El 3 de julio de 1955 no fue un día cualquiera en la historia de México. Fue la fecha en que las mujeres mexicanas tuvieron, por primera vez, la oportunidad de acercarse a las urnas para emitir su voto en una elección federal. Este acto, que hoy damos por sentado, fue la culminación de décadas de lucha y un paso fundamental hacia la construcción de una democracia más inclusiva y equitativa.
Un Derecho Conquistado: Cómo y Cuándo Ocurrió el Primer Voto Femenino
La semilla del sufragio femenino en México fue sembrada formalmente el 17 de octubre de 1953, cuando se reformó el Artículo 34 Constitucional. Esta enmienda fue de "capital importancia" , ya que otorgó a las mujeres el derecho explícito no solo a votar, sino también a ser votadas, a competir políticamente en condiciones de equidad, a ocupar cargos de elección popular sin discriminación y a buscar una representatividad igualitaria en todos los órdenes de gobierno.
Sin embargo, la ley es una cosa y su aplicación, otra. Aunque la reforma constitucional se promulgó en 1953, el ejercicio efectivo de este derecho tardaría casi dos años en materializarse. Fue el 3 de julio de 1955 cuando las mujeres mexicanas acudieron por primera vez a las urnas. En aquella ocasión histórica, el objetivo era elegir a los diputados federales que integrarían la XLIII Legislatura. Este evento marcó "uno de los mayores reconocimientos a sus derechos", transformando la posibilidad legal en una realidad tangible para millones de mexicanas.
Te podría interesar
Más allá del Voto: la primera mujer en ser votada
Mientras que el 3 de julio de 1955 fue un acto colectivo de millones de mujeres ejerciendo su derecho, la pregunta sobre quién fue la primera mujer en votar es, en esencia, imposible de responder con un solo nombre. Fue un momento de empoderamiento masivo, no individual. Sin embargo, la primera mujer que fue votada y resultó electa para un cargo federal, abriendo el camino para la representación femenina en el Congreso fue Aurora Jiménez de Palacios. Nacida en Tecuala, Nayarit, en 1925, Aurora Jiménez fue una abogada que, con gran esfuerzo, cursó la carrera de Leyes en la Universidad de Guadalajara.
PUEDES LEER: Congreso de Morelos frena reforma que va contra la paridad a cambio de más curules
Aurora Jiménez de Palacios hizo historia al convertirse en la primera diputada federal en la historia de México. Fue electa el 4 de julio de 1954, representando al recién creado estado de Baja California. Tomó protesta y se incorporó al Congreso de la Unión el 7 de septiembre de 1954. Su gestión, aunque breve (concluyó el 31 de agosto de 1955) , fue productiva. Durante su tiempo en el Congreso, intervino para oponerse a una iniciativa presidencial que imponía 50 años de prisión por traición a la patria, argumentando que la delincuencia debía abordarse con programas de protección y capacitación. También destacó al reconocer públicamente la aprobación del voto femenino.
La trayectoria de Aurora Jiménez de Palacios es un testimonio de la valentía y el compromiso de las pioneras. Tras su paso por el Congreso, compitió por la presidencia municipal de Mexicali y, aunque no ganó, se incorporó a la administración del segundo Ayuntamiento como síndica procuradora entre 1956 y 1958, donde se dedicó a cuidar rigurosamente los recursos municipales.
Este hito sentó las bases para que, décadas después, otras mujeres alcanzaran posiciones de poder aún más elevadas. Un ejemplo contemporáneo de la evolución de esta participación es Claudia Sheinbaum Pardo, quien en 2024 se convirtió en la primera mujer en la historia de México en ejercer el cargo de Presidenta de la República. Su trayectoria, que incluye haber sido la primera mujer electa jefa de Gobierno de la Ciudad de México , es un reflejo de cómo el camino abierto por pioneras como Aurora Jiménez ha permitido que las mujeres mexicanas no solo voten, sino que lideren la nación.
La mujer en el electorado actual: fuerza mayoritaria
La participación de las mujeres en la vida política de México ha crecido exponencialmente desde aquel 1955. Hoy, las mujeres no solo son una parte fundamental de la sociedad mexicana, sino que constituyen una fuerza demográfica y electoral mayoritaria.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOEN), al cuarto trimestre de 2022, en México residían 67 millones de mujeres, lo que representó el 52.0% de la población total de 128.9 millones de personas. Esto significa que las mujeres superan ligeramente en número a los hombres, con una proporción de 108.5 mujeres por cada 100 hombres, en 2022.
Esta mayoría demográfica se traduce directamente en el ámbito electoral. La Lista Nominal del Instituto Nacional Electoral (INE), el registro oficial de ciudadanos con credencial para votar vigente, refleja esta realidad. Al 6 de junio de 2021, de los 93,528,473 ciudadanos registrados, 48,462,689 eran mujeres, lo que representaba el 51.81% del total. Más recientemente, en octubre de 2023, la Consejera Presidenta del INE, Guadalupe Taddei, confirmó que las mujeres componen el 52% de la Lista Nominal de Electores. Las proyecciones para el 26 de junio de 2025 estiman una Lista Nominal total de 97,615,152 ciudadanos en territorio nacional , y si la proporción se mantiene, más de 50 millones de ellos serán mujeres.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
Esta consistencia entre la composición demográfica y la electoral subraya que las mujeres no son solo una mayoría numérica, sino una fuerza dominante e influyente dentro del electorado activo. Su voto colectivo tiene el potencial innegable de influir significativamente en los resultados electorales en todos los niveles de gobierno, haciendo que sus intereses y preocupaciones sean ineludibles para cualquier actor político.
kach