La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo supervisó los avances de las obras de ampliación del puerto de Manzanillo en Colima. La visita se realizó este sábado en un contexto de denuncias por posibles riesgos ambientales y sociales relacionados con el proyecto.
La gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno Silva, recibió a la presidenta en Manzanillo. Durante su visita, Sheinbaum también dio el banderazo de inicio para la construcción de puentes vehiculares en el estado.
La organización Defensores del Medio Ambiente y Recursos del Mañana (Demarem A.C.) alertó esta semana sobre riesgos para el ecosistema de la Laguna de Cuyutlán, que alberga manglares, humedales y especies en peligro de extinción como tortugas marinas y aves migratorias.
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Activistas señalan que la remoción de manglar, el dragado y el relleno podrían modificar el sistema lagunar y afectar las actividades de comunidades pesqueras y salineras. Las salinas de Cuyutlán, con más de 570 años de operación, sostienen a 190 familias y generan 400 empleos indirectos.
El acueducto entre Armería y Manzanillo se construyó sin consulta previa a comunidades afectadas y sin estudios públicos justificativos. La Asipona retiró la Manifestación de Impacto Ambiental inicial y reiniciará el proceso de consulta pública. El gobierno estatal indicó que mantendrá un compromiso con el manejo ambiental y el bienestar de las comunidades.
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Saturación en el puerto
El puerto de Manzanillo es el más grande de México y ocupa el tercer lugar en América Latina. Por este puerto ingresan el 41% de los embarques marítimos del país y se moviliza el 42% de la carga contenerizada nacional. Actualmente, la superficie de 450 hectáreas se encuentra ocupada en su totalidad.
Los problemas de saturación afectan las operaciones en el recinto portuario. En mayo de 2025, un paro laboral duplicó el tiempo de estadía de los contenedores, de 5 a entre 10 y 12 días. Este retraso provocó pérdidas para los autotransportistas y afectó la operación aduanera, suspendiendo entre 3,000 y 4,000 movimientos diarios de carga terrestre, con un impacto económico estimado en 100 millones de pesos diarios.
La Unión de Transportistas de Carga de Manzanillo reportó saturación de vialidades y patios. Los contenedores permanecieron almacenados con costos para los importadores de entre 4,000 y 7,000 pesos diarios. La Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) señaló que la presencia de 15 buques fondeados no indicaba saturación. Sin embargo, el director ejecutivo de Hutchison Ports Latinoamérica y el Caribe, Jorge Magno Lecona Ruíz, indicó que la ampliación hacia la Laguna de Cuyutlán es la única solución viable.
El proyecto de ampliación
El proyecto de modernización del Puerto Nuevo Manzanillo Cuyutlán contempla una inversión de 78,000 millones de pesos del gobierno federal. De este monto, 63,000 millones se destinarán a terminales y 15,000 millones a la modernización de vías carreteras. La Secretaría de Marina administra la instalación y respalda la construcción de obras.
La ampliación se desarrollará en el Vaso 2 de la Laguna de Cuyutlán y aumentará la superficie portuaria de 450 a 1,880 hectáreas. Esto permitirá cuadruplicar la capacidad de manejo de contenedores, de 3.7 millones a 10 millones de TEUs anuales. El puerto buscará posicionarse como el más activo de América Latina y entre los 20 principales del mundo.
La primera etapa incluirá dos terminales especializadas en contenedores con 100 hectáreas cada una y muelles de 1,500 metros. Cada terminal operará hasta tres megabuques de manera simultánea y moverá un estimado de 2.5 millones de TEUs anuales. Una segunda etapa prevé dos terminales adicionales para manejo de contenedores.
Infraestructura complementaria
El puerto contará con infraestructura para hidrocarburos, incluyendo dos terminales privadas y un complejo de Pemex. Este complejo tendrá capacidad de almacenamiento y distribución para 3.7 millones de barriles de gasolina y diésel, y recibirá hasta cinco buques petroleros de forma simultánea.
Entre las obras complementarias se incluyen un canal de navegación de 250 metros de ancho y 15 metros de profundidad, tres puentes para aliviar el tránsito portuario, un acueducto de 42.83 kilómetros entre Armería y Manzanillo, carriles elevados en el corredor logístico carretero, digitalización de trámites mediante la plataforma “Puerto Inteligente Seguro”, instalación de 14 equipos de rayos X y un Centro de Control de Tráfico Terrestre en operación continua.
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Impacto económico y logístico
La ampliación de Manzanillo busca consolidar a la región como un punto estratégico de logística nacional. Las autoridades prevén que este proyecto genere 488 millones de dólares en ingresos anuales y 65,000 empleos. El plan se enmarca en la estrategia de modernización portuaria del gobierno federal para fortalecer la industria y enfrentar la recesión económica.
El puerto de Manzanillo registró tres récords históricos de movimiento de carga en 2024. Con la ampliación, se busca mejorar la eficiencia, incrementar la conectividad y agilizar la salida de mercancías, además de atraer más navieras y aliviar la saturación de otros puertos como Long Beach en Estados Unidos.
VGB