Últimamente el presidente López Obrador dedica sus declaraciones a su salida del poder y a Xóchitl Gálvez. Obviamente habla de todo, como siempre, comenta noticias y hace hincapié en algunos aspectos de su gobierno, pero lo central es la sucesión y sus intentos por descalabrar a Xóchitl que crece y crece con cada uno de sus ataques.
La obsesión por su salida del poder podría parecer que habla de un personaje con desapego a su propio liderazgo, pero en realidad es todo lo contrario. La obsesión es la prueba de que no piensa dejar el poder y lo cierto es que simplemente no podría hacerlo porque Morena no es un partido político (tampoco un “movimiento” político), es la cola de un caudillo que ha luchado más que nadie por llegar a donde está y que sabe que sin él no hay forma de que continúen unidas personas tan disímbolas a las que no las une nada más allá que el “líder”.
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Algunos comentarios al respecto:
- Morena no existía antes y no existirá mucho tiempo después. Su historia es la historia de una persona que, en su obsesión por llegar a la presidencia de la República, hizo tres campañas y en la tercera, por una coyuntura muy específica y muy atípica, alcanzó una votación histórica. No tienen un pensamiento con el que se identifiquen ampliamente, no tienen procesos más allá de la voluntad de su jefe e incluso ideas como el recientemente llamado “humanismo mexicano” son una forma de llenar vacíos con ocurrencias.
- En documentos como “Proyecto de Nación 2024-2030: por la radicalización de la cuarta transformación de las bases” se ve que hay espacios mucho más extremos en Morena que el gobierno de López Obrador e incluso se muestran inconformes con su gobierno y prácticamente desconocen a Mario Delgado.
- Cabe mencionar que en el documento citado en el punto anterior está plagado de propuestas absurdas como que el gobierno suspenda los pagos de deuda tanto interna como externa. Además, reconoce (pero eso sí entre elogios) que el gobierno va sumamente mal en aspectos básicos como la atención a mujeres, a pueblos originarios, a la cultura, al medio ambiente (incluso habla de un colapso ambiental) y a muchas otras cosas.
- Los problemas provenientes de la elección interna de Morena no han acabado y aunque lograsen aplacar a Marcelo Ebrard eso es sólo la punta del iceberg. El año que entra estarán en juego alrededor de 20,000 cargos de elección y se empiezan a ver los procesos para gubernaturas y no van bien… eso se va a replicar hasta abajo y el mismo problema de la zacatecana que quiere gobernar Veracruz, o el intento de imposición de Claudia en la Ciudad de México, o que dejaron fuera a uno de los importantes de la encuesta en Puebla, o que no aceptaron al expriista en Yucatán pasará en cada espacio disputado (aunque serán menos sonados por el tamaño de los espacios serán tanto o más dañinos).
- Morena sin López Obrador es un grupo de personas que no tienen nada que ver unas con otras. Gobiernan en muchos espacios actualmente (y lo seguirán haciendo algunos años ya que sólo son 9 gubernaturas las que cambian el año que entra) pero ni Marcelo, ni Claudia, ni mucho menos Mario Delgado tienen la posibilidad de mantener la institución… y si todo pasa como parece que pasará y pierden la presidencia de la República, será sin poder y sin caudillo.
- Me atrevería a pronosticar que en poco tiempo habrá algún partido político que tenga un nombre similar a “partido auténtico del obradorismo” que se clamaran como “auténticos herederos” de López Obrador.
Morena fue creado para llevar a López Obrador al poder y acabado el poder de López Obrador terminará su función. Es la cola de un caudillo autoritario que se acabará al extinguirse el poder del caudillo. López Obrador lo sabe y por eso no tiene tema más allá que lo que sigue, porque sabe que su historia será recordada como el mayor fracaso de un gobierno; la historia de una persona que tuvo todas las respuestas desde la oposición y como gobierno sólo tuvo pretextos.