Recordar a alguien consiste en desempolvar esas anécdotas irrepetibles y únicas vividas con esa persona ausente o en pensar cuáles eran las características otorgantes de unicidad a ese ser que, por múltiples circunstancias, será difícil volver a ver, escuchar, leer y tratar en el día con día o en algún período de tiempo determinado, pero constante.
Ese ejercicio del recuerdo fue el detonante para que Marta Lamas y Rodrigo Parrini iniciaran un proyecto de recopilación de textos sobre Carlos Monsiváis, a quince años de su fallecimiento. Pero, a diferencia de otras compilaciones u homenajes, no se pidió a las y los participantes reflexionar sobre alguna parte de la obra del popular escritor, sino, sobre aspectos más íntimos, derivados de la convivencia con él en algún momento de sus vidas.
El resultado, una obra de múltiples facetas, inscrita totalmente en un ambiente monsivaisiano, en el que todos los temas tienen cabida, siempre y cuando se sepan acomodar de una manera que cobren sentido y forma.
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Titulada “Nostalgia de Monsiváis” (Siglo XXI, 2025), contiene 35 textos testimoniales sobre diferentes aspectos de la convivencia con el también denominado cronista de la capital mexicana y autor de decenas de libros sobre la realidad mexicana del siglo XX en diferentes aspectos, desde las movilizaciones sociales, la pugna por los derechos sexuales y reproductivos, la diversidad sexual, el laicismo, hasta el arte, en sus diferentes manifestaciones, la canción popular, los deportes, la televisión y los medios de comunicación, entre la gran cantidad de temas contenidos en su obra.
De esta manera, plumas como la de la propia Lamas narran el momento en que conoció al escritor, las formas en que lo acercó al feminismo y a las publicaciones de este corte, la construcción de círculos de reflexión alrededor de los temas de la agenda y su constante apoyo a las causas en los medios de comunicación para que se posicionaran temas como el derecho al aborto.
O la de Alejandro Brito, quien comparte las múltiples formas en que el autor de “Días de guardar“ solía mofarse de la clase política mexicana y de todo ese entorno conservador, ridículamente opositor a los avances de derechos, esas “causas perdidas” que el propio Monsi siempre se comprometió a apoyar, a pesar de lo ilusorias que pudieran parecer.
Y en un tono similar, la de Rolando Cordera, quien recuerda algunas de las frases lapidarias del oriundo de la colonia Portales, como la de cuidarse de quienes defienden las buenas costumbres, pues, por lo regular, suelen ser quienes encienden las hogueras.
El propio Parrini comparte lo difícil que podría ser realizar una biografía sobre el cronista y ensayista, debido a su multifacetismo, y a la complejidad de su obra. Lo anterior lo concluye mientras mira algunas cajas repletas de recortes de periódico con los artículos de Monsiváis publicados en periódicos y revistas.
A esta aventura se suman muchas otras y otros autores más, como Javier Aranda Luna, Rafael Barajas El Fisgón, Gabriela Cano, Margo Glantz, Sandra Lorenzano, Elena Poniatowska, Beatriz Sánchez Monsiváis. Guillermo Osorno, Fabrizio Mejía, Juan Villoro y José Woldenberg, entre otras y otros autores, quienes comparten momentos de trabajo con el escritor en alguna institución, universidad o en su aparentemente caótico estudio. Por supuesto, el recordatorio de sus gatos y el vínculo que mantenía con ellos es constante a lo largo del libro.
Pero este trajín festivo no sólo ocurre a través de la escritura, ya que, recientemente, Capital 21 y la editorial Siglo XXI estrenaron la serie Querido Monsiváis, en la que, algunas de las autoras y los autores participantes en el libro, comparten de viva voz, sus vivencias personales junto al prolífico cronista-ensayista, y reflexionan sobre algunos aspectos particulares de su obra, como el feminismo, la disidencia sexo genérica o su incidencia pública y política.
