Los meses de incertidumbre que padecieron los políticos chiapanecos terminó en la madrugada del sábado, después de una jornada maratónica que comenzó el día anterior, al darse a conocer que Eduardo Ramírez Aguilar fue elegido como virtual candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al gobierno de Chiapas.
Para muchos fue una noche de desvelo. A las 3.25 horas del sábado, pocas horas antes del amanecer dirían los románticos, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, dio a conocer el nombre de Eduardo Ramírez, como el coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en Chiapas, casi inmediatamente después de que, por regla de género, se había optado por designar a Clara Brugada para la Ciudad de México.
La cara desencajada de Sasil de León en la “foto de la unidad”, que se tomaron los seis aspirantes chiapanecos al término del proceso selectivo, lo dice todo. Hasta el último momento, los seguidores de la senadora tuvieron la esperanza de que, gracias a la regla de género, ella sería la elegida.
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Los movimientos políticos en Chiapas para buscar la gubernatura, en realidad, empezaron hace dos años, cuando López Obrador presentó a las “corcholatas”. Después de que bajaron a Zoé Robledo y a Manuelita Obrador, se perfilaron como precandidatos el senador Eduardo Ramírez Aguilar y Carlos Morales Vázquez, alcalde con licencia de Tuxtla Gutiérrez.
Sin embargo, cuando Morena abrió las inscripciones para aspirantes a la coordinación, se registraron en Chiapas más de 30 suspirantes. El 28 de septiembre se dieron a conocer a los cuatro elegidos por los morenistas locales: la senadora Sasil de León; Rosy Urbina, alcaldesa de Tapachula; José Cruz, secretario estatal de Salud y el senador José Antonio Aguilar Castillejos.
Fue una lista que se sintió incompleta y débil, hasta que el 14 de octubre, el comité nacional de Morena incorporó al senador Ramírez y a Morales Vázquez, además de que logró colarse la diputada Patricia Armendáriz.
Ante lo novedoso del proceso morenista, los políticos chiapanecos, educados en la vieja escuela priísta, se hicieron bolas; pero el caso extremo fue el Partido del Trabajo (PT), encabezado por Amadeo Espinosa y Abundio Peregrino, que el 26 de septiembre presentaron al excandidato priísta al gobierno estatal Roberto Albores Gleason como su abanderado para coordinar la Cuarta Transformación y un mes después, lo desconocieron para dar su apoyo a Sasil de León.
Adelantándose a los tiempos marcados por el INE, los morenistas llenaron bardas y espectaculares en todo el estado, con fotos abrazando a López Obrador o a Claudia Sheinbaum, pero la imagen que más se difundió fue la del doctor Pepe Cruz, que realizó una costosa y espectacular campaña.
Casa por casa, las brigadas de Pepe Cruz recorrieron las colonias de Tuxtla y de las principales ciudades chiapanecas, dejando folletos y kits de medicamentos, además de que aparecieron botargas con su rostro en las calles de la capital, haciéndole competencia al doctor Simi.
Al presidente del Senado, Eduardo Ramírez, obviamente se le liga con Ricardo Monreal, pero también fue alcalde de Comitán cuando la Alianza de Pablo Salazar derrotó al PRI, además de secretario general de gobierno con Manuel Velasco y pieza clave para romper en 2018 la alianza PRI-PVEM, al rebelarse ante la imposición del entonces priísta Roberto Albores.
Muchos no lo veían cercano a López Obrador y tampoco a Sheinbaum. Ante la incertidumbre prevaleciente, un día antes del veredicto de Morena, Ramírez volvió a asegurar que había ganado las encuestas, pero también dijo que estaría dispuesto a “sacrificar” su aspiración a la candidatura por el gobierno de Chiapas, para apoyar el proyecto de Claudia Sheinbaum.