FOSAS CLANDESTINAS

En Teuchitlán y en La Bartolina el mensaje es el que se meta con ellos así va a terminar: activista

La buscadora Delia Quiroa compartió en entrevista con La Silla Rota las similitudes entre los dos campos de exterminio, cuyo objetivo es el mismo: infundir terror

Fiscalía del Estado afina investigación del Rancho Izaguirre en Teuchitlán
Fiscalía del Estado afina investigación del Rancho Izaguirre en TeuchitlánCréditos: Especial
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Una de las similitudes entre los campos de exterminio de Teuchitlán, Jalisco, recientemente descubierto, y el de La Bartolina, en Tamaulipas, que se dio a conocer en 2016, es que ninguno fue hallado por las autoridades.

Así lo dice en entrevista con La Silla Rota la buscadora Delia Quiroa, originaria de Tamaulipas, y cuyo colectivo, 10 de Marzo, ha estado en La Bartolina.

El predio de Teuchitlán fue hallado por el grupo Guerreros Buscadores de Jalisco, a partir del testimonio de un sobreviviente. En el caso de La Bartolina fue un integrante del Cártel del Golfo, “El Fili”, quien luego de ser detenido en 2016 reveló a las autoridades de la existencia del sitio en el que, como en Teuchitlán, se cometían asesinatos, desmembramientos e incineración de personas.

El uso que se le daba a los dos predios es una de las similitudes que también guardan. Pero una diferencia es su aspecto.

En La Bartolina, otra crueldad

En La Bartolina solo dejaron huesos calcinados, y no en la superficie, sino que los delincuentes se tomaron la molestia de meter los restos en un hoyo profundo.

“El predio está lleno de hoyitos, el agua que sube fue revelando los huesos y cuando llegamos estaban expuestos”, recuerda la activista. Cree que podría haber más de dos toneladas de huesos triturados, pues antes de que el lugar fuera descubierto el agua pudo llevarse algunos. A la fecha, sólo ocho personas asesinadas ahí han sido identificadas.

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En cambio, en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, los criminales dejaron prendas y calzado abandonados, como se ve en imágenes en los que hay playeras de todo tipo y diseño, pantalones en su mayoría de mezclilla y tenis.

“En Jalisco fueron desaseados, tenían un lugar para destazar, ‘para cocinar’, pero fueron desaseados”, reitera Quiroa.

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En ese modo de operar ve que puede haber un elemento en común: el grupo de los Zetas, surgido de una escisión con el Cártel del Golfo y que cuenta con formación militar de élite. En Matamoros los Zetas pudieron actuar directamente en la desaparición de los hallados en La Bartolina, mientras que en Teuchitlán pudieron enseñarle al grupo criminal local a desaparecer y calcinar a las personas, por eso hay menos orden.

Pero el objetivo de ambos sitios de exterminio es el mismo: infundir terror.

Para ello debieron participar exintegrantes de las fuerzas armadas con conocimiento de estas técnicas. Ese tipo de prácticas no las conocían los ciudadanos, quemar personas en tambos u hornos. Quienes hacen esto quieren deshacer la evidencia. Las destazan, les echan diésel hasta que se deshacen y en el caso de La Bartolina, hasta los trituraron, continúa la buscadora.

“Es difícil hacer esto, es tener la cabeza loca. El mensaje es ‘el que se meta con nosotros vea cómo va a terminar”, dice Quiroa en uno de los pocos momentos en que le cuesta ordenar sus palabras.

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Su colectivo tiene 300 familias

Delia Quiroa inició su camino como buscadora de personas en 2015, luego de que un año antes su hermano desapareció y vivió en carne propia no solo el dolor de no saber dónde estaba su ser querido, sino enfrentar la negligencia y desidia de las autoridades que soslayan la búsqueda de personas desaparecidas.

Desde entonces, organizó un colectivo que agrupa a 300 familias y ha estado en distintos predios donde se encuentran restos humanos. También ha hecho protestas y el año pasado instaló una casa de campaña bajo el asta bandera, en el Zócalo capitalino.

Quiroa, originaria de Tamaulipas, el segundo estado con más desapariciones, luego de Jalisco, explica las dimensiones y el tamaño del horror de La Bartolina. A más de ocho años de que se descubrió ese predio, que es más grande que Teuchitlán, aún se siguen extrayendo huesos. 

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La dimensión de La Bartolina es espeluznante

En 2021 la entonces Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Quintana, se refirió al predio y dijo que hasta entonces se habían hallado media tonelada de restos óseos calcinados. A partir de ese año la Comisión Nacional de Búsqueda y otras autoridades federales ya trabajaban en la búsqueda de restos, y las estatales lo hicieron desde 2017. Quintana llamó al lugar de ‘sitio de exterminio’, aunque aclaró que no era el único en Tamaulipas y su estado vecino, Nuevo León.

“La dimensión de La Bartolina es espeluznante si es que se pudiera distinguir de las demás porque en realidad todas ellas ejemplifican el horror de lo que se ha vivido en nuestro país en relación con la desaparición de personas”, dijo Quintana el 14 de julio de 2021.

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Soltaron al “Fili” y luego este fue asesinado

Quiroa dice que el lugar ni siquiera se llama La Bartolina. Pertenece al ejido El Huizachal, en las afueras de Matamoros. Su ubicación remota y su uso clandestino dificultaron su detección. Pero le llamaron La Bartolina porque ahí había un letrero que así decía. Comparte unas imágenes y el predio se ve cerca de algo similar a un brazo de mar. Alrededor se observan milpas, lo cual lo hacía más difícil de hallar.

Los campos de sorgo están un área como de un terreno elevado, ahí era donde quemaban y destazaban a las personas. Pero antes de 2017 era de difícil acceso y no hay una construcción, como en Teuchitlán. Aunque ya desde entonces se sospechaba que algo pasaba.

“Ahí sí estaba en la clandestinidad porque lo que hacían era a la brava. O sea, dices, ¿cómo me voy a poner yo a destazar una gente aquí, qué tal si alguien me ve, aunque sea monte. Hay parcelas. El sitio de exterminio fue hallado por la Secretaría de la Defensa Nacional luego de que en Matamoros detuvieron a un tal Fili, del Cartel del Golfo. Él dio la ubicación”.

Sin embargo, en lugar de pedirle más información, lo soltaron. Después, fue asesinado.

“Pero digo, si te dan una ubicación de un lugar como ese y se está llamando al Ministerio Público del fuero común en ese momento, si estás viendo la magnitud del problema, ¿por qué lo soltaron?”, critica.

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Aunque la fiscalía de Tamaulipas comenzó a revisar el predio, sólo lo hacía dos veces al año, entonces el Colectivo 10 de Marzo ejerció presión y en 2021 ingresaron autoridades federales, que comenzaron a trabajar ocho meses al año, los restantes no lo hacen por el frío que hay en la zona.

“Además es un martirio estar ahí. La verdad que mi reconocimiento a los peritos porque el calor que hace en agosto con la canícula y cómo están metidos ahí dentro de la tierra, o sea, es algo que debe de valorarse lo que están haciendo”.

Ante la crisis humanitaria por las desapariciones que se registra en Tamaulipas, cuando ocurren estos hallazgos los colectivos buscan meterse, pero no es lo recomendable, aclara Quiroa, con su experiencia de casi 10 años.

“Como familiares no nos podemos meter, ni ayudar ni estar tocando ahí, qué era lo que hizo un colectivo al principio. El Ministerio Público les permitió a las víctimas cribar y eso es un delito, están violando la cadena de custodia. No podemos hacer eso porque si se llega a encontrar un responsable en La Bartolina por esos crímenes y sacan que cuando el Estado tenía la investigación, que el MP permitió a las víctimas cribar, el fulano se va a ir libre porque va a alegar y se oye tonto, pero lo pueden hacer y es válido, que nosotros pusimos esos restos ahí o nos pusimos de acuerdo con alguien para dejar eso ahí y con esto ya la prueba es declarada ilegal”.

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El proceso de exhumar los huesos

“Ellos hacen cuadros y van bajando niveles de tierra de 15 cm. Entonces, toda esa tierrita que ellos van recogiendo muy cuidadosamente la meten a una criba y la empiezan a colar. Yo empecé a ver todo ese trabajo en La Bartolina y sí, cuando los peritos trabajan todo el día y hacen eso, se saca aproximadamente de 1 a 2 kg de resto óseo fragmentado y calcinado. Además, hice un promedio en lo personal de que ahí diario se sacan 1 1/2kg y medio. La Bartolina. Si ya van 4 años y es 1 kg y medio por 8 meses, pues ahorita llevan 2 toneladas.

Se le pregunta a Delia Quiroa qué significa ser buscadora.

Responde que implica tener que tomar un rol y trabajo que no les corresponde a ellos, sino a las autoridades. A los buscadores les toca presionar y si no están atrás de ellos no hacen una búsqueda de sus familiares.

“También implica sacrificar otras cosas, como la familia y los hijos. Es también tomar riesgos porque ya después con todo lo que uno va descubriendo puede incomodar a muchas personas”.

- ¿Cree que haya más sitios como este?

-Sí, definitivamente. Van a seguir saliendo. Porque son muchos años de guerra entre los cárteles aquí en el país. México no ha querido reconocer que hay una guerra civil aquí.

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Aclara que no todo el país está convertido en una tragedia, pero hay estados donde dos grupos se pelean a muerte.

“Todo este horror de la guerra ya se está destapando. Ya no puede tapar el sol con un dedo y con las redes sociales menos porque eso ya a nosotros nos da una herramienta para poder visibilizar lo que está sucediendo, que es la negligencia, la omisión, la indolencia de nuestras autoridades, que cada vez nos damos más cuenta de que tristemente están de la mano con los delincuentes o los delincuentes ya ocupan cargos de gobierno y por eso este tipo de cosas, como se cuidan las espaldas entre ellos, siguen sucediendo y van a seguir sucediendo”.