BLOQUEO DE CELULARES

Bloqueo de celulares ¿qué lecciones nos deja?

La decisión que adoptaron distintas empresas de tecnología de bloquear teléfonos móviles provenientes del “mercado gris”, nos muestra la importancia de los procesos de certificación y homologación. | Arturo Robles

Escrito en OPINIÓN el

La decisión que adoptaron distintas empresas de tecnología de bloquear teléfonos móviles provenientes del “mercado gris”, nos mostró una vez más la importancia de que todos los equipos y dispositivos que se conectan a las redes de telecomunicaciones y radiodifusión acrediten los procesos de certificación y homologación para que puedan funcionar en el país y tengamos la certeza de estar protegidos ante cualquier falla o inconveniente en nuestros aparatos. 

Hace unas semanas, fabricantes de tecnología decidieron impedir a determinados usuarios de celular el acceso a su información, contenido y aplicaciones, con el argumento de que sus dispositivos –en su mayoría de importación– habían sido adquiridos en el mercado gris, o mediante importaciones paralelas; es decir, que ingresaron al país sin pasar por canales de distribución autorizados, ni haber acreditado el proceso de homologación.

Se conoce como homologación al acto mediante el cual se reconoce oficialmente que las características y especificaciones de equipos y dispositivos destinados a telecomunicaciones o radiodifusión satisfacen las normas o Disposiciones Técnicas Aplicables (DT), con el fin de garantizar su correcto funcionamiento dentro del país y evitar interferencias.

En México, el proceso de homologación está a cargo del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) que emite Lineamientos mediante los cuales se establecen requisitos, plazos y procedimientos para que estos dispositivos cuenten con dicho reconocimiento oficial certificando su eficiencia, interoperabilidad y confiabilidad para operar en el país conforme a lo establecido en las normas o DT. 

Este tipo de pruebas de homologación se llevan a cabo alrededor del mundo para asegurar a las personas que sus teléfonos móviles, auriculares inalámbricos, televisores, entre otros aparatos son seguros, confiables y eficientes para su uso en las redes y sistemas tecnológicos de cada país. 

La certificación y homologación no sólo propician una experiencia segura al usuario, también permiten atajar riesgos como: afectación en la calidad de los servicios (llamadas, datos, etc.); interferencias perjudiciales a otros equipos o servicios; daños a la salud por emisiones o radiaciones que excedan límites seguros para las personas; componentes o materiales deficientes o inadecuados. 

Este reconocimiento oficial está inmerso en un ecosistema denominado Procedimiento de Evaluación de la Conformidad (PEC) (1) en el que se integran diversos actores, reglas y subprocesos que buscan determinar y en su caso certificar el grado de cumplimiento técnico-regulatorio de los mencionados equipos y dispositivos

Todo este proceso sería imposible sin la coordinación de distintos actores. Actualmente, se tienen acreditados más de 72 peritos en telecomunicaciones y radiodifusión, existen 23 Organismos de Certificación, 5 Laboratorios de Pruebas Nacionales y 16 Laboratorios de Prueba Extranjeros reconocidos mediante Acuerdos de Reconocimiento Mutuo con Estados Unidos y Canadá. Mientras que el IFT ha emitido 19 DT y tiene registro de más de 50 mil productos homologados en nuestro país.

Ello nos habla de la importancia de la colaboración interinstitucional para el aseguramiento de la calidad y seguridad de los equipos de telecomunicaciones y radiodifusión no sólo en México, sino a nivel internacional.

Por eso, la decisión unilateral adoptada en octubre pasado por algunos fabricantes de teléfonos móviles, además de que conculcó el derecho de acceso a servicios de telecomunicaciones (de ahí la urgente intervención de la Procuraduría Federal del Consumidor y del IFT), puso de relieve la necesidad de reforzar y actualizar los procesos de certificación y homologación, y de incluir a otros actores para buscar mecanismos que aseguren que los equipos ingresados al país, incluyendo aquellos adquiridos en el extranjero –incluso de manera legal (generalmente en tiendas en línea)– cumplen con las características y especificaciones técnicas establecidas para su operación en el país. 

La lección es para todos. Para los usuarios, quienes deben aprender que los equipos que adquieren en el mercado gris podrían no ser compatibles para usar en México (consulta el Catálogo de Equipos Móviles del IFT: http://catalogomoviles.ift.org.mx/ para saber si tu dispositivo cumple con las normas técnicas); y para  las autoridades que debemos diseñar y emprender acciones que, por un lado, generen un entorno propicio para que los fabricantes desarrollen productos avanzados y servicios que impulsen la conectividad en México y el mundo; y por el otro, protejamos los derechos de los usuarios a servicios de telecomunicaciones y radiodifusión de calidad. 

Por lo pronto, están en marcha mesas de trabajo entre fabricantes e IFT para revisar qué medidas, en apego a sus facultades, se pueden tomar para atajar la venta y compra de equipos que no están homologados

Lo deseable es que otros actores, plataformas de comercio electrónico, aduanas, dependencias del Ejecutivo y legisladores se sumen a la búsqueda de mecanismos para que en los distintos tramos de responsabilidad hagamos frente a este asunto.

Apunte final

Nuevamente se ha puesto sobre la mesa la permanencia de los Organismos Constitucionales Autónomos (OCA), entre ellos el IFT. Mi postura es clara: el carácter autónomo que se le ha conferido al Instituto ha permitido que todas las decisiones se tomen bajo criterios estrictamente técnicos y no políticos, lo que ha generado confianza y certidumbre en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión que regulamos.

La discusión sobre la existencia y permanencia de los OCA en general, y del IFT en lo particular, debe ir más allá de ahorros presupuestales o la supuesta eficiencia en la toma de decisiones al concentrarse en un mismo poder. 

Por eso, los resultados del IFT deben medirse en términos de los beneficios que siguen generando para los mexicanos como la reducción, casi del 50%, de los precios de telefonía e internet; el crecimiento al triple de los accesos a internet de banda ancha; el aumento en la cobertura y calidad de los servicios; la inversión; la innovación; y piso parejo entre los competidores de los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión.

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Mis sinceros deseos de bienestar y prosperidad para todo el equipo de La Silla Rota y, por supuesto, para todos los lectores.

¡Felices fiestas! 

1. https://www.ift.org.mx/politica-regulatoria/regulacion-tecnica#PEC

Arturo Robles

@ArturoRobles_R