VOTO FEMENINO

“Ahora nos escuchan”: El viaje de una mujer que vivió la batalla por el voto femenino

Era bien feo, uno nomás decía algo y nos gritaban “cállate, esto es tema de hombres, no de las mujeres”, “ahora ya nos dan la oportunidad de que opinemos, de que votemos, de al menos poder decir si está bien o está mal”.

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Escrito en GUANAJUATO el

León, Guanajuato.- Vendiendo chicles, a sus 85 años de edad María Luisa Rueda Rodríguez, relata que de esta manera ella puede salir adelante, mantenerse, ser independiente y libre de un ex marido que la oprimía en todo sentido.

María Luisa señala que “el voto era lo de menos”. “Los hombres no nos dejaban estudiar, trabajar, ni aprender algún oficio, yo no aprendí nada por eso la vida se me complicó cuando me las tuve que arreglar yo sola”, confesó.

María Luisa, nacida en León Guanajuato, tuvo que salir huyendo de su relación hacía un nuevo comenzar en la colonia San Agustín, Ecatepec, Estado de México, en aquel entonces transcurría el año 1955, un 17 de octubre cómo hoy, se aprobaba la reforma en la constitución para que las mujeres pudieran ejercer su derecho al voto.

María Luisa vendiendo chicles foto: Gustavo Carreón

“Recuerdo cuando las mujeres pudimos votar por primera vez en México, yo aún no tenía la mayoría de edad, muchas cosas cambiaron para mi desde ese entonces, para mi el derecho a votar representa que ya no nos vieran para abajo como nos miraban antes, éramos invisibles, los hombres nos tenían con el pie en el pescuezo”. Comentó la señora Rodríguez.

Pero todo cambió para ella, cuando en su nuevo comienzo, pudo hacerse de una casa y de muy buena reputación en su nueva vida, siendo así que los vecinos la eligieron para ser la primera presidenta de su colonia.

“Yo no supe lo que era una escuela, pero nunca me quedé callada, siempre levanté la voz por mi colonia y mi comunidad, no importa si era tener que andarme peleando con puros hombres, que en aquel entonces todos los líderes eran hombres, imagínese cómo era, ni caso me hacían”, relató María Luisa.

Esto no detuvo a María Luisa, quién en menor escala, pero de igual manera vivió la experiencia de ser una primera mujer presidenta, justo cómo lo está viviendo la actual presidenta de México y la gobernadora del estado de Guanajuato.

“Las mujeres no tenemos miedo, a las mujeres nos gusta trabajar y salir adelante, no importa si estamos solas, yo siempre les decía, levántense, vamos a Toluca, con los gobernantes, vamos a exigir que no tenemos agua, no tenemos luz, no tenemos pavimento, andamos en el puro terregal”, Expresó con fervor.

María Luisa vendiendo chicles foto: Gustavo Carreón

Además se mostró agradecida con sus gobernantes actuales, expresando su felicidad debido a que sus hijas ahora pueden ser libres y pensar cómo quieran.

“Ahorita no estoy muy bien informada, pero lo que sí sé es que tenemos primera presidenta mujer, que también en León, la alcaldesa es mujer y se que ellas están peleando por nosotras, porque la lucha no se acaba, la lucha sigue. Que tengamos una presidenta municipal mujer es lo más bonito que pueda haber, no la conozco, pero desde aquí le mando mis agradecimientos, que siga luchando, porque muchas veces a las mujeres no nos quieren hacer caso, pareciera que es una lucha eterna, pero poco a poco las cosas mejoran para nosotras.” Recalcó.

En su reflexión final, recordó sus dificultades cómo hija y esposa, reconociéndose a sí misma la fortaleza que tuvo para dejar todo atrás y emprender un nuevo comienzo.

Lo más bonito es ver a mis hijas libres, tomando sus decisiones, pensando y vistiendo cómo ellas quieren, porque antes era lo que el hombre decía y nada más, ahora tenemos la facilidad de opinión, antes no, éramos oprimidas, nos tocó pelear por lo nuestro; Eso de que a nosotras nos veían menos, ya se acabó”. reflexionó la señora Luisa.

Mi papá hizo con mi madre lo que él quería, mi mamá decía que él era el hombre y se tenía que hacer lo que él decía, a mi me tocó una vida similar con mi marido, me quería tener a sus pies, a lo que él decía, por eso yo dije a volar se ha dicho, porque yo no quería vivir lo mismo” dijo.

Si bien, ganó independencia, María Luisa tuvo que regresar a León, con su familia, ya que según cuenta, siempre los extrañó, actualmente ella vive de las pensiones del gobierno y vende dulces para ganarse un extra al día.

“Lo que me gusta de León es todas las facilidades que nos dan nuestros gobernantes para vivir, muchas veces no lo vemos o no lo sabemos agradecer, pero yo que ya lo viví bien y bonito, le quiero dar las gracias a los que han estado y a las que están de presidentas, porque nos han ayudado mucho, siento que ellas piensan como yo cuando era joven, con muchas ganas de llevar a las mujeres muy lejos.” Concluyó.

 

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