Los nombres de Juan José Farías “El abuelo”, sus hermanos Uriel y Salvador, así como de César Alejandro Sepúlveda Arellano “El bótox”, todos integrantes del grupo delictivo Cárteles Unidos, están entre los objetivos del Plan Michoacán, diseñado por el gobierno federal para enfrentar la violencia en esa entidad, que mostró su poder con el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo.
Esos personajes, sin embargo, son mencionados como los responsables de la violencia en municipios como Tepalcatepec y Apatzingán en documentos de inteligencia elaborados por las administraciones de Felipe Calderón y del propio Andrés Manuel López Obrador.
Documentos en poder de La Silla Rota elaborados por la Secretaría de Seguridad Pública federal, que encabezaba Genaro García Luna, indican que en 2007 se identificaba a “El abuelo” y su hermano como los responsables de permitir la operación de drogas sintéticas elaboradas con precursores químicos que ingresan al país por los puertos de Lázaro Cárdenas, Michoacán; y Manzanillo, Colima.
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En reportes que estaban en poder de la Secretaría de la Defensa, elaborados en 2021, los nombres del “Abuelo”, sus hermanos y socios siguen apareciendo, aunque con mayor detalle.
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“César Alejandro Sepúlveda Arellano (a) “Bótox” (jefe de la fracción delictiva de Los Blancos de Troya, parte del grupo delictivo “Cárteles Unidos” y con vínculo directo con alias “El abuelo”), comentó que sus movimientos se han visto limitados a causa de la presencia de elementos de la policía municipal de Apatzingán, al parecer en un punto de revisión”.
Los reportes de 2021 y 2022 se dieron a conocer mediante el hackeo masivo a correos de la Defensa que hizo el colectivo Guacamaya.
Documentos elaborados por el Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (Cenfi) entre el 12 y el 18 de agosto detallan los movimientos de dirigentes de grupos criminales que operan en municipios de la Tierra Caliente como Buenavista y Apatzingán.
El informe hecho a partir de conversaciones telefónicas interceptadas por el ejército, detalla cómo se mueve Nicolás Sierra Santana, alias “Coruco”, o “El gordo”, líder de los Viagras, y la manera en que condiciona los precios de productos básicos, cuyos expendedores deben pagar cuotas al crimen para vender.
“Nota: “Los Viagras” continúan estableciendo y controlando los precios a productos de consumo, en las poblaciones donde tiene influencia”, señala el reporte.
La extorsión en Apatzingán
Un informe del Cenfi muestra el control que líderes del crimen como “El bótox” y otro identificado como “El cuate” tiene en los municipios de Apatzingán y Tepalcatepec.
“El bótox" tiene el control de la venta de pollo, limón, material reciclable (como fierro, cobre, aluminio, PET y vidrio) y cigarros, para disponer de recursos económicos que le permitan sostener su enfrentamiento con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Otra ficha muestra el alcance y poder de esos dirigentes criminales. “’El cuate’ instruyó a un hombre no identificado, para conseguir los números telefónicos del programa de Unidades de Investigación Sensible (SIU) de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA para realizar denuncias relacionadas a las ubicaciones de personal integrante del grupo antagónico (CJNG) en Michoacán; habiéndose reportado resultados negativos por lo que hace la recomendación de conseguir los Nos. de denuncia de la Armada de México, comentando la confiabilidad para explotar ese tipo de información”.
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Contexto: el Departamento de Estado norteamericano designó a Carteles Unidos como una organización terrorista extranjera y fijó una recompensa por los hermanos Farías.
De acuerdo con el gobierno de EU este grupo comenzó como una alianza de carteles más pequeños en Michoacán para impedir la incursión de carteles más grandes y organizaciones criminales, entre ellos los “Caballeros Templarios” y, más recientemente, el CJNG.
“Los miembros de “Carteles Unidos” y sus asociados están involucrados en la producción a gran escala de metanfetamina y fentanilo en el territorio de Michoacán que controlan. La cocaína se adquiere en Colombia y luego se envía a Estados Unidos utilizando algunos de los mismos canales de transporte que se utilizan para enviar metanfetamina y fentanilo a Estados Unidos”.
Malos augurios
El anuncio de un nuevo plan del gobierno federal para reducir la violencia, extorsión a sectores productivos y atraso económico en Michoacán enfatiza el uso de inteligencia para desarticular a las bandas criminales.
Pese a que informes de la SSP y el ejército han ubicado e identificado a los líderes, se preguntó a Víctor Hernández, director del Instituto Latinoamericano de Estudios Estratégicos (ILEES) y profesor de Seguridad Nacional en el Tecnológico de Monterrey, si el gobierno cuenta con suficiente información de inteligencia para detener a los liderazgos del crimen.
"La inteligencia táctica, es decir, los nombres, vehículos, dinámicas, rutas que se generan sobre qué hacen los cárteles, tiene una una caducidad muy limitada porque son organizaciones que constantemente están teniendo rotación de personal, hay detenidos, hay abatidos y extraditados. Más bien, el gran problema del Estado mexicano es que se centra mucho en instrumentos que son más bien investigación, es decir, el intento forense de identificar un delito concreto o o una forma de actuar concreta".
Las filtraciones de Guacamaya Leaks, dijo el experto, es que no hay escasez respecto de inteligencia, sino que ha hecho falta de voluntad política para llevar a cabo las detenciones, pero también se echa en falta los instrumentos jurídicos para actuar una vez que la tiene.
Hernández no duda en anticipar que este plan tendrá un final similar al que tuvieron los que lanzaron Calderón y Enrique Peña Nieto.
"Si tomas el plan y no supieras quién lo publicó, eso no tiene gran diferencia respecto del operativo conjunto Michoacán, que es como empieza a delegar en el control de tráfico o cuando Enrique Peña manda al comisionado estatal de seguridad, que se crean esta figura, esta una suerte de virrey para casi hacer una extinción de poderes. Es un plan genérico, lo único que va cambiando es el nombre, pero no difiere en el núcleo: es una estrategia militarista y federalizada, y Michoacán siempre requiere cada 2 o 3 años planes de este tipo que son medidas de emergencia".
djh
