Hoy se conmemora la muerte de Hermenegildo Galeana, una figura clave en la lucha por la independencia de México. Galeana, quien nació el 13 de abril de 1762 en Tecpan, actual estado de Guerrero, pertenecía a una familia de hacendados criollos y trabajó en la hacienda el Zanjón.
En noviembre de 1810, motivado por las noticias de la insurgencia liderada por Miguel Hidalgo e Ignacio Allende en el Bajío, y José María Morelos en el sur, Galeana se unió al ejército insurgente junto con sus hermanos y otros familiares, aportando armas, hombres y un cañón apodado "El Niño". Esta contribución fue crucial para el Ejército del Sur.
Galeana demostró una gran capacidad militar y de liderazgo, lo que le valió la confianza de Morelos, quien lo designó como su lugarteniente. Participó activamente en diversas campañas, logrando el dominio de importantes plazas en el actual estado de Guerrero, como Chilpancingo, Chilapa y Taxco. Apoyó en la defensa de Tixtla, auxilió a los insurgentes sitiados en Toluca y llegó con destacamentos hasta el Valle de México.
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Participó en batallas significativas como las de Orizaba, Tenancingo, del Palmar y Cumbres de Acultzingo, y en la toma de Oaxaca. En 1812, fue responsable de la toma de Acapulco, un puerto estratégico para cortar los ingresos del gobierno virreinal, vital para el comercio con Asia.
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Una de sus acciones más destacadas fue la defensa de Cuautla en 1812, donde resistió durante 72 días, asegurando el suministro de agua y protegiendo la posición de Santo Domingo. Esta hazaña permitió romper el sitio y evacuar la plaza con las tropas insurgentes.
El 23 de diciembre de 1813, Morelos sufrió una derrota en Valladolid y en enero de 1814, Mariano Matamoros fue capturado y ejecutado. Galeana, desanimado, intentó dejar las armas, pero Morelos lo convenció de continuar en la lucha.
La muerte de Hermenegildo Galeana
El 27 de junio de 1814, Galeana fue asesinado por el teniente realista Fernández de Avilés en Coyuca. Su muerte fue un golpe devastador para Morelos, quien expresó: "¡Acabaron con mis dos brazos; ya no soy nada!".
Aquel día de junio, mientras huía por un paraje boscoso Hermenegildo Galeana se golpeó la cabeza con la rama de un árbol y cayó del caballo. Inmediatamente fue rodeado por las tropas enemigas, y recibió un disparo en el pecho, sin embargo, intentó asestar su espada, hasta que uno de los soldados lo hirió de muerte y cercenó su cabeza, que fue expuesta en la plaza de Coyuca en señal de triunfo, no obstante que se bajó y dio sepultura en la puerta de la iglesia.
En honor a su valentía y contribución, el Congreso declaró a Galeana como Benemérito de la Patria el 19 de julio de 1823. Hoy, recordamos a Hermenegildo Galeana no solo como un héroe insurgente, sino como un símbolo de la lucha incansable por la libertad y la independencia de México.