Moody’s decidió mantener sin cambios la calificación crediticia de México, con una nota de “Baa2”, con perspectiva negativa, y advirtió de riesgos por bajo crecimiento, certidumbre institucional y sostenibilidad fiscal.
Moody´s informó que concluyó la revisión de la calificación crediticia de México, y aunque mantuvo la nota sin cambios, indicó que la trayectoria futura dependerá en buena medida de la evolución del marco regulatorio, del desarrollo de la revisión del T-MEC y de la capacidad del gobierno para contener presiones en las finanzas públicas.
Esta ratificación se da en un contexto de menor dinamismo económico y crecientes dudas sobre el desempeño de la economía y los riesgos internos y externos que enfrentará en país en 2026.
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Contexto: El desempeño económico del país se ha debilitado en 2025, año en el que se anticipa un crecimiento cercano a 0.5%. En este sentido, Moody’s atribuye esta desaceleración a la debilidad de la inversión, la menor actividad industrial y un entorno interno que ha generado cautela entre los agentes económicos. Este cuadro, señala, incrementa los riesgos para la trayectoria crediticia del país.
Riesgos por reformas y revisión del T-MEC
La calificadora advierte que los cambios al marco institucional derivados de reformas constitucionales en México podrían incidir en la confianza de los inversionistas. En su análisis, subraya que la calidad y estabilidad del proceso de formulación de políticas públicas es un componente clave para evaluar la solidez crediticia.
Además, Moody’s anticipa que el proceso de revisión del T-MEC en 2026 será complejo. Aunque no detalla escenarios, señala que la naturaleza del procedimiento y las tensiones comerciales potenciales incrementan la incertidumbre para el país, particularmente en sectores altamente integrados a la región de Norteamérica.
Mantiene perspectiva negativa
La agencia explica que mantener la perspectiva negativa responde a la percepción de un debilitamiento en la creación de políticas y del marco institucional, lo cual podría impactar negativamente los resultados fiscales y económicos. En particular, Moody’s observa dificultades crecientes para lograr una consolidación fiscal, debido a la rigidez del gasto público y al deterioro en la capacidad de pago de la deuda.
Uno de los factores más relevantes en esta evaluación es el apoyo sustancial y continuo a Petróleos Mexicanos (Pemex). La calificadora sostiene que las necesidades financieras de la empresa estatal continúan representando un riesgo significativo para las finanzas públicas, y que mantener ese nivel de respaldo podría debilitar la fortaleza fiscal del país en los próximos años.
Capacidad limitada
Moody’s advierte que México cuenta con una capacidad fiscal reducida para responder de manera efectiva a crisis o perturbaciones económicas. Esta vulnerabilidad aumenta la exposición del país a choques externos que, de materializarse, podrían deteriorar aún más su perfil crediticio.
La agencia puntualiza que un choque de estas características, combinado con un entorno de bajo crecimiento, podría generar mayores presiones sobre el gasto y la deuda, amplificando los riesgos ya detectados en la evaluación de 2025.
