La elección de 2024 está considerada la más grande en la historia de nuestra nación y el Instituto Nacional Electoral (INE) la considera, además, la más compleja. Para entender estas dos afirmaciones, vale la pena destacar algunos datos públicos que consolidan dichas afirmaciones.
De entrada, entre otras consideraciones nunca habían concurrido tantas elecciones en un mismo día, 2 de junio de 2024. A nivel federal se renovará la Presidencia de la República, las 500 diputaciones federales y las 128 senadurías. A nivel local habrá elecciones en las 32 entidades federativas para la renovación de 19,746 cargos de elección popular; 8 gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, 1,098 curules de congresos locales, 1,803 presidencias municipales, 1,976 sindicaturas, 14,429 regidurías y 431 cargos auxiliares.
Se estima que el listado nominal de electoras y electores sería alrededor de 98 millones de registros, de donde destacan los casi 4 millones de jóvenes de 18 y 19 años, así como los 11.2 millones de jóvenes de entre 20 y 24 años que, de acuerdo con el Estudio muestral sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2021 del INE, fue uno de los segmentos de la ciudadanía que menos participó en dicho proceso electoral.
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Estos registros llevan al INE estimar la instalación de alrededor de 170 mil casillas que serán instaladas en toda la República para recibir el voto de las y los ciudadanos y que serán atendidas por más de 1.5 millones de funcionarias y funcionarios de casilla que procesarán el cómputo de las más de 311 millones de boletas electorales para la elección federal, más las que corresponderán a las elecciones locales.
Ahora bien, sobre la complejidad electoral tenemos que la renovación de 20,375 cargos de elección popular (federales y locales) será un trabajo titánico para el INE y los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) ya que, entre otros aspectos, esta cifra crece exponencialmente por el número de partidos políticos nacionales y locales y las tareas de registro de candidaturas y la fiscalización, a cargo del INE, de los recursos que partidos, precandidaturas y candidaturas utilicen, entre múltiples actividades más.
El INE, además de las más de 70 nuevas atribuciones que el Legislativo le confirió en 2014, tendrá que enfrentar algunos retos como los siguientes:
- Llevar a cabo el voto de las personas que se encuentran en prisión preventiva, así como el voto anticipado para la ciudadanía residentes en el territorio nacional que se encuentres incapacitados físicamente.
- El INE tiene la responsabilidad de la realización de Conteos Rápidos que permitirían conocer las tendencias electorales estimadas para los cargos de la Presidencia de la República, las Senadurías, las Diputaciones federales, así como las de la renovación de los 9 espacios del poder ejecutivo local.
- Respecto al voto de las y los mexicanos residentes en el extranjero, a nivel federal nuestros connacionales podrán votar por la Presidencia de la República y por las senadurías; a nivel local por las gubernaturas de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla y Yucatán, así como la jefatura de gobierno de la Ciudad de México; dos diputaciones migrantes correspondientes a Oaxaca y la Ciudad de México, así como por una diputación de representación proporcional en Jalisco.
- La observancia irrestricta del cumplimiento a la paridad de género, incluyendo la correspondientes a las gubernaturas y a la Ciudad de México, así como la instrumentación de la suspensión de prerrogativas de derechos para ocupar cargos por violencia política de género, entre otras.
Estos datos son sólo algunas referencias que permiten observar que la elección de 2024 será la más grande y compleja de nuestra historia, lo que esperamos desde la perspectiva periodística es que la misma se lleve a cabo en las mejores condiciones de equidad, certeza, transparencia e igualdad que permitan darle confianza al primer ingrediente de la democracia para participar: la ciudadanía.