La venta irregular de medicamentos sigue siendo una práctica común en la ciudad de México. En mercados sobre ruedas se pueden encontrar distintos insumos médicos que caen en la irregularidad.
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Los tianguis de Santa Cruz Meyehualco y del Salado, ubicados en la alcaldía Iztapalapa, se caracterizan por tener una amplia variedad de productos a la venta. Entre los puestos de ambos sobre ruedas se montan farmacias ilegales donde se puede encontrar medicamentos controlados, de patente, genéricos, de uso libre, muestras médicas y medicamentos del sector salud que especifican la prohibición de su venta. También, se pueden encontrar insumos para tratamientos médicos que van desde alcohol, hasta material quirúrgico, jeringas, entre otros.
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“Soy el único puesto que vende medicamentos controlados y las caducidades son lejanas, manejo caducidad del 2026”, es el breve diálogo que un vendedor del tianguis del Salado menciona tras afirmar que cuenta con la solución inyectable de Filatil. Se trata de un medicamento que se indica para pacientes con cáncer y de acuerdo con el sitio de la Farmacia Oncológica Santa Rita el fármaco se prescribe principalmente para prevenir y tratar la neutropenia, una disminución en el número de neutrófilos en la sangre, que puede ser causada por la quimioterapia para el cáncer u otras condiciones médicas. Además, se debe conservar refrigerado a una temperatura de 2 a menos 8 grados centígrados.
En farmacias especializadas el costo del Filatil va de los 1,800 a los 2,000 pesos, en el tianguis del Salado el costo es de 700 pesos. Y respecto a la caducidad, el vendedor advierte que ésta es al 2026 y asegura tenerlo refrigerado. No obstante, no se tiene la certeza de que la refrigeración sea la adecuada y al no manejar correctamente la solución inyectable mencionada puede perder su efectividad.
El Salado se encuentra muy cerca de la estación del Metro Acatitla, entre los límites de Iztapalapa y el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl; cada miércoles el sobre ruedas destaca por su oferta de mercancía que es copia de marcas: de tenis, ropa, accesorios para automóviles y motocicletas, además las farmacias sobre ruedas.
El tianguis de Santa Cruz Meyehualco se ubica en las inmediaciones del deportivo que lleva el mismo nombre; cada martes y viernes se puede encontrar pacas de ropa usada, productos de higiene, medicamentos, materiales de curación y quirúrgicos de procedencia dudosa.
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Durante un recorrido que La Silla Rota realizó al este tianguis se encontraron al menos 20 puestos de medicamentos, cinco puestos híbridos: de insumos y medicamentos, además, al menos cinco puestos ofertan los remedios escondidos entre otros productos.
En un puesto la voz de “tienes insulina”, fue la frase que desató la respuesta del vendedor que le mencionaba: “sabe que sí pero no hemos traído todo pues ha habido operativo, bueno eso dicen”.
En julio pasado la Secretaría de Salud capitalina (SEDESA), a través de la Agencia de Protección Sanitaria de la Ciudad de México (AGEPSA), informó que desde el inicio de la administración se han suspendido 469 establecimientos, asegurado 6 mil 271 kilogramos de medicamentos e insumos irregulares, así como 1,189.6 litros y 22 mil 474 unidades de medicamento para su posterior destrucción.
La Sedesa reiteró que la comercialización de medicamentos en vía pública, tianguis, mercados, o establecimientos irregulares representa un grave riesgo a la salud de la población, ya que los productos que se ofrecen en estos puntos de venta carecen de control de calidad que garantice su seguridad y eficacia
En la gaceta del Senado del 1 de agosto de 2018 se menciona que México ocupa el sexto lugar mundial en venta de medicinas ilegales; 6 de cada 10 son robadas, caducas o falsificadas. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica, en el ranking a nivel mundial en venta de medicamentos ilegales se encuentran: China, Rusia, Estados Unidos, India, Brasil y México.
La oferta en el mercado negro
En los tianguis de Santa Cruz Meyehualco y el del Salado es muy fácil adquirir medicamento que va desde analgésicos hasta controlados, al igual que material de uso quirúrgico como: guantes, pinzas, catéteres, cánulas, sondas, parches para los pacientes con hemodiálisis, entre algunos.
En un recorrido por el tianguis del Salado se encontró al menos 20 puestos que venden medicamentos e insumos médicos. El Riopan, un medicamento utilizado para aliviar diversos trastornos gastrointestinales, como gastritis y acidez estomacal se oferta en tres cajas por 20 pesos.
Si se buscan productos para controlar una de las enfermedades más comunes entre la población mexicana: la diabetes, se puede encontrar la Metformina entre 20 y 30 pesos la caja. Pero si los niveles de glucosa requieren medicamento más fuerte, también se puede conseguir la insulina Glargina entre 700, 600 y hasta 150 pesos.
En el caso de la Metformina las cajas son idénticas a las que otorga el sistema de salud pública, al igual que el Captopril (para tratar la hipertensión e insuficiencia cardiaca), también es uno de los fármacos que más se encuentra en el tianguis, su precio va desde los 5, 10 y 20 pesos. Lo mismo ocurre con el Losartán, indicado para controlar la presión arterial y que se puede conseguir en ambos tianguis por 30 pesos o más.
Los medicamentos controlados y de uso psiquiátrico también se encuentran disponibles y por 100 a 150 pesos se puede adquirir un frasco de Clonazepam.
Las tiras reactivas para medir la glucosa tienen un costo de entre 150 y 250 pesos. El Viagra es una de las curiosidades que se venden en el Salado y en Santa Cruz Meyehualco la caja tiene un valor que va de los 60 a 150 pesos.
Surtir una receta en ambos tianguis no tiene mayor complicación, si el medicamento no está visible, basta con preguntar para que el vendedor te consiga en ese momento lo deseado.
En el tianguis de Santa Cruz la cantidad de puestos y oferta de medicamentos es mayor que en el Salado. El omeprazol es fácil encontrarlo hasta por 10 pesos. En el Salado la oferta es más amplia en cuanto a medicamentos de patente y controlados se refiere.
Las muestras médicas que tienen la leyenda de “prohibida su venta”, en el tianguis de Santa Cruz se encuentran. Ejemplo de lo anterior es el RovartalNF (reduce colesterol y triglicéridos), la caja de 5 comprimidos tiene un costo de 100 pesos, en contraste con la de venta en farmacias, cuyo costo supera los mil pesos, pero trae 30 comprimidos.
En el Salado el mismo medicamento y presentación tiene un costo de 75 pesos, aunque el vendedor advierte que el precio es menor porque el producto recién caducó.
Si de material quirúrgico o de curación se trata se pueden encontrar pinzas y bisturíes desde 15, 20 y 30 pesos, guantes por 5 pesos el par o por bolsa, jeringas para inyectar insulina100 piezas por 100 pesos y 35 pesos la bolsa con 12 piezas.
Medicamentos biológicos y sintéticos
José Antonio Absalón, farmacólogo clínico y médico internista de la Universidad La Salle, explica en entrevista que en los medicamentos existen dos tipos, los biológicos y los sintéticos. Los primeros son productos cuya dosis contiene una porción de un cultivo de microorganismo, ampolletas, soluciones, vacunas e insulina son parte de esta gama de medicinas. Mientras que los sintéticos son fármacos que se producen en un laboratorio, sus compuestos son químicos y son jarabes, tabletas y cápsulas.
En el caso de los medicamentos sintéticos el especialista advierte que su fecha de caducidad es un estimado “totalmente arbitrario”, porque éstos no caducan, pero la fecha se le pone por ley.
Los medicamentos que si caducan son los biológicos y al consumir, por ejemplo, insulina vencida o que no ha tenido un manejo adecuado, pierden su efectividad debido a que el fármaco se precipita y pierde el principio activo, se pueden hacer bolitas en la solución, no le funciona al paciente y puede presentar una alergia o una hemorragia interna donde se inyecta.
El mayor riesgo que el especialista encuentra al comprar medicamentos que se venden en tianguis es que se puede no dar el medicamento señalado en los paquetes: “con los medicamentos piratas no hay certeza de que realmente sea la sustancia que se dice vender, ni de que se tenga el almacenamiento adecuado. Al comprar insulina en un tianguis, la mayoría de las ocasiones no se almacena cómo se debe, por ejemplo, debe estar a temperaturas menores a 8 grados, de no hacerlo caduca y no le sirve al diabético”.
“Las regulaciones tienen una razón de ser, y todos los medicamentos deben ser indicados por un médico para no poner en riesgo la salud”, recomienda Antonio Absalón.