La declaración de culpabilidad y la posterior cooperación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, con las autoridades federales de Estados Unidos, han desatado una profunda preocupación en el gobierno mexicano por lo que podría declarar sobre la presunta relación entre el gobierno de México y los cárteles de la droga.
Esta situación ha llevado a una escalada de tensión entre ambos gobiernos por especulaciones sobre posibles revelaciones de nexos entre funcionarios mexicanos y el narcotráfico, afirma el medio estadounidense Los Ángeles Times, en una reciente publicación.
La principal inquietud del gobierno mexicano es que Ovidio Guzmán López revele nexos con los narcos, recalca el medio al resaltar la cooperación de Ovidio con la fiscalía estadounidense, con quien habría pactado la reducción de su condena perpetua por narcotráfico y otros delitos.
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Dicho acuerdo entre el capo de la droga y el gobierno de EU ha sido interpretada por analistas y políticos como una señal de que "debe estar cantando", señala el Times, lo que podría sacar a la luz información comprometedora sobre la corrupción política ligada al Cártel de Sinaloa.
La Cooperación de Ovidio y el temor a un "terremoto político"
El medio asegura que el acuerdo de Ovidio para cooperar con la fiscalía estadounidense, ha generado en México la sensación de que está a punto de revelar "un montón de trapos sucios sobre políticos mexicanos a sueldo del Cártel de Sinaloa".
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Y que la especulación en México se ha centrado en la presunta corrupción de los llamados "narcogobiernos" que sirven bajo la bandera de Morena, y por ende, presionando a la presidenta Claudia Sheinbaum en relación a las próximas negociaciones con su homólogo, Donald Trump.
Esta afirmación se basa en la declaración del periodista José Luis Montenegro, quien ha que "hay total incertidumbre y miedo en la presidencia" y que "los políticos de Morena deben estar temblando".
A ello agrega la posibilidad de una acusación pública contra el expresidente Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena, por parte de las autoridades estadounidenses, lo que podría desencadenar un "terremoto político" en México.
La disputa Sheinbaum-Lichtman: un reflejo de la tensión
Otro factor que usa el medio estadounidense para afirmar que el gobierno de México teme lo que pueda cantar Ovidio sobre el presunto pacto entre narcos y políticos es la “disputa pública" entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Jeffrey Lichtman, el abogado de Ovidio Guzmán López.
Tras la audiencia en la que Ovidio se declaró culpable en EU, Lichtman lanzó fuertes declaraciones en contra del gobierno mexicano y la presidenta Sheinbaum, señalándolos (sin pruebas) de estar coludidos con los narcotraficantes.
Lichtman calificó las afirmaciones de Sheinbaum sobre la necesidad de que EU coopere con México en investigación contra su cliente de "absurdas", especialmente si Ovidio revela vínculos entre funcionarios y cárteles.
En una publicación incendiaria, Lichtman acusó al "gobierno corrupto" de Sheinbaum de "actuar más como el brazo de relaciones públicas de una organización de narcotráfico". En respuesta, Sheinbaum presentó una denuncia por difamación contra Lichtman, declarando que "no voy a establecer un diálogo con un abogado de un narcotraficante".
Esta confrontación pública subraya la extrema sensibilidad y la preocupación que el caso genera en las más altas esferas del poder mexicano.
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"Trato especial" a la familia Guzmán como indicio de cooperación
Un hecho que ha avivado las especulaciones sobre la cooperación de Ovidio es el "trato especial" que recibió la familia extendida de "El Chapo" en mayo de este año. Las autoridades estadounidenses escoltaron a 17 miembros de la familia —incluida la exesposa y madre de Ovidio y Joaquín Guzmán López— a San Diego desde Tijuana.
Aunque el Departamento de Justicia estadounidense declinó hacer comentarios, el principal funcionario de seguridad pública de México afirmó que esta medida "probablemente formaba parte de un acuerdo de cooperación entre Guzmán López y Washington".
Este suceso refuerza la percepción de que Ovidio ya está brindando información valiosa a las autoridades estadounidenses.
Contexto histórico de corrupción y otros capos en custodia
Según el medio estadounidense, el gobierno de México ya a pactado los narcos anteriormente, como prueba usa el caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad en el gobierno de Felipe Calderón, quien fue declarado culpable en EU de aceptar millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa y cumple una condena de 38 años de prisión.
Además, actualmente, tres importantes capos del Cártel de Sinaloa están bajo custodia estadounidense: Ovidio Guzmán López, Joaquín Guzmán López (otro hijo de "El Chapo" también representado por Lichtman), e Ismael "El Mayo" Zambada, cofundador del cártel, la captura de este último desató una guerra civil dentro del cártel, con cientos de muertes.
La situación actual, con Ovidio aparentemente dispuesto a llegar a un acuerdo, podría exponer una "red de corrupción oficial que agita la política mexicana" como nunca antes.
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¿Por qué es relevante el tema?
El acuerdo de cooperación de Ovidio Guzmán con las autoridades de Estados Unidos es relevante porque podría convertirse en una fuente clave de información sobre el funcionamiento interno del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
Al aceptar colaborar con la justicia estadounidense, Guzmán no solo busca reducir su condena, sino también abre la puerta a revelar detalles sensibles sobre las redes del narcotráfico, sus rutas, sus estructuras financieras y, especialmente, sus posibles vínculos con funcionarios públicos tanto en México como en otros países.
Este tipo de acuerdos ha sido fundamental en otros casos para desmantelar partes importantes del crimen organizado. Sin embargo, lo que hace particularmente significativo el caso de Ovidio es su linaje: como hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, tiene acceso privilegiado a información de alto nivel.
Si su cooperación incluye datos sobre corrupción institucional, podría implicar a figuras del gobierno mexicano y detonar investigaciones delicadas que afecten tanto al sistema judicial como a las fuerzas de seguridad.
Además, este proceso ocurre en un contexto de alta tensión entre México y Estados Unidos por la crisis del fentanilo, la seguridad fronteriza y la cooperación bilateral en materia de crimen organizado. Las revelaciones de Guzmán podrían reconfigurar las estrategias de ambos países y generar presión política en México.
En resumen, este acuerdo tiene el potencial de sacudir estructuras criminales y evidenciar, una vez más, los profundos vínculos entre el narcotráfico y el poder político.
VGB