Fue la primera mujer en ocupar la subprocuraduría de investigaciones en delincuencia organizada y después también fue pionera al encabezar la Procuraduría General de la República.
En su largo camino en la procuración de justicia fue defensora de oficio, Marisela Morales fue agente del ministerio público y progresivamente escaló hasta la posición más alta de la antigua PGR.
Ahora compite por uno de los nueve puestos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tras pasar un periodo como cónsul de México en Milán.
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En entrevista con La Silla Rota la abogada por la UNAM, considera que es necesario conciliar el sistema de procuración de justicia con el de impartición de justicia.
“La procuración y la impartición de justicia necesitan hablar el mismo idioma. Uno de los grandes problemas de la procuración de justicia es que no ha tenido la capacitación y profesionalización, no han tenido esa constancia y esa evolución, ese desarrollo que se ha tenido en la Escuela de Formación Judicial”.
Ante la reforma judicial, agrega será necesario modificar la procuración de justicia para que puedan compaginarse. “Las dos instancias que son fundamentales para impartir y prevención también la prevención. Pero la procuración y la impartición tienen que ir de la mano”.
Tras casi dos meses en campaña, Marisela Morales estima que el mayor desafío para la próxima Suprema Corte de Justicia será atender la gran cantidad de asuntos que se dirigirán al pleno.
"El mayor reto, sin duda es que hay dos salas especializadas en la Corte, se hará un pleno con nueve ministros y es un gran reto unirlas en un solo pleno en donde se va a conocer de todas las materias. Será un gran reto para las personas que tomarán estas posiciones como ministros de la Corte, es una gran responsabilidad, un gran compromiso, pero en la medida del compromiso debe ser la responsabilidad. Creo que todos los que participamos en esta en esta elección lo sabemos y estamos conscientes del gran reto que significa".
Una de las cartas de presentación de Morales es su experiencia en el sistema de procuración de justicia, pero también los reconocimientos que obtuvo al encabezar una investigación en torno a una red internacional de trata de personas, que raptaba a mujeres para llevarlas por la fuerza a Estados Unidos.
"Se pudo rescatar a las mujeres que estaban siendo explotadas sexualmente con base en un trabajo y coordinación entre México y Estados Unidos y también se rescató a sus hijos porque los tenían como rehenes para obligarlas a realizar estas actividades que atentaban contra su dignidad y su libertad. A las personas de esta organización criminal se les sentenció a 37 años de prisión y estos son los casos en los que se tiene que seguir trabajando, porque estos resultados ayudan a transformar vidas".
