La incertidumbre regulatoria se mantiene como uno de los principales retos del sector eléctrico en México, pese a la alta respuesta de la iniciativa privada a la convocatoria vigente, advirtió Oscar Ocampo, director de Desarrollo Económico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El pasado 17 de octubre la Secretaría de Energía (Sener), lanzó la Convocatoria Atención Prioritaria de Solicitudes de Permisos de Generación Eléctrica e Interconexión al Sistema Eléctrico Nacional, los resultados se darán a conocer el próximo 17 de diciembre, y aunque se anticipa hubo una buena participación, aún quedan dudas de este proceso.
“La convocatoria tuvo muy buena respuesta por parte de las empresas. Sin embargo, esa respuesta seguramente va a ser más a los megavatios que se van a asignar, ¿qué va a pasar con los demás? Eso es lo que todavía no está claro”, comentó Ocampo en entrevista con La Silla Rota.
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El dilema de los megavatios
Ocampo explicó que la convocatoria contempla alrededor de 6,000 megavatios, mientras que el plan general del sector eléctrico habla de 7,500 megavatios, lo que abre un vacío regulatorio.
“La pregunta es cómo se van a repartir esos 1,500 megavatios adicionales entre quienes participaron y no resulten ganadores”, señaló. Hasta ahora, no está definido si la autoridad energética optará por un enfoque pragmático, otorgando más permisos, o si se ceñirá estrictamente a los límites establecidos en la convocatoria.
Contexto: Esto es parte del Plan de desarrollo del sector eléctrico, con lo que se definen los lineamientos para la expansión, modernización y operación del sistema eléctrico del país.
Un sector atractivo tras años de cierre
A pesar de esta incertidumbre, el sector eléctrico atraviesa un momento atractivo para la inversión. Ocampo recordó que México viene de casi seis o siete años de un cierre muy fuerte a la inversión privada, no por falta de necesidad, sino por ausencia de proyectos viables.
“Hoy hay una apertura, y eso por sí mismo genera interés”, afirmó Ocampo. El reto, subrayó, es que esta apertura no se limite únicamente a los megavatios licitados, sino que marque el inicio de una nueva etapa de inversión en el sector eléctrico.
De acuerdo con Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, esto es algo positivo para la economía mexicana, pues podría darle impulso al crecimiento por la mayor inversión fija. Además, la falta de energía eléctrica es un factor que frenó la llegada de nueva inversión extranjera directa en la primera ola del nearshoring.
Voto de confianza del sector privado
La alta participación en la convocatoria puede interpretarse como un voto de confianza de la iniciativa privada, impulsado por un rezago importante en inversión y por el crecimiento sostenido de la demanda eléctrica año con año.
Desde una perspectiva económica y de mercado, explicó Ocampo, el momento es atractivo porque la presión sobre el sistema eléctrico es cada vez mayor y las inversiones, aunque no exentas de riesgo, ofrecen condiciones relativamente seguras.
La política, el factor decisivo
Para el IMCO, el principal freno de los últimos años ha sido político. Si el entorno se vuelve más favorable a la inversión, lo lógico es esperar una respuesta positiva de los inversionistas, cuyo apetito por participar en el sector sigue presente.
El desenlace dependerá, en buena medida, del grado de apertura que muestre la autoridad energética tras esta primera convocatoria. “Lo ideal es que no se convierta en una camisa de fuerza, sino en un punto de partida para detonar nuevas inversiones”, concluyó.
Ocampo destacó que ante la restricción presupuestaria, la viabilidad del plan energético dependerá de crear un entorno favorable a la inversión, lo que implica garantizar procesos de asignación claros, definir la estrategia para la capacidad restante y ejecutar a tiempo los proyectos de transmisión que permitirán integrar la nueva generación.
