Este 5 de septiembre, recordamos uno de los momentos clave en la historia de México, cuando hace exactamente 104 años, en 1920, Álvaro Obregón fue elegido presidente de la República. Las elecciones de ese año marcaron el final de una era de turbulencia política y revolucionaria, donde Obregón se alzó como el líder que tomaría las riendas del país tras la muerte de Venustiano Carranza.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Desde principios de 1919, Carranza, entonces presidente de México, se había propuesto pacificar el país y eliminar a figuras revolucionarias como Emiliano Zapata, quien fue asesinado en la Hacienda de Chinameca en abril de ese mismo año. La relación entre Carranza y Obregón, sin embargo, se fue deteriorando rápidamente. Carranza sospechaba que Obregón aspiraba a la presidencia, lo que lo llevó a intentar debilitar el poder político de los obregonistas.
Te podría interesar
A pesar de los esfuerzos de Carranza por impedir su ascenso, Álvaro Obregón comenzó formalmente su campaña presidencial en enero de 1920, sin partido político, ya que en ese entonces no existía una estructura partidista como la conocemos hoy. Sin embargo, en marzo de ese año, el Partido Laborista Mexicano, liderado por Luis Napoleón Morones, le ofreció su apoyo, lo que consolidó su candidatura. Obregón, decidido y respaldado por varios sectores, enfrentó un juicio en abril bajo acusaciones de conspirar contra el gobierno, pero esto no frenó su camino hacia la presidencia.
El panorama cambió radicalmente con el asesinato de Venustiano Carranza el 21 de mayo de 1920 en Tlaxcalantongo, Puebla. Este hecho permitió que Adolfo de la Huerta, quien asumió la presidencia de manera interina, pacificara el país y facilitara el proceso electoral. Finalmente, en las elecciones de septiembre, Álvaro Obregón se convirtió en el presidente electo.
Durante su mandato (1920-1924), Obregón continuó con los esfuerzos de pacificación que De la Huerta había iniciado. Se enfocó en la reforma agraria, distribuyendo tierras a los campesinos en estados como Morelos y el Estado de México, en respuesta a una de las principales demandas de la Revolución. Aunque prometió retirarse de la vida política al final de su cuatrienio, Obregón buscó la reelección, lo que desató controversias y tensiones en el país.
Su reelección en 1928, sin embargo, quedó truncada cuando fue asesinado el 17 de julio de ese mismo año en el restaurante La Bombilla, en San Ángel, Ciudad de México. Aunque José de León Toral fue el autor material del crimen, la sospecha de que participaron más personas nunca fue del todo aclarada.