DECLARACIONES PÚBLICAS

Leyes extranjeras y nosotros

A pesar de funcionar en un mundo digital globalizado, no tenemos claro que los efectos de lo que hacemos y decimos públicamente puede repercutir no solo al ámbito local. | Johannes Jácome

Escrito en OPINIÓN el

Así como hay quienes saben medir el gusto por cualquier cosa de los usuarios de las redes, como la chica que se declaró en contra del cielito lindo y se hizo viral (a pesar de ser alguien sin trascendencia alguna con un comentario todavía menos importante), hay otros que no lo saben anticipar.

Pero, en contraste con este tipo de anécdotas, hay casos en los que los efectos van más allá de los “no likes”. Hay errores de planeación cometidos incluso por expertos en comunicación, que por un momento olvidan que en este mundo globalizado lo que hacemos o decimos puede verse afectado por leyes en países ajenos al nuestro.

Recientemente, supimos que Netflix enfrentará una demanda por el uso sin autorización de datos de identidad de una persona en la serie sobre Luis Miguel. Si bien este caso será desahogado en tribunales mexicanos, ya que la serie fue producida en México, eventualmente un caso así podría ser planteado ante tribunales extranjeros, ya que estas plataformas ofrecen sus contenidos en todo el mundo.

Y es que, a pesar de funcionar en un mundo digital globalizado, no ha desaparecido del todo la visión local de la vida. Hay quien sigue pensando que las cosas en el extranjero se pueden manejar de la misma manera como se han podido manejar en México. El dueño de la iglesia la Luz del Mundo enfrentó procesos penales por sus abusos sexuales a menores de edad, sólo hasta que, muy confiado por la impunidad que había gozado en México, empezó a realizar los mismos actos en Estados Unidos. Unas semanas después del homenaje que le rindieron Bellas Artes varias personalidades mexicanas, fue arrestado en California.

Recientemente salió a plataformas digitales, y luego televisión abierta, una serie diseñada para contar la famosa historia de Gloria Trevi. Resulta interesante esto, porque en ella pueden identificarse algunos elementos que pudieran tener algún efecto negativo. Todo esto por tratar de construir una historia novelera en la que, por un lado, la protagonista vive momentos de victimización sistemática a manos de un explotador y abusador sexual, pero de manera alternada, la misma cantante disfruta de episodios de absoluta independencia y libertad de expresión artística ante las cámaras y los medios, durante los que decidió callar lo que le estaba ocurriéndole a ella, y a un grupo de menores de edad. En esa versión novelera, por lo menos Trevi sabía de los abusos contra las menores y no dijo nada.

Todo esto puede resultar relevante ya que, si bien las autoridades mexicanas determinaron que ella no era penalmente responsable en ese caso de explotación de menores, existe ahora un proceso legal en Estados Unidos, iniciado contra ella y otros, después de que la serie de televisión iniciara su producción. La demanda se basa en los hechos de la historia ocurridos en perjuicio de dos menores de edad dentro del territorio estadounidense. Ya casi se agotaba el límite para presentar la demanda, pero el tema fue revivido por las mismas personas involucradas. La serie de televisión se ve en Estados Unidos.

Algo similar le ocurrió a Luis de Llano. Este señor gozó de una falta total de consecuencias legales por haber tenido una relación sentimental con Sasha, cuando ella tenía 14 años y él 39, hace casi 40 años. El asunto no había tenido trascendencia alguna más allá de los chismes del espectáculo, hasta que al productor se le hizo fácil confesar la relación en una entrevista, así, como si hubiera sido algo normal. Las demandas llegaron y no tuvo manera de evadir el problema. También acá, el mismo involucrado revivió el caso.

De manera distinta, recién leía la historia de un grupo de estudiantes muy molestos en una universidad estadounidense porque una organización pro Israel había hecho públicos los nombres de los participantes en un evento de apoyo a Hamas, al que los asistentes habían acudido con el rostro cubierto. Vamos, a estos estudiantes no les quedaba claro por qué alguien los quería hacer responsables de las cosas que decían.

Es un criterio parecido al de algunos turistas que les han negado el acceso a otros países después de que la autoridad migratoria revisa sus redes sociales y les encuentra publicaciones de crítica a ese país que quieren visitar o sus instituciones. Efectivamente, puede que este criterio resulte exagerado, pero, el punto es el mismo, no tenemos claro los efectos de lo que hacemos y decimos públicamente.

Esto no se trata de que otros países apliquen extraterritorialmente sus leyes, sino que nosotros llevamos nuestras acciones a donde aplican esas normas.

Tanto empresas como personas estamos todavía aprendiendo las consecuencias de un mundo en el que nuestros dichos, hechos, productos o campañas no están limitadas al vecindario donde vivimos. La globalización trae clientes y likes, pero también leyes de otros lados.

Johannes Jácome Cid

@jacome_cid