Iluso de mí, pensé que en el marco de su 115ª Asamblea Plenaria, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se había convocado al c. Presidente Andres Manuel López Obrador (AMLO), y sobre todo que éste había decidio asistir a su sede en Lago de Guadalupe, Estado de México, pero no fue así… La reunión la pidió el presidente ¿Por qué? ¿Para qué?
En todo el sexenio AMLO nunca se había encontrado con el pleno de obispos, al contrario, los ha criticado duramente porque no están de acuerdo con su político de abrazos no balazos, incluso hace un año les dijo que los iba a acusar con el papa Francisco.
Obviamente lo de la acusación fue puro cuento mañaneril, con todo respeto a la investidura presidencial, que como sabemos es lo que más preocupa al inquilino de Palacio.
Te podría interesar
La reunión con los prelados fue estrictamente “privada”, y ocurrió dos días después de que se reunieron con Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum.
En la mañanera comentó que los obispos “se reúnen e invitan a personajes, dirigentes y a eso voy con ellos”.
– ”¿Les lleva algún mensaje en especial?”, le inquieren.
– "No, explicarles lo que estamos haciendo, por qué lo hacemos, qué dudas tienen y reiterarles que somos respetuosos de todas las religiones, de todas las iglesias y también respetamos a los no creyentes".
AMLO recordó que también participó en reuniones con los obispos cuando fue candidato opositor a la Presidencia de la República. Además de haber tenido otra reunión con la Conferencia del Episcopado en 2019, tras haber asumido el cargo, siendo la última vez en su sexenio que se encontró con ellos. Pensé que la última vez había sido en 2018, pero le creo a AMLO.
López Obrador no se había encontrado con ellos desde septiembre de 2018, cuando era aún presidente electo, y ha pensado que al tener buena relación con el papa Francisco no necesita a los prelados mexicanos. A él le basta tener una buena relación con el papa Francisco, de hecho la presume, aunque eso no es tan cierto...
Lo que yo sé es que nunca ha tenido una reunión cara a cara en su calidad de jefe de Estado, las charlas han sido con intermediarios, el nuncio aspostolico y el embajador ante la Sede: Alberto Barranco Chavarria.
La única vez que AMLO vio al papa fue aquella tarde del miércoles 14 de octubre de 2015 en la audiencia pública semanal en la Plaza de San Pedro del Vaticano; entonces AMLO viajó a Roma y le expresó a Francisco “reconocimiento, admiración y respeto” a través de una carta, y le entregó un regalo: una medallita de fray Bartolomé de las Casas, y mencionó que su propósito principal era “transmitir mi más sincero reconocimiento a su labor, como un Papa misionero, de verdad cristiano” (vean la columna El papa Francisco y AMLO).
AMLO nunca más lo ha visto, pero siempre habla bien de él en las mañaneras, incluso esta semana ha criticado dos veces a Milei por haber ofendido al papa argentino.
El 29 de marzo de 2018, y antes del inicio oficial de la campaña presidencial, AMLO publicó un video en su cuenta de Facebook en el que se identificó con el pensamiento cristiano y reafirmó su compromiso de estar abierto a un diálogo con todos los grupos religiosos.
Incluso, cuando ganó AMLO, la Santa sede tuvo una deferencia enorme hacia su persona. El diario L’Osservatore Romano dedicó un espacio de primer orden en su edición vespertina en italiano del lunes 2 de julio, la orden se la dió el papa a su director Gian Maria Vian; en la portada, junto a la nota principal, se colocó una foto icónica de AMLO festejando la victoria en medio de una lluvia de papelitos.
Nada es casual...
Francisco empezó a simpatizar con AMLO hasta que se cansó de sus peticiones mañaneriles. Primero con el tema de la excomunión del padre de la Patria –que nunca ocurrió–, y la petición sobre los códices –cuando mandó a su esposa–, y hasta el pedir que la Iglesia católica ofreciera disculpas por los pecados cometidos en la conquista. Todo ese cansó al papa Francisco, pero sobre todo lo que más le molestó fue el posicionamiento que hizo AMLO con el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara; nadie del gobierno acudió a los funerales, y ltanto la CEM como la conferecnia de religisosos alzaron la voz
¿Qué ocurrió entonces en Cerocahui, Chihuahua?
La tarde del lunes 20 de junio un hombre irrumpió en el templo de San Francisco Javier en la Cerocahui, iba en busca de refugio ya que una persona armada iba tras él. El asesino no sólo le disparó al laico, sino que mató también a dos sacerdotes jesuitas –Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar–, que estaban en el lugar e intentaron disuadirlo de disparar.
Varios sacerdotes han sido asesinados en la última década en México, pero ninguno al interior de un templo católico. El hecho cimbró al país.
La respuesta de AMLO al día siguiente fue poco sensible, incluso dio a entender que los jesuitas estaban involucrados, desde entonces nada fue igual
No leyó AMLO bien el enojo de Francisco, quizá no le hace caso a su embajador.
“¡Cuántos asesinatos en México!”, exclamó el Papa, y agregó "Soy cercano con el afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia”, dijo el papa Francisco en la audiencia general del 22 de junio ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro.
Un día después del mensaje duro del Papa, que por cierto se replicó en todo el mundo, el secretario general de la CEM, Mons. Ramón Castro, obispo de Cuernavaca, Morelos, alzó la voz y dijo: “Los obispos, queremos expresar de igual modo toda nuestra cercanía y el profundo dolor que cargamos en nuestro corazón por tanta sangre inocente derramada”. Sumado a ello se emitió un comunicado firmado por todos los prelados de México, en donde dicen:
“Ante la gravedad de los hechos, hacemos un llamado al Gobierno Federal y a los distintos niveles de autoridades…”
Piden revisar las estrategias de seguridad que han fracasado.
“Creemos que no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora. Escucharnos no hace débil a nadie, al contrario, nos fortalece como nación”.
Hicieron un llamado a “un diálogo nacional para emprender acciones inteligentes e integrales con el fin de alcanzar la paz mediante una participación conjunta”.
El desplegado no lo firma la dirigencia de la CEM, sino todos los obispos de México.
AMLO no supo leer ni ese ni otros mensajes...
En la mañanera del día siguiente un reportero le preguntó “¿Estos sucesos lamentables no le hacen replantear la estrategia de seguridad, presidente?”
– “¡No; al contrario, ¡este es el camino!”, dijo categórico AMLO y agregó que "todo esto es el fruto podrido de una política de corrupción, de impunidad, que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón".
Meses después vino el vídeo donde se manifiesta la preocupación que tienen por el tema del proceso del Plan B en el Congreso.
Los prelados en voz y cara de Mons Castro, hicieron un firme llamado a defender las instituciones democráticas, critican el llamado Plan B, por lo tanto toman partido a favor de los ciudadanos...
“Como Iglesia en México, hemos puesto de relieve varias ocasiones a la democracia como un indiscutible “signo de los tiempos”, como uno de los caminos más adecuados para mejorar y fortalecer a las instrucciones cívicas y políticas que velan por la libertad, los derechos humanos y la justicia y que promueven el bienestar y el desarrollo de la comunidad, por su carácter participativo y representativo”, dijo Castro.
Recuerdo que el lunes siguiente Dalila Escobar, reportera de Proceso, le preguntó a AMLO sobre el tema, a lo cual AMLO le dio vuelta y se fue hablando del papa Francisco, minimizó a los obispos.
Comentó con desdén “las élites se unen”, y con ello pretendió demeritar a la CEM por su postura crítica. Pese a decirse respetuoso de todas las opiniones, señaló al grupo religioso de “estar apoyando a un bloque conservador”.
“En la Iglesia Católica nuestro referente es el Papa Francisco (…) Cuando se habla de la iglesia que está apoyando a un bloque conservador en México, yo digo ‘No’. Esto no tiene que ver con el papa Francisco”.
Pueril.
Evidentemente AMLO no conoce cómo funciona la Iglesia católica universal, todas las conferencias del episcopado del mundo están en comunión con el pontífice, es evidente que el papa jesuita avala el posicionamiento de sus hermanos obispos de México.
El presidente no tiene la película completa de quién es quién en la Iglesia. Con todo respeto pero no conoce –aunque afirma que sí–, al papa Francisco. Sería bueno que AMLO volteara a ver lo que sucede en Nicaragua, donde el presidente autoritario Daniel Ortega encarceló a varios prelados, entre ellos tiene injustamente, en la cárcel a Mons. Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa.
En aquel país, a decir de un reciente informe, se han perpetrado al menos 667 ataques contra la Iglesia Católica entre abril de 2018 y agosto de 2023.
Recuerdo que hace años Ortega iba a comulgar con su esposa, era un buen católico pero el poder lo transformó.
Hace años vi a López Obrador y su esposa en la misa que se dio a las faldas del Cubilete cuando vino a México por única vez el papa Benedicto XVI.
¿A que fue López Obrador con los obispos de México?
No lo había hecho en cinco años, no quiero pensar que fue a limar asperezas para que lo apoyen en la continuación de su proyecto. AMLO sabe bien el poder que tienen los líderes religiosos.
La reunión fue privada, espero saber los detalles de cómo fue, la información con la que se cuenta es un breve comunicado y un mensaje con cuatro fotos en X.
El comunicado es nota: AMLO fue porque él pidió asistir, o sea no fue convocado.
Dice el comunicado, que los obispos expusieron el problema de la descomposición del tejido social, el proceso para la construcción de paz en México, y el tema de los migrantes, entre otros temas.
¿Y qué dijeron del presidente?
Decepción...
Textual.
"Durante su intervención (...) habló de los temas que suele presentar en sus informes durante sus conferencias de prensa (.....) con datos muy optimistas". "Destacó el valor de la familia en México como uno de sus principales valores y fortalezas".
Concluye el comunicado: "Expresó su respeto a la Iglesia católica en México y su admiración por el papa Francisco".
Fin del comunicado, fechado en Cuautitlán Izcalli a 15 de noviembre de 2023.