La sesión de la Cámara de Diputados en la que se discutió y aprobó la reforma judicial, se llevó a cabo entre diversas irregularidades, acusaron los partidos de oposición a lo largo de la discusión legislativa que comenzó el 3 de septiembre y concluyó en la madrugada de este 4 de septiembre.
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En entrevista con La Silla Rota, el diputado del PAN, Federico Döring afirmó que la sesión que se llevó a cabo en la sede alterna de la Sala de Armas en la Magdalena Mixhuca, fue mal convocada, mal desarrollada, sin la certeza de que quienes estaban ahí eran diputados, ni de que quienes votaron eran los que decían ser.
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Otras fallas fueron que la oposición no tenía los documentos de las reservas que se votaron, agregó el panista.
“No hubo pase de lista al inicio. Lo pidió Movimiento Ciudadano, yo también, pero quien presidió la sesión, Sergio Gutiérrez Luna, no lo ordenó. Tampoco hubo certeza de quiénes votaron. Aún no conocemos las caras de los legisladores de Morena, porque no todos son conocidos y la legislatura apenas comenzó el domingo 1 de septiembre”, explicó el experimentado legislador.
Döring, que comparó la sesión con una fiesta de 15 años -había sillas plegables de plástico y mesas con manteles blancos- dijo que conforme avanzó, en las sillas ya no estaba la misma gente que comenzó la discusión.
“No vimos la gente que estaba antes, había diputados con asesores y luego asesores en las sillas y atrás los diputados. Se les habilitó atrás una zona lounge pero las sillas de los legisladores continuaban llenas. Nunca tuvimos certeza de quiénes eran los que estaban votando. Luego, como levantaban la votación, se cantaba como si fuera asamblea popular de Morena de viva voz, sin tablero y alguien los contaba de micrófono en micrófono”, expuso, sobre la votación que comenzó a las 3:30am.
Otra irregularidad que notó es que los textos de lo que sí se aprobó de las reservas en la sesión, los diputados de la oposición nunca los tuvieron previamente.
REFORMA JUDICIAL A DEBATE - SIGUE LA COBERTURA COMPLETA
“Los tuvimos que pedir después del primer gol de la reserva de lo políticamente correcto en lenguaje de magistrados, magistradas y magistrades. Nunca tuvimos esa redacción, no sabíamos qué se estaba votando”, concluyó.
MC también vio irregularidades
El grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano denunció también algunas irregularidades. Una de ellas es la de que conforme avanzó la sesión legislativa en la sede alterna, las sillas de los diputados de Morena comenzaron a ser ocupadas por asesores y hasta choferes, de manera deliberada para que no se viera el vacío, tal como acusó con Latinus la coordinadora de los diputados de MC, Ivonne Ortega.
En la sesión La Silla Rota sí observó a personas ocupando las sillas de los diputados e incluso mientras estaban ahí se les veía cabecear y echarse una pestañita. Posteriormente, cuando comenzó la votación a las 3:30am, quien presidía los trabajos de la Mesa Directiva, el vicepresidente Sergio Gutiérrez Luna, pidió a los asesores y aquellos que no eran legisladores, desocupar las sillas de los legisladores para que estos pudieran votar.
Entonces se vio que decenas de personas se pusieron de pie para que los diputados regresaran de sus áreas de descanso o donde cenaron, en mesas colocadas atrás y ejercieran su voto.
Otra queja es que la sesión fuera llevada a cabo en un recinto inadecuado -en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca- y no en el Palacio Legislativo de San Lázaro, lo que era un impedimento para tener un debate abierto, transparente y con la mejor comunicación a la ciudadanía sobre un tema relevante para ella.
Así lo expuso la secretaria de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la emecista Laura Ballesteros, en un escrito que envió a la presidenta de la mesa, la morenista Ifigenia Martínez.
En el desarrollo de la sesión, el audio donde se discutió la suerte del Poder Judicial Federal para los próximos años, se escuchaba a veces con un volumen muy bajo, muy alto, pero sobre todo con poca claridad. De hecho Gutiérrez Luna en una ocasión pidió subirle y luego bajarle.
Como si fuera fiesta, se veían las bocinas negras y voluminosas desplegadas y los cables de conexión en el suelo, pegados con cinta canela.