Para las elecciones federales y locales de 2024 en donde estarán en disputa 20 mil 286 cargos de elección popular, existen varios aspectos diferentes a las elecciones federales anteriores de 2021 y 2028. En principio, y a raíz de los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, para 2024 existirá una nueva geografía electoral tanto para el ámbito federal como a nivel de las elecciones locales.
Este nuevo mapa electoral obliga a las diversas fuerzas políticas y locales a realizar un verdadero análisis para determinar estratégicamente la conformación de alianzas electorales a través de la figura de coaliciones.
Las coaliciones están concebidas como los acuerdos que construyen y definen dos o más partidos políticos con el objetivo primordial de postular a un cargo de elección popular a la misma persona. Esta determinación no es sencilla.
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De acuerdo con la legislación electoral las coaliciones se conforman de 3 maneras distintas considerando a los 300 distritos uninominales en que se divide el país, en este caso, para la elección federal. Así, la coalición flexible es aquella en la que una coalición determina ir de manera conjunta en al menos el 25% de los distritos; la coalición parcial en al menos 50% de los distritos, y la coalición total en el 100% de los distritos electorales.
En este sentido, el pasado 28 de septiembre el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), su máximo órgano de dirección aprobó un “Instructivo” que deberán atender los partidos políticos que acuerden formar coaliciones para la elección de Presidencia de la República, senadurías, así como de diputaciones, estas dos últimas bajo el principio de mayoría relativa.
De entrada, dicho Instructivo establece que los partidos políticos que busquen coaligarse deberán presentar diversa solicitud ante la Presidencia del Consejo General, destacando el Convenio de coalición, la documentación que demuestre que dicho Convenio fue avalado por los partidos políticos involucrados, la plataforma electoral, en su caso, el programa de gobierno, así como el Acta de la sesión que hayan celebrado los órganos de dirección de cada partido que demuestre la aprobación de la coalición, entre otros.
El INE procede analizar los expedientes respectivos en donde deberá observarse estrictamente el cumplimiento de paridad de género, así como otras acciones afirmativas que se hayan determinado, así como la observancia a los lineamientos establecidos de reelección por parte del INE.
Posteriormente, el INE a través de su Consejo General deberá sesionar para resolver sobre la procedencia o no de dichas coaliciones de conformidad con la ley electoral.
No obstante, la legislación dispone que, una vez concluida la etapa de resultados electorales y la declaración de validez de las elecciones, concluirá la coalición, incluso sin la necesidad de realizar una declaratoria conjunta.
Bajo este contexto, les espera a los partidos políticos un largo camino de análisis, deliberación, diagnóstico y acuerdos para arribar a la conformación de coaliciones de cara a la elección de 2024. Dichas determinaciones constituyen un auténtico ajedrez político en donde los partidos empezarán a mover sus peones, alfiles o torres en la búsqueda de ganar, en principio, la estrategia electoral.
Por otro lado, valdría la pena que el Legislativo en su oportunidad valore la continuidad de las coaliciones con el objetivo de que tengan una vinculación entre las propuestas que presentaron durante el desarrollo de las campañas electorales y que, de ganar la contienda, tengan una base de actuación entre las fuerzas coaligadas.
Veremos con el tiempo cuáles serán las alianzas electorales que se definan, los resultados de estas y luego de la elección, la nueva geografía político electoral del país.