referencia de manera indirecta en suplemento debido a que se planeaba la publicación de un nuevo proyecto para sustituirla, ya que al ser una norma de emergencia sólo podía tener una vigencia máxima de un año. Dicha norma estuvo vigente hasta junio de 2023. A partir de entonces, mientras discutíamos sobre si debíamos cancelar o actualizar las normas de diabetes, cólera, brucelosis, etcétera; nos quedábamos sin norma que regulara las residencias médicas.
Me parece importante precisar que mientras que para el tratamiento de la diabetes, la lepra, brucelosis o el cáncer de mama tenemos otros documentos que nos sirven para evaluar el correcto actuar de los médicos (guías de práctica clínica y protocolos hospitalarios), para la regulación de las residencias médicas no tenemos más normas federales que algunos artículos de la Ley General de Salud, sus Reglamentos y la NOM. Como dijimos en su momento (junio 2023) las NOMS más importantes en México no son las de diagnóstico y tratamiento, sino las de gestión de servicios y sistemas de atención médica. En este caso, las residencias médicas son una parte fundamental de la prestación de servicios de salud en nuestro país.
El 10 de abril de 2023, de acuerdo con lo establecido en el suplemento, se publicó un proyecto de norma (PROY-NOM-001-SSA-2023) para las residencias médicas, pero hasta el día de hoy todavía no cumple el procedimiento para ser norma y, por lo tanto, no ha iniciado su vigencia y aún puede sufrir cambios.
Vamos para siete meses sin norma de residencia médica y al parecer el Sistema Nacional de Residencias Médicas no se derrumba. Esto se debe (creo yo) a dos cosas principalmente: primero, con la NOM de Residencias Médicas se aplica el dicho colonial de “acátese pero no se cumple”; es decir, se reconoce la autoridad de quien emana dicha ley, pero no se cumple. Esto lo digo con conocimiento de causa ya que dentro de algunos meses publicaremos los resultados de un estudio en donde analizamos que tanto cumplen las instituciones de salud con los derechos de los residentes que se incluían en las NOMS (cuando estaban vigente).
El segundo punto por el que me parece no ha colapsado el Sistema de Residencias Médicas es porque nuestras residencias se rigen más por los reglamentos internos de cada establecimiento de salud, la normativa institucional y, por encima de todo, por las costumbres locales que por lo que dice la NOM. Esto no es porque nuestros directivos sean mal intencionados o rebeldes, sino que la NOMS desde hace mucho han dejado de reflejar lo compleja que es una residencia médica en México. Hemos estado en un gran número de reuniones en donde se discuten los retos y perspectivas de las residencias médicas en el país y casi siempre tenemos las mismas conclusiones con relación a las NOM: no son del todo adecuadas para regular un país tan diverso y grande como el nuestro; además, de que la misma práctica de la medicina es muy amplia y lo que puede ser adecuado para el entrenamiento en una especialidad médica, para otra no lo es. La NOMS previas de residencias médicas fueron muy importantes para consolidar el sistema, pero hace falta dar el siguiente paso y probar con otros modelos.
No tenemos NOM de residencias médicas desde hace siete meses (más o menos) y el Sistema sigue funcionado. El proyecto (PROY-NOM-001-SSA-2023) que está en discusión se parece demasiado a la NOM-EM-001-SSA3-2022; la cual, a su vez, se parece demasiado a la norma previa (NOM-001-SSA3-2012). Llevamos demasiado tiempo con NOMS muy similares. La NOM-001-SSA3-2012 no era mala, pero es evidente que necesitaba un cambio. El proyecto que está en revisión no parece ser la solución, los cambios son mínimos.
Este periodo sin norma nos debe de hacer reflexionar que a lo mejor una NOM no es la mejor manera de regular un Sistema de Residencias Médicas. Yo espero que pronto tengamos una nueva NOM, me preocupa ver tantos oficios y respuestas de autoridades que fundamentan sus escritos en el proyecto actual o alguna de las NOMS que ya no están vigentes. Ya veremos qué dice el siguiente Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad y la nueva NOM de residencias médicas que seguramente se publicará este año. Esperemos que el PROY-NOM-001-SSA-2023 presente muchos cambios con las observaciones que se le hicieron. De otra manera solamente cumpliríamos el dicho de: cambiamos para seguir igual; es decir, se va a publicar una NOM muy parecida a la previa que en nada va a hacer avanzar el Sistema de Residencias Médicas.