En solidaridad con todas las familias palestinas que han perdido todo.
En el mundo por desgracia, estamos acostumbrados, adormecidos, ante la crueldad y las desgracias de los otros, mientras no nos toque cerca o lesione a algunos de los que constituyen el nosotros. Y mientras entre la gente común, permanecemos adormecidos, los poderosos se reparten el planeta y aniquilan lo que les estorba a sus planes. Ante los grandes intereses que mueven el mundo y gobiernan las naciones, las personas no tenemos el mismo valor. No valen igual los miles de muertos en el Mediterráneo, no representan nada tampoco los millones de migrantes que atraviesan nuestro continente, buscando la seguridad y las condiciones mínimas para una vida digna de vivirse.
La brecha en el valor de unos y la desvalorización de otros es abismal. Para el caso palestino, por cada uno de los cien israelíes desgraciada y abusivamente capturados por Hamás, el estado sionista ha aniquilado a 5 mil setecientos palestinos, entre ellos 2 mil trescientos niños y niñas y contando al día de hoy. Además de someter a la hambruna, la sequía y la falta de energía a los sobrevivientes.
Te podría interesar
Por lo demás no deja de ser cuestionable e incluso sospechoso el inopinado ataque de Hamás del día 9 de octubre. Conociendo la capacidad de los medios de inteligencia israelí, que dan clases y exportan tecnología al resto del mundo, parece increíble que a la asonada del grupo terrorista les hubiera sido desconocida. Hamás sabía también que la reacción del coloso judío sería atroz, por toda la capacidad de fuego de su formidable ejército. Por lo que sus logros en el terreno diplomático, por decirlo así: parar los acuerdos de paz de Israel con los países árabes a punto de firmarse. Acuerdos fraguados ignorando todos los actores (EU, Israel y los países árabes) el reconocimiento del Estado Palestino, no cubren los daños sobre el pueblo palestino, ni detienen la amenaza inminente de ocupación israelí de la Franja de Gaza, expulsando a toda la nación palestina de su suelo originario.
La comunidad internacional, el titular de la OMS y el propio secretario general de la ONU Antonio Guterres, suplican de rodillas al estado israelí, abrir paso a la ayuda humanitaria y dejar rehabilitar los hospitales que en los próximos días podrían convertirse en “fosas comunes” por la muerte inminente de enfermos que permanecen ahí sin condiciones para la atención médica. Nada de eso conmueve la humanidad de los altos directivos del ejército de la estrella de David, ni reblandece la intención del gobierno de Netanyahu para ocupar la Franja de Gaza, que, ante la angustiosa declaración del secretario, ha pedido su cese al frente de Naciones Unidas.
Estamos inermes. Los pacifistas de todo el mundo nos hemos levantado a demandar el cese al fuego, ante las atrocidades en contra de la población civil y la riesgosa extensión del conflicto, pero los gobiernos de occidente no se inmutan. El poder de las potencias occidentales con EU a la cabeza está apoyando la acometida israelí “como una defensa del mundo libre”, mientras miran para otro lado a la hora de que las imágenes de las atrocidades contra niños, ancianos y mujeres toman la primera plana de los diarios y las redes de todo el mundo.
El mundo islámico, especialmente Irán, vive como un profundo deshonor y vejación la pasividad de occidente frente a la desmesura israelí. Los propios ciudadanos israelíes conscientes de todo el mundo rechazan la perpetuación de esta escalada de muerte y venganza, venganza y muerte que lleva más de cincuenta y seis años y llaman a deponer a su cuestionado primer ministro.
La indiferencia que todos los gobiernos de occidente han mantenido frente al masivo reclamo humanitario y político de sus ciudadanos, con la justa demanda a favor de la paz y el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino, parece indicarnos que las consultas a la ciudadanía llamadas elecciones, que se celebran periódicamente en nuestros sedicentes países democráticos, han dejado de representar algo para la voluntad y las decisiones autocráticas de sus aguerridos y machistas gobernantes. Los poderes políticos constituidos se están distanciando de sus bases constitutivas. La guerra asoma su diente de fuego. Abramos los brazos a los otros y encendamos el corazón para iluminarnos en la incertidumbre. Vienen tiempos oscuros.