En los últimos 20 años la seguridad en México ha sido uno de los problemas que más han afectado a los mexicanos, los gobiernos han visto mermada sus capacidades para gobernar en beneficio de los gobernados y esto es indistinto para el órgano municipal, estatal o federal. La realidad es que cuando un gobierno de cualquiera de las tres estructuras no puede realizar su trabajo, está fallando en lo más fundamental de sus obligaciones, que es gobernar a favor de la comunidad para la cual fueron electos los gobernantes. Esas fallas derivadas de la inseguridad de los grupos criminales es una afectación no solo a la seguridad pública, se convierte de facto en una amenaza a la seguridad interior, ya que no permite salvaguardar la permanencia y continuidad de las órdenes del gobierno y las instituciones, afectando el desarrollo nacional , el orden constitucional, el estado de derecho y la gobernabilidad democrática de cualquier región del país.
Las afectaciones a la seguridad son el resultado del abandono en las instituciones de seguridad pública por décadas. El tema de la seguridad pública y la seguridad interior se ha politizado a niveles absurdos, donde nadie está dispuesto a asumir la responsabilidad de sus obligaciones. Se sabe que el eslabón más débil de la seguridad en el país son los municipios, quienes tienen menos capacidad de adiestramiento, económica, de recursos y son mucho más fáciles de ser cooptados por los grupos criminales. Lamentablemente los presidentes municipales no están dispuestos a aceptar la realidad, consideran que se les resta fuerza si la autoridad estatal o federal cumple con esa obligación, ante la incapacidad de la autoridad municipal. Es mucho más fácil salir con el discurso politiquero de que los delitos que se cometen son del orden federal y que por eso ellos no actúan, cuando la realidad es que la función de la seguridad pública no es determinar si el delito que se está cometiendo es del orden federal o del fuero común.
La obligación de las autoridades policiacas es prevenir los delitos o realizar detenciones en flagrancia pero en nuestro país hacemos todo a la mexicana. Adoptamos un sistema penal que seguimos sin entender y por lo mismo no sabemos aplicar, violamos derechos de forma regular y le damos salida a los criminales por algo tan simple como violar derechos humanos y procesales, por eso la reforma penal se ha quedado corta . Si no capacitamos a los policías y a los ministerios públicos seguiremos culpando a los jueces por dejar libres a los delincuentes, cuando la realidad es que muchos jueces son honestos y honorables pero no pueden vincular a procesos o dictar sentencias condenatorias debido a que las pifias de las investigaciones, las violaciones a derechos humanos y procesales son cientos. Pero de eso a nadie le gusta hablar.
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Desde que las fiscalías son independientes pueden hacer lo que quieran, y no hay institución que pueda frenarlas, tal como ocurre con el caso de Uriel Carmona, Fiscal de Morelos. Aunque en ese tema hay un muy alto factor político que ha enfrentado tanto al ejecutivo como al poder judicial.
Estamos entrampados entre el sistema penal que protege derechos humanos, la incompetencia de las investigaciones, el oportunismo político y el gran poder de los criminales. La sociedad busca soluciones a esos problemas, es por esa razón que surgen fenómenos como el del actual aspirante a coordinar la defensa del voto en la Ciudad de México: Omar García Harfuch, quien es bien visto por la gente de la ciudad por una simple y sencilla razón: lo asocian con un buen trabajo en materia de seguridad ciudadana. Omar García Harfuch es alguien que nunca ha buscado el reflector, pero que llamó la atención por los buenos resultados que dio en nuestra ciudad. Estos, además sirvieron y catapultaron a la doctora Claudia Sheimbaum para ser la favorita de la gente y ser designada como la Coordinadora de la defensa del voto de MORENA. Por esa razón la doctora apoya la candidatura del ex secretario de seguridad. A García Harfuch, se le pueden escatimar muchas cosas, menos el buen trabajo y los resultados por el bien de la ciudad bajo las órdenes de Claudia Sheinbaum.
Por último, se sabe de la guerra sucia e interna que se da en toda campaña política, los golpes bajos y los rumores infundados. Se sabe que intentarán de todo, pero los que hoy quieren atacar a Omar García Harfuch saben, están conscientes, que esos ataques son directos a la coordinadora de la defensa del voto a la presidencia de la República, indirectamente estarían acusando a la ex jefa de gobierno. Algunos que quieren ligar a García Harfuch con el ex asesor jurídico de presidencia Julio Scherer Ibarra, como alguien que lo proyectara y protegiera, se les olvida que Claudia Sheinbaum nunca tuvo buena relación con el personaje.
Es tanta su obsesión que han inventado historias de Omar en su adolescencia y el trato con su padre, pero para quienes lo conocemos desde aquellos días sabemos que no hay nada más alejado de la realidad. Para rematarla, en estos tiempos que siempre hay una foto, un audio o un video, es curioso que no exista ninguno del ex secretario de seguridad ciudadana ni con García Luna, Cárdenas Palomino, ni mucho menos con Julio Scherer Ibarra. ¿Será acaso que les gusta inventar historias o que sus fuentes en palacio nacional solo son de las que echan agua porque ni para eso sirven?