A las 6:30 horas del sábado 7 de octubre y justo en plena celebración del Shabat y cuando se cumplía el 50 aniversario de la agresión sirio-egipcia contra Israel que dio inicio a la Guerra del Yom Kippur, el grupo fundamentalista Hamás lanzó desde Gaza una ofensiva sorpresa por tierra, mar y aire causando cientos de muertos y heridos. La operación denominada "Diluvio de Al-Aqsa” ha sido el ataque más mortífero que han realizado las Brigadas Al Qassam de Hamás, bombardearon con cientos de misiles a Israel e invadieron varias ciudades del sur, donde los mismo mataron a militares que a civiles, ancianos y niños; al final tomaron a 150 rehenes de varios nacionalidades, dos de ellos compatriotas y se los llevaron a Gaza.
El ataque incluyó docenas de infiltraciones por tierra y mar, un asalto que implicó una coordinación casi perfecta que normalmente las agencias de inteligencia israelí suelen detectar. Se confiaron, es evidente que fracasaron.
En un mensaje grabado, el jefe del ala militar de Hamás, Mohammed Deif, explicó que el ataque se dio en respuesta al bloqueo de Gaza, las incursiones israelíes a ciudades de Cisjordania durante el último año, la violencia en Al Aqsa –un sitio sagrado de Jerusalén que los judíos llaman el Monte del Templo–, así como por los constantes ataques de colonos judíos contra palestinos. "Ya basta. Hoy el pueblo está recuperando su revolución", dijo...
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El fantasma de la Guerra fue invocado; y el mundo en general reprobó los hechos, con algunas excepciones, algunos son "neutrales".
Nadie en su sano juicio puede apoyar esta barbarie, aunque lo han hecho algunos países.
De inmediato, el papa Francisco elevó una oración por las familias de las víctimas y por quienes están viviendo horas de terror y angustia: “La guerra es una derrota: ¡toda guerra es una derrota! ¡Recemos por la paz en Israel y Palestina!”
Las imágenes que hemos visto prácticamente en vivo son terribles, dolorosas, y lo grave es que Irán celebró el ataque con fuegos artificiales: "Irán apoya la legítima defensa de la nación palestina", declaró el domingo el presidente iraní Ebrahim Raisi, añadiendo que Israel debe "ser considerado responsable" de la situación.
Se comentó que Irán estaría detrás del ataque terrorista, pero no ha sido comprobado.
Fue un acto terrorista
La ofensiva de Hamás fue un acto terrorista que podría desencadenar un conflicto mayor en el Medio Oriente, y conforme pasaron los días nos enteramos de la magnitud del ataque
Nos impresionó ver lo que ocurrió en un festival de música electrónica –rave– que se realizaba cerca de la frontera con Gaza; en ese lugar se recogieron más de 260 cadáveres, la gran mayoría de jóvenes, inenarrable.
Días después, el martes 10, se encontraron los cuerpos de al menos 40 niños y bebés asesinados mientras dormían juntos en un dormitorio comunitario en el kibutz Kfar Aza, al sur de Israel. Algunos de ellos, según los militares, fueron encontrados decapitados, un crimen que no tiene nombre.
Los medios mostraron cuerpos sin vida de decenas de residentes israelíes y militantes de Hamás, entre casas quemadas, muebles destruidos y automóviles incendiados.
Por eso y más, Israel consiguió la simpatía de casi todo el mundo.
Muchos jefes de Estado y de gobierno lo primero que hicieron fue condenar los hechos de Hamás.
Algunos países como la Unión Europea condenan el ataque, pero mantienen la ayuda humanitaria a los palestinos, lo cual es correcto.
La respuesta de Israel de defenderse es correcta, pero no se vale la venganza.
La primera reacción fue bombardear Gaza indiscriminadamente e imponer un "asedio total" en la Franja para que no llegue "ni electricidad, ni comida, ni agua, ni gas", o sea van por los palestinos no por los terroristas.
Este tipo de medidas violan el derecho internacional humanitario; la ONU pide acceso “rápido y sin obstáculos” para dar ayuda a las víctimas.
Hay que dejar en claro algo; Hamás no es el pueblo palestino. El “Movimiento Islámico de Resistencia” (Hamás) no es el pueblo palestino, eso debe quedar claro. Se trata de un grupo radical del Islam, fundado en 1987 que aspira a imponer la ley islámica en la región y ha usado el terrorismo como vía para sus fines; de entrada, busca destruir Israel y hacer de Jerusalén, el tercer lugar más sagrado del islam, la capital de Palestina.
Ellos gobiernan desde 2007 en la región de la franja de Gaza y son parte de Palestina, pero son distintos a la llamada Autoridad Nacional Palestina de Mahmoud Abbas. Ambas organizaciones mantienen una disputa interna por el poder y control de la región y no han concretado acuerdos desde 2020.
Ambos trabajan por el mismo objetivo de construir un Estado palestino, pero las diferencias son abismales. En tanto Hamás no reconoce a Israel e intenta destruirlo, la Autoridad Palestina sí acepta al gobierno israelí y ha descartado por completo el uso de la violencia. Con respecto a la religión islámica uno cree que en la separación de Dios de la vida pública y en un sistema nacionalista y laico; en tanto el otro (Hamás) está vinculado con el Islam radical y el terrorismo.
Para la historia inmediata
México reconoció en un comunicado emitido la noche del 8 de octubre –casi dos días después–, por la Secretaría de Relaciones Exteriores “el derecho a la legítima defensa que asiste a Israel”, y condenó “el uso de la fuerza contra civiles”. De alguna manera deja en claro, sin mencionarlo la condena a Hamás, ahí debió haberlo dejado, pero en conferencia mañanera del lunes 9 de octubre AMLO dijo que somos neutrales:
A la pregunta:Presidente, más allá de lo injustificable del ataque terrorista, ¿cuál es la postura mexicana respecto a la reivindicación histórica de la causa palestina?
AMLO respondió: "Nosotros no queremos tomar partido porque queremos ser factor para la búsqueda de una solución pacífica".
"Ya son hasta ahora lamentablemente muchos muertos, tanto de Israel como de Palestina, y no queremos eso. Entonces, vamos a seguir convocando al diálogo. Como en el caso de Ucrania y Rusia, hicimos propuestas".
La respuesta de Israel fue inmediata....
La embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger, quien esperaba que México condenará a Hamás, reprochó en entrevista con Joaquín López Doriga la tibia postura de AMLO al decir que México tomará una posición neutral: "No tomar lado, en este caso, es apoyar al terrorismo", afirmó. Minutos después emitió un duro comunicado que quedará para la historia:
"Lamentamos profundamente que el Gobierno de México no haya adoptado una postura más enérgica y decidida ante esta situación. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de actuar de manera contundente para exigir la liberación inmediata de los cautivos y para condenar con firmeza esta masacre tan cruel e inhumana. Como la historia nos ha enseñado repetidamente, mantener una posición neutral en lugar de tomar partido implica, en última instancia, respaldar y apoyar al terrorismo".
AMLO dijo un día después que están en su derecho de opinar y que somos libres. Dejó el tema pero no fue cerrado, al contrario, no hemos visto aún la magnitud del exabrupto mañaneril.
Jorge G. Castañeda le dijo a López Obrador irónicamente en Nexos... "AMLO y Echeverría en Medio Oriente", que no deben sorprender a nadie las "tonterías" del presidente López Obrador "sobre la neutralidad mexicana (...) sobre los trasnochados principios de la Constitución, y sobre la neutralidad de México frente a la agresión terrorista".
"Asimismo, que la Cancillería diga una cosa, bastante sensata aunque no muy contundente, y que su jefe la contradiga al día siguiente, tampoco puede extrañarnos."
Pero Israel no es Ucrania
Por cierto, de los 130 personas rehenes que tiene Hamás, dos son mexicanos, y el grupo fundamentalista descartó negociar un canje de prisioneros y amenazó con matarlos públicamente.
La Franja se encuentra hoy bajo el bombardeo constante de las bombas israelíes y completamente aislada del mundo, sin comida, agua, electricidad, ni combustible.
Israel ha desplegado en la frontera con Gaza a 300 mil efectivos y prepara una operación terrestre. Los muertos superan ya los 1,100 y hay más de 5,300 personas heridas. En tanto los decesos en Israel ascienden a 1,200 personas fallecidas y 3,192 heridos.
De no parar la guerra habrá grandes consecuencias, lo que hemos visto no será nada.
Los tambores de guerra se imponen.
Muy lamentable.