Una vez más el presidente López Obrador ha dicho que en marzo del próximo año tendremos el mejor sistema de salud del mundo con lo que, desde 2018 van cuando menos 39 ocasiones en que promete lo mismo siendo una de sus principales apuestas –además del IMSS-Bienestar tras el fracaso del extinto INSABI que se creó para sustituir al Seguro Popular que, aún con sus fallas, era un mucho mejor modelo de atención–, la llamada mega farmacia que supuestamente estará operando en enero y contará con todos los medicamentos que se necesiten en hospitales y centros de salud para terminar con el serio desabasto que hemos padecido en los últimos años.
Ojalá sea cierto pero no parece fácil pues contrario a lo que ha sostenido el presidente, el almacenamiento y distribución de medicamentos es mucho más complejo que en el caso de las papas y refrescos por las condiciones especiales que requieren, además de que hace falta mucho más que eso para atender el grave rezago en salud que enfrentamos y es sin duda uno de los grandes pendientes de este gobierno.
Recientemente se dio a conocer el reporte anual de la OCDE “Health at a glance” el cual señala que en promedio, el gasto por persona en salud entre los países que forman parte de esta organización internacional es de 5 mil dólares, mientras que en México tan sólo es de mil 181 dólares, y la inversión como proporción del PIB es de 9.2% en tanto que en nuestro país es del 5.5%, teniendo como consecuencia que la cobertura de servicios de salud sea muy limitada con tan sólo el 72.4% de la población protegida en contraste con el promedio de más del 90% en los países miembros. Recordemos que de acuerdo con el último informe del CONEVAL, el porcentaje de personas con carencias de salud pasó de 20.1 millones (16.2%) en 2018, a 50.4 millones (39.1%) en 2022.
Te podría interesar
Lo anterior, se refleja en una serie de datos que revelan nuestra realidad, pues por ejemplo ocupamos el último lugar en realización de mastografías con una reducción de más del 58% comparado con 2019, al igual que en la detección de cáncer cervicouterino con un descenso de casi 40% en la última década, y tenemos una de las cifras más altas de amputaciones de miembros inferiores por diabetes, colocándonos a más del doble del promedio de la OCDE. En el mismo sentido, México fue el país con la mayor tasa de prevalencia de mortalidad evitable con 665 fallecimientos por cada 100 mil habitantes en comparación con los 237 en promedio de los demás países de la OCDE representando casi el triple de casos, y en mortalidad materna registramos 59 decesos siendo que el promedio es apenas de 11.
También hay que tener en cuenta que según otro análisis que realizaron especialistas en salud a partir de datos oficiales, aproximadamente el 20% de las 847 mil personas que fallecieron durante 2022 fue por falta de atención médica oportuna o porque no pudieron acceder a los fármacos que requerían por causa del desabasto, y de acuerdo con el análisis del Sistema Nacional de Alerta de Violación de Derechos Humanos, la CNDH señaló que durante el primer semestre de 2023 el IMSS ocupa el primer lugar con 2 mil 71 expedientes principalmente por falta de atención médica y en cuarto lugar se encuentra el ISSSTE con 667 casos.
Ante esta realidad que coincide en todos los estudios que han presentado instituciones nacionales e internacionales de la mayor seriedad, se antoja muy difícil que en los diez meses que restan a esta administración, se pueda revertir la crisis que enfrentamos en salud, y que debiera ser una prioridad para cualquier gobierno.