Este 19 de octubre se conmemora el día internacional contra el cáncer de mama, y no es una efeméride más. Es una fecha que simboliza la integridad de tantas guerreras de la vida que luchan una batalla todos los días.
Se trata de la más dura batalla de su vida, la que luchan por su vida misma.
He conocido a esas guerreras, y me enorgullece ser su amiga, me maravilla su entereza y fortaleza, ese admirable valor con que enfrentaron la enfermedad, a menudo al mismo tiempo que cuidaron del hogar o se hacían cargo de la familia.
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Siempre las tengo en la mente como ejemplo de lucha, de vida, de entereza. Las guerreras que sobrellevan el cáncer, sus seres queridos que les apoyan y acompañan, su entorno, todos los factores que nos llevan a valorar su batalla y su ejemplo.
También he conocido a las que han caído, a pesar de su esfuerzo y entereza la enfermedad ha vencido y siempre dejan un rastro y lección de vida, de los que hay que aprender, porque incluso en esa adversidad nos enseñan y nos seguirán enseñando que no hay que darnos por vencidas, que sí hay por qué y por quiénes luchar.
El cáncer de mama es una afección que ataca desde lo más personal de nuestro ser y vulnera nuestra condición física pero también pone a prueba la integridad mental. Enfrentar la enfermedad es librar una batalla contra un enemigo mortal.
Por eso siempre he considerado a quienes presentan esa batalla como las personas más fuertes y más admirables. Por eso también reconozco la tarea de quienes apoyan desde cualquier trinchera esta lucha, tanto si son familiares como si pertenecen a la sociedad civil o a agrupaciones de apoyo.
Como toda enfermedad, tiene un componente físico pero también uno mental, y también en lo emocional se requiere de apoyo, de acompañamiento, de valorar a las personas y hacerlas siempre sentir ese apoyo, ese acompañamiento. El dolor se enfrenta y sobrelleva mejor cuando se siente amor, cuidado y compañía.
En nuestro país, el cáncer de mama es la principal causa de muerte en mujeres mayores de 25 años, siendo el grupo de edad más afectado el de 50-69 años, esto según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es un asunto de salud pública, pero es también un asunto en el que todas debemos poner atención y por eso las principales organizaciones de salud recomiendan realizar ejercicios de autoexploración de forma regular. Siempre es mejor detectar a tiempo para tomar las medidas necesarias en tratamiento y, de ser necesario, en combate.
Las recomendaciones de las autoridades de salud incluyen, además de la autoexploración de forma regular, realizar actividad física, evitar el consumo de tabaco y tener una dieta equilibrada que regule la ingesta de lácteos, azúcares y harinas refinadas.
Prevención, exploración, tratamiento oportuno son elementos importantes para evitar la incidencia del mal. Seamos conscientes y apliquemos en nuestro ser cotidiano estas medidas, para evitar la enfermedad.
Seamos solidarias y solidarios con quienes la padecen, con las familias, y sobre todo procuremos difundir las recomendaciones de las autoridades de salud. Hagamos cuanto esté en nuestras manos para la prevención y para procurar unos cuidados más justos.