Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta inventarios limitados, falta de infraestructura y dificultades para distribuir gasolinas y Gas LP, factores que, según expertos, comprometen los objetivos de autosuficiencia energética planteados por el gobierno federal.
Para el analista energético Ramsés Pech, el problema no se limita al almacenamiento: la mayor vulnerabilidad está en la logística. Explica que la red de terminales de almacenamiento y reparto, tanto de Pemex como privadas, suele estar demasiado alejada de las estaciones de servicio, lo que aumenta los costos, limita el flujo y genera riesgos de desabasto, especialmente en el sur, sureste y Pacífico, regiones donde no existen ductos.
“Uno de los principales problemas que tiene Pemex hoy en día es que los centros de distribución están muy alejados de las estaciones de servicio; esto ocasiona altos costos logísticos”, advirtió Pech.
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Comentó que estados como Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo dependen casi por completo del transporte por carretera, ya que no cuentan con infraestructura de ductos.
En días pasados la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP y Empresas Conexas (Amexgas), informó que por problemas logísticos de Pemex, cinco estados sufren de racionamiento de Gas LP, sin embargo la petrolera lo negó y dijo que tienen el inventario y la logística para atender la demanda de los distribuidores en dichas entidades.
Pech estima que México tiene entre 3 y 5 días de gasolina y diésel, dependiendo de la demanda diaria. En su opinión, la falta de ductos obliga a mover parte del combustible por barcazas de 10 mil barriles y por pipas, lo que resulta ineficiente e insuficiente.
Contexto: La capacidad de almacenamiento y la red logística de la petrolera se han convertido en uno de los principales obstáculos para garantizar el abasto continuo de combustibles en México, pues cuenta apenas con inventarios equivalentes a 17 días de combustibles, muy por debajo de los 61 días recomendados por la Agencia Internacional de Energía (IEA).
Impacto del mercado ilícito y permisos limitados
Pech señaló un factor coyuntural: la reducción del combustible ilícito. Explicó que, al haber disminuido el volumen de hidrocarburos robados que circulaban en el mercado, esa demanda ahora debe ser cubierta por el suministro formal, presionando aún más la logística oficial.
Además, mencionó que existe un número limitado de permisos de importación privados, por lo que Pemex absorbe buena parte de la responsabilidad del abasto en todo el país.
Pemex reconoce ante EU problema de huachicol
Cabe mencionar que Pemex reconoció ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) que el robo de combustibles, también conocido como huachicoleo, continúa representando uno de los mayores riesgos operativos para la empresa, pese a los esfuerzos de mitigación implementados junto con el Gobierno mexicano.
El informe del tercer trimestre enviado al organismo estadounidense, señala que la actividad criminal vinculada al huachicol mantiene un impacto directo en la operación, las finanzas y la seguridad de la petrolera mexicana.
Según el reporte, la empresa enfrenta una alta exposición a actos criminales dirigidos al robo, desvío y manipulación de petróleo crudo, gas natural y productos refinados, principalmente a través de tomas clandestinas perforadas en su red de ductos.
Gas LP: el talón de Aquiles en la distribución
Ramsés Pech indicó que aunque el Gas LP cuenta con inventarios estimados entre 20 y 22 días, su vulnerabilidad está en la distribución. Sólo 30% del Gas LP es producido por Pemex, mientras que 70% es importado, lo que aumenta la dependencia de infraestructura de transporte.
Un reciente episodio de incertidumbre se originó cuando un ducto en Poza Rica dejó de bombear debido a inundaciones, lo que evidenció la fragilidad del sistema. Aunque había combustible disponible, la logística no permitió distribuirlo con rapidez.
IMCO: falta de ductos y una estrategia inviable
El director de Desarrollo Económico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Óscar Ocampo, coincide en que la distribución por pipa es profundamente ineficiente. “En un país como México, lo lógico sería que el grueso del transporte de gasolina y gas se diera por ductos”, señaló.
Ocampo subraya que la red actual de poliductos es limitada y carece de redundancias. La falta de inversión ha impedido expandirla, y Pemex no tiene hoy recursos suficientes para desarrollar la infraestructura necesaria.
En agosto pasado, Pemex también enfrentó problemas en el abastecimiento de gasolinas, derivado de la distribución que se realiza mediante pipas.
En este sentido, Campo adviertió que esta situación contradice las metas de autosuficiencia: “La falta de infraestructura limita la competitividad del sector energético y distrae a Pemex de otras tareas”. Además, los costos logísticos derivados de la ineficiencia se trasladan al precio final de los combustibles.
Por su parte, Pech indicó que Pemex no tiene presupuesto suficiente para expandir su red logística. La única alternativa viable, afirma, sería la construcción de “centros de almacenamiento satelitales” financiados mediante contratos mixtos con privados.
Estos centros no requerirían grandes volúmenes: podrían ser instalaciones de 100 mil a 300 mil litros, suficientes para evitar desabasto regional y reducir costos.
