Ricardo y Masayo Méndez, son dos ingenieros que descubrieron que su pasión era el pan, y lo que surgió como un hobbie en la pandemia, hoy es un negocio que ha crecido exponencialmente.
“Pan para Todos surge como un hobbie mío y de mi hermano Ricardo. En la pandemia había tiempo de sobra y ese tiempo decidimos destinarlo a un gusto; aprender a hacer pan de masa madre. Cada quien en su casa continúo haciendo pan y comiendo pan, sin embargo, mi hermano descubrió que era mucho más que un hobbie”, cuenta Masayo Méndez en entrevista con La Silla Rota.
Este 16 de octubre se conmemora el Día Internacional del Pan, fecha que busca reconocer al pan como uno de los alimentos más difundidos y antiguos, así como el trabajo de los panaderos que hacen feliz a la mayoría de los mexicanos.
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“El momento del pan es algo muy común en las familias mexicanas, creemos que nuestro pan puede marcar momentos especiales de las personas, y ver eso es una satisfacción muy importante”, comenta Masayo Méndez.
Contexto: En México hay más de 190 mil panaderías y reposterías, de las cuales más del 95% son micro y pequeñas empresas, además la mayoría de estas son negocios familiares, según muestran datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La cocina de casa les quedó pequeña
Méndez nos cuenta que su hermano Ricardo comenzó a meterse a cursos y su esposa empezó a promocionarlo, a partir de ahí nació una dark kitchen, y luego buscaron un espacio más grande, en donde la gente pudiera conocer un pan artesanal, saludable y al mismo tiempo accesible.
El pan que preparaba Ricardo fue ganando popularidad y en pocos meses la cocina de su casa era muy pequeña para cubrir la demanda, así que, empezó la búsqueda de un espacio para poner su panadería, que después evolucionó a cafetería y que hoy ya tiene tres sucursales.
Un cambio abrupto
Dejar completamente su trabajo para dedicarse a Pan para Todos significó un cambio “abrupto” para Masayo, y aunque Ricardo también ha pasado por este proceso, él ha mantenido su trabajo como ingeniero a la par de las cafeterías.
“Ricardo me invitó, pero yo estaba súper bien en mi trabajo, muy cómoda, (…) en una segunda invitación empecé a hacerme cuestionamientos personales sobre qué era lo que quería hacer en mi vida; me gusta mucho el pan, así que me lancé”, cuenta Masayo Méndez.
Pan artesanal Para Todos
Los mexicanos somos panaderos. Según datos del Inegi, el consumo de pan per cápita se sitúa en 33.5 kg al año, de esta cantidad cerca del 70% es pan blanco, mientras que el 30% restante es pan dulce, galletas y pasteles, pero uno de los objetivos de los hermanos Méndez es popularizar un pan artesanal de calidad y accesible para las personas.
“Sí se puede que todo el mundo tenga acceso a este pan, que no tiene químicos, que es sano y que puede traer alegría, así surge Pan para Todos”, precisó Masayo Méndez.
En cinco años la panadería que surgió en la cocina de Ricardo Méndez ya tiene tres sucursales, además pasó de dos trabajadores, que son quienes inicialmente iniciaron el negocio, a tener un equipo de 20 personas.
“Ha crecido muchísimo en 5 años y ha sido un crecimiento muy orgánico”, presume Masayo.
Diversifican el pan
Hace cinco años iniciaron vendiendo pan campesino de masa madre y conchas de vainilla y cacao, en este tiempo han explorado otras opciones y se han armado de un equipo que les ha ayudado a diversificar su oferta.
“Los clientes empezaron a pedirnos más, Ricardo seguía tomando cursos, el equipo fue creciendo y todos ya sabían más cosas, así nos fuimos diversificando y hoy tenemos alrededor de 40 diferentes panes, todas las personas han contribuido con ideas, y tenemos rellenos con sabores únicos”, explicó.
En Pan para Todos encuentras panes artesanales de masa madre, pero también panes dulces, laminados o rellenos de muchos sabores como queso de cabra, arándanos y chocolate blanco, o pistache.
El sueño de ser panadero
Josué Romero es uno de los creadores del pan de Pan para Todos, y cuenta que desde niño creció viendo y haciendo pan, y quiso continuar con la tradición y el legado de su familia.
“Desde que tengo memoria yo estaba parado en un banquito haciendo pan, la tradición panadera viene desde mis bisabuelos. Mi bisabuelo era maestro repostero, mi abuelo era maestro panadero, y mi mamá no trabajó como panadera, yo la pondría en la categoría de bizcocho y repostería, y luego sigo yo, soy el único nieto y decidí continuar con la tradición. Para mí es un gusto, una pasión y un sueño, pude tomar otro camino, ser licenciado o ingeniero, pero la gastronomía y las artes dulces son algo que han marcado mi vida”, cuenta Josué.
Por ello, el Día Internacional de Pan también reconoce la labor de quienes producen este alimento, y aunque no se sabe exactamente cuántos panaderos hay en México, el Inegi reporta que cerca de 853 mil personas trabajan en actividades de elaboración de pan, tortilla, repostería y otros productos de cereales y harinas.
Masayo comenta que lo que surgió como un hobbie no sería lo que es hoy si no fuera por el equipo de personas que los han acompañado en estos cinco años, “estamos muy agradecidos, sí con los clientes, pero principalmente con el equipo de personas que han trabajado con nosotros y son parte de este sueño, porque sin ellos nada de esto sería posible”, reconoció Méndez.