PODER

La vocación hegemónica

Morena se ha convertido en un movimiento “cacha todo”. | Ricardo de la Peña

Escrito en OPINIÓN el

J.R.R. Tolkien acuño los versos en lengua negra que describían al anillo único: “un anillo para gobernarlos a todos, un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas”. Este anillo era inmune a todo intento de destrucción, a excepción de los fuegos del monte en que fue forjado. Este anillo tenía voluntad propia para forzar situaciones y contenía los poderes de todos los demás anillos fraguados por Sauron. Su portador podía entender lenguas y leer la mente de quienes usaban anillos menores, y así lograr controlarlos y esclavizarlos, aunque él mismo era dominado por el deseo de poseer aquel anillo único.

Un partido para la hegemonía

De las críticas recientes al partido mayoritario en México se encuentra el hecho de que en sus postulaciones para las nueve gubernaturas que estarán en juego en junio de 2024 están tres personajes de la política vinculados a cada uno de los tres partidos que conforman la coalición opositora. Por ello, se afirma que Morena se ha convertido en un movimiento “cacha todo”. ¿Es así o qué significa este origen partidario de sus cuadros políticos que contendrán por los Ejecutivos locales el año próximo?

Para responder a esta pregunta, vale la pena recordar que a mediados del siglo pasado Maurice Duverger acuñó el concepto de partido con vocación mayoritaria, organizaciones que producen estrategias dominantes y de quienes depende la dinámica del sistema de partidos, hayan o no satisfecho esa voluntad de alcanzar y preservar una mayoría. En general, pudiera pensarse que para poder adoptar una vocación mayoritaria de manera consistente es necesario que un partido cuente al menos con una parte de los votos suficiente para no poder ser considerado como marginal en la definición de un sistema, pues en caso contrario podría ser un partido interesado solamente en su preservación o en alimentar una vocación por representar a un nicho específico del electorado, pero no cruzando a toda la comunidad ni alcanzar una condición mayoritaria. Si un partido logra superar el umbral de la sobrevivencia o la condición de representante de una clase, segmento o grupo, podrá encaminarse a expandir su liderazgo y adoptar un enfoque más pragmático. Eso, al menos, es lo que indica la teoría política.

Un partido para casi todos

Este es el caso de Morena, que resulta una organización que emerge como sucedáneo de partidos políticos nacionales tradicionales que ya tenía vocación mayoritaria y que heredaría dicha condición por la variedad y complejidad de su liderazgo y por las alianzas y grupos que conformarían este partido desde su nacimiento. Es así como desde su primera contienda en pos de la Presidencia de la República establecería una coalición de amplio espectro, donde incluyó lo mismo a resabios de izquierda del Partido de la Revolución Democrática que a un Partido del Trabajo ubicado en el mismo lado del espectro ideológico, a cuadros del otrora partido hegemónico, el Revolucionario Institucional, y a Encuentro Social, partido de carácter evangelista. Luego, ante la desaparición de este último y la ruptura de alianzas de sus contrincantes, sumaría a un difuso Partido Verde. Por ello hoy no debe extrañar que en sus filas y liderazgos pueda incluir lo mismo a quienes fueron panistas, priistas o perredistas, que a representantes de núcleos de la vieja izquierda o personajes de confusa ubicación.

Pero, además no hay que olvidar que si algo caracterizó los años previos al ascenso de Morena al poder fue la conjunción de diversos partidos en un centro edulcorado por el pactismo “por México”, que hizo perder los límites entre los contendientes históricos. Por ello, hoy Morena puede sumar a sus filas a pintos y coloraos, en búsqueda del mantenimiento de un frente extenso con capacidad no sólo de logro de la Presidencia de la República y la mayoría legislativa, sino de reconstrucción de una hegemonía perdida por décadas y que fue propia del priismo. Hay una única condición para incluirse en esta vasta coalición: rendir culto al líder forjador y poseedor del anillo único, quien busca atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.

 

Ricardo de la Peña

@ricartur59