No es un secreto a voces ni mucho menos de novedad que la candidata a la Presidencia de la República por la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez Ruiz, proviene de orígenes humildes y que, según sus propios relatos, logró huir de la pobreza gracias a una beca en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que la convirtió en ingeniera en computación y, posteriormente, empresaria, tras fundar en 1992 la empresa de servicios tecnológicos High Tech Services.
Ya sea en mítines o entrevistas, la abanderada del PRI, PAN y PRD recuerda, cada vez que puede, las condiciones en las que creció en el pueblo de Tepatepec, a poco más de una hora al noroeste de la ciudad de Pachuca, en el estado de Hidalgo. Nació en un 22 de febrero de 1963, es hija de un profesor de educación básica bilingüe y una ama de casa y tiene cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres. Además, es descendiente del pueblo indigena otomí, y tanto sus abuelos como su padre hablaban hñahñu, una de las variantes de esta lengua.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Te podría interesar
En sus propias palabras, la candidata de oposición ha descrito su infancia como “complicada”, maracada no solo por carencias económicas, sino violencia y falta de servicios básicos como el de asistencia médica. De hecho, un evento que ella asegura cambió su vida fue ver morir a su abuela en un petate a falta de servicios de salud. En una entrevista de 2011 que se encuentra en su canal de Youtube, la hidalguense confesó que “mi padre tenía un problema grave de alcoholismo, había una bronca fuerte de violencia en la casa, por lo tanto pues problemas de pobreza. Yo vendía gelatinas aquí en la plaza de Tepa, mi madre las fabricaba y no teniamos refrigerados pero usabamos aquí el árbol y una caja de jitomáte y era nuestro refri”.
La venta de gelatinas es probablemente el pasado de Xóchitl Gálvez que la mayoría de sus seguidores conoce, pero este evento también la ayudò a abrirse las puertas como empresaria: “El chiste era ingeniársela para tener dinero y vengo de una familia muy emprendedora del lado de mi mamá”, agregó.
Te podría interesar
Durante su discurso frente al Monumento a la Revolución en la Ciudad de México el 13 de noviembre de 2023, la ahora aspirante a la Presidencia de la República explicó que no fue hasta los 10 años que conoció lo que era una regadera de baño. Su infancia también estuvo marcada por otras limitantes como el acceso a la educación, pues, en aquel entonces, solo había una primaria en Tepatepec, por lo que ella y otros jóvenes tenían que ingeniárselas para recorrer largos trayectos hasta Mixquiahuala de Juárez, donde acudió a la secundaria y la preparatoria.
“Era difícil pagar el pasaje pero pues tenía un tío que pasaba por aquí por el pueblo y en una camioneta, en una troca, pues nos trepábamos en a parte de atrás, y pues así un montón de chavos se iban a a la secundaria sin pagar”, confesó en la entrevista de 2011.
Según su propia biografía, en 1979, la ingeniera se fue a estudiar a la UNAM y habitó en un pequeño cuarto de azotea en Iztapalapa, donde también enfrentó otros retos como un intento de violación. Ante estudiantes de la Universidad Anáhuac México, Campus Norte, en Huixquilucan, Estado de México, el pasado 28 de noviembre, reveló que, por este incidente, estuvo a punto de abandonar la carrera de Ingeniería en Computación.
“Un día estuve a punto de abandonar la carrera por un intento de violación saliendo de mi cuarto de lámina, yo vivía en una azotea, y ese día yo me quedé llorando quizá dos o tres horas en el Metro Villa de Cortés y nadie se paró a decirme qué tenía, o sea, la gente pasaba corriendo a su trabajo y yo dije: No, mejor me voy a mi pueblo, aquí qué voy a hacer”, detalló.
Para Gálvez, su infancia ha sido, más que una limitante, una fortaleza para argumentar que, como Presidenta, puede sacar a México adelante. Lo ha dicho en varias ocasiones, y ha agregado que, de los tres aspirantes a la Presidencia, ella es también la única que sabe generar empleos. Pero durante su infancia, la ex senadora no pensaba en ser política.
“En el fondo, sólo tenía un gran anhelo: sacar a mi madre de la violencia y la pobreza en la que vivíamos allá en el Pueblo. Quería dejar atrás el miedo, el terrible miedo y vivir una vida mejor. Y esto es precisamente lo que sueño para todas las familias mexicanas. Vivir sin miedo, y vivir mejor (...) mi vida es testimonio de que con una tenacidad y constancia se puede vencer a la adversidad”, dijo durante el evento en el Monumento a la Revolución poco tiempo después de haber sido ratificada como la abanderada del PRI, PAN y PRD.
“Y aunque a algunos no les guste. Sí, soy la niña que vendía gelatinas y tamales para ayudar al sostén de su familia”, concluyó.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO