No voy a hablar de propuestas, sino de apariencias. De esas “cualidades” que los asesores de imagen recomiendan fingir, adquirir, agudizar para “conectar” con el electorado. Es necesario parecer “cercana”, “empática”, “afectuosa”, “espontánea”. Claudia Sheinbaum es muy seria, le pidieron que sonría más. Ha ido cambiando su manera de vestirse. Suavizándose. Ya le habrán dicho que es mejor no enojarse en público. Pero lo suyo, nunca será (y por suerte) andar dando de brinquitos. En lo público su personalidad es más bien austera. Es una científica. Las maracas no se le dan.
Todo un éxito cuando la entrevistan y le preguntan qué se llevaría a una isla desierta y ella desde el fondo de su corazona dice: “A Jesús” con una sonrisa encantadora. En esas estábamos cuando irrumpió Xóchitl Gálvez imaginada hasta entonces como candidata a la Jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Son personalidades opuestas, sin duda. Pero la “espontaneidad” y la “alegría” de Xóchitl (que nos recuerdan tanto a Fox) sus palabrotas y su “desparpajo”, características suyas desde siempre, tenían que intensificarse para provocar el alto contraste.
Xóchitl se ríe muchísimo. Se ríe a carcajadas. Un poquito sin ton ni son. Aún nadie ha dicho nada y ella ya se está riendo. La vida es una fiesta. Algo así. También baila. Harto. La cantidad de videos de Xóchitl bailando que circulan. Me imagino que va por el lado de “la candidata que contagia su entusiasmo y su amor por la vida”. Ante lo que se suponía como el tsunami Xóchitl el Frente Amplio por México desbarrancó a Beatriz Paredes sin más trámite. Nada paraba la “alegría”. Qué “divertido” que diga que ella “tiene los huevos”. ¡Qué desafiante e innovador! Porque, ¿qué haríamos en esta vida las mujeres sin “huevos”, ¿verdad? Estaríamos perdidas.
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De Xochibaile en Xochibaile la precampaña avanzaba. Entre Claudia y Xóchitl –y sus abismales diferencias– todo se jugaba a la misma generación. El Frente Amplio apostó por la “alegría” contra la austeridad. Ganar las redes sociales. Convertir cada chistorete en trending topic. ¡Oh, Diosas que la vida es cruel! Nadie contaba con Mariana Rodríguez y sus algo así como cinco millones de seguidores (a la alza) imantados por su “sencillez”, “su espontaneidad” y su “alegría”. La parejita Fosfo Fosfo va con todo. No es: “en esta vida se puede acceder a las oportunidades con disciplina y esfuerzo”, es: “ya estamos allí. ¿Qué esperan para venir?” Entre las horas de transporte público y el Tesla (ecológico) solo hay un saltito de clase. “Ay, sean buena ondita y ya salten”. Desbancada la bicicleta de Xóchitl.
“Ya están allí” y, sin embargo, son tan “sencillos”. Aterrizan de su súper carrazo con sus playeras y sus tenis naranja y bailando. “Alegres”, “desinhibidos” y muy bulliciosos. No vienen de la cultura del esfuerzo y no les interesa en lo más mínimo. Al contrario. Se presentan como ese futuro tan alcanzable a muy corto plazo. Otra narrativa. Ya dicen que Mariana se parece a Lady Diana. La imparable “alegría” de Xóchitl se ensombrece. La carcajada se congela. La manera de vender lo que cada una/o vende es muy parecida. “Espontaneidad” y “Frescura” antes que nada.
Allí van Mariana y SamuÉl –es él, no se vayan a confundir entre tantas faldas– en su carrote conversando de si comen papas o doritos. Van al OXXO y compran comida chatarra y no les importa si se embarran los dedos. Así de sencillos son. Como cuando comieron costillas en la videollamada y se les escurría la salsa, y él la regañaba porque “enseñaba” y se había casado con ella “para él” y no para que “anduviera enseñando”. Les digo: es celoso como se debe y “viril” como el que más. Porque son “lo nuevo”, pero no tan nuevo, no se nos vayan a asustar. Ella carga a la beba, un poco raro, como a un paquete, pero la carga. Volvamos al punto: Xóchitl. Qué va a hacer ante la artillería pesada del “desparpajo” y la “alegría contagiosa”. Samuel dice: “Van a notar una campaña alegre, naranja, fosfo, divertida”. De eso se trata.
Era lo inimaginable. Claudia duerme cada vez más tranquila. Qué bien hace en no ser la reina del rock. ¿Seguirá bailando Xóchitl mientras Mariana –con sus pants entallados– levanta la pierna hasta el cielo y sus seguidoras/es enloquecen? Ambos bailan. Con un ritmo, con el otro. Ensayan sus pasitos en la casa. ¡Fosfo, fosfo! (Acá colocaría un emoji de carita horripilada). ¿Quizá Xóchitl pasará a las propuestas? El espacio de los brinquitos ha sido súbitamente ocupado. La “alegría” desbordada y la “frescura” de manantial ya tienen dueña/o.
Ni era necesario que Xóchitl se carcajeara tanto, Mariana solo se ríe. Su llamarada da paso a la siguiente llamarada con sus herramientas generacionales. La vida es una fiesta, no sean amargadas/os. La parejita Fosfo Fosfo viene por sus votos. Comiendo cheetos.