No es raro que al final del mandato los presidentes se vayan quedando solos y vean el ocaso de su poder paulatinamente con el surgimiento de nuevos liderazgos y la ola de “licencias” y renuncias que son preludio de los procesos electorales.
López Obrador en previsión de su ocaso y con abierta intensión de no dejar el poder (la Presidencia la tiene que dejar) ha tomado una serie de decisiones que van de lo más profundo a lo más absurdo
- La imposición de Claudia Sheinbaum como candidata a la presidencia de la República. Se cansaron de repetir que sería un proceso democrático, pero no lo era y nunca lo fue, la mejor prueba de ello es que los libros de texto para las primarias traen una apología de Claudia en el contexto de la caída de una escuela primaria de la que fue responsable… no hablan de Marcelo o lo defienden frente a la caída de la Línea 12 del Metro o de Adán o de ninguna de las otras corcholatas. Claudia es mala candidata, no emociona y tiene larga cola de corrupción por la que pasan la primera etapa del segundo piso del periférico, la muerte de niñas y niños del Colegio Rébsamen y el abandono del Metro que ha generado más accidentes y muertes que nunca, entre muchas otras cosas, pero tiene una gran virtud: es leal a López Obrador y lo es más de lo que lo fue con su exesposo. De hecho, de haber confesado los video escándalos de su exesposo viene la confianza que AMLO le tiene.
- El ridículo show que hizo con su bastón de mando. El símbolo real del bastón de mando es profundo pero lo que hizo López Obrador fue una payasada para dejar en claro que él seguirá mandando los meses venideros. Dijo públicamente que el dejaba el liderazgo de su movimiento en manos de Claudia, pero de una persona que dice más de 100 mentiras al día no se puede esperar que sus dichos sean ciertos. Frente a todos los gobernadores y a las otras corcholatas (exceptuando a Marcelo) se dejó claro que AMLO seguirá mandando, que será una especie de coordinador/candidato y que la campaña será sobre él, no sobre Claudia.
- Sus mañaneras. Todos los días se ha dedicado a hablar de la elección… con excepción de las secciones desabridas de su show matutino como la de los precios o las de seguridad (que sigue en detrimento y anuncia mejoras frente a su mismo mandato, pero no frente a ningún otro) todas las preguntas y todas las respuestas son sobre Xóchitl (que intentan atacar diario y la hacen diario más fuerte) sobre Marcelo y sobre Claudia.
- Tanto miedo le tiene a no ser el centro que convierte hasta lo más ridículo en expresiones de mando como la famosa invitación a que desfilara el ejército ruso en el desfile militar del 16 de septiembre. En este caso no se trató solamente del abierto y cínico insulto al concierto internacional de naciones democráticas que han condenado la invasión a Ucrania, se trató de una decisión unilateral que debía de ser consultada con el Senado y no se consultó. Se volvió a saltar el proceso legal que modera la voluntad del Ejecutivo y como sus senadores (Morena y aliados) son un grupo servil de individuos grises que nadie ubica, seguramente saldrán a decir que sí estaban de acuerdo, pero da igual, la ley una vez más se violó.
Claudia no va a dejar de ser empleada de López Obrador porque sabe bien que es su mayor y quizás única fortaleza. Seguirá abonando a ese poder meta legal que ha caracterizado el sexenio, pero ella no es AMLO… no tiene 23 años haciendo campaña, no tiene ninguna lucha social histórica que abanderó, no encabezó a su partido, no tiene redes propias, no recorrió una y otra vez el país y evidentemente no será presidenta. Estamos ante la coda (el inicio del final) de la autonombrada 4T y lo más peligroso de los autoritarios es su declive, habrá que estar atentos a cada paso que ya se ve la crisis en la gran deuda que están adquiriendo, en el desbordamiento de la inseguridad y en la forma en que Xóchitl se ha vuelto el tema principal de un triste gobierno que en lo que no ha sido corrupto, ha sido completamente inepto. Terminará el país y el tiempo de uno para que inicie el tiempo de todos.