Recientemente se dio a conocer el acercamiento que tuvieron los obispos de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano, Tlapa, y el arzobispo de Acapulco, con integrantes del crimen organizado con el objetivo de lograr una tregua y frenar la violencia que azota el estado, aunque las reuniones de los representantes de la Iglesia Católica con el crimen organizado no son nuevas, ya que desde hace décadas se han documentado algunas situaciones.
Aunque los obispos de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa no lograron su objetivo, el padre Filiberto Velázquez, director Centro de Derechos Humanos "Minerva Bello", afirmó durante una entrevista en Milenio, que logró una tregua entre los grupos criminales de Los Tlacos y Los Ardillos, bandas a las que se les atribuye la ola de violencia que padece Chilpancingo.
Te podría interesar
Al respecto, Jorge Fernández Menéndez, destacó en su columna Razones, publicada en Excélsior, que no es nueva la relación que existe entre el grupo de Los Ardillos con los miembros de la Iglesia Católica en Guerrero.
Cita que el obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, desde hace tiempo ha estado oficiando misas para los cárteles de la droga en la región, pero sin señalar a ningún grupo de la violencia que se vive en el estado.
Aunque en desde 2018, el obispo Salvador Rangel Mendoza ha señalado que el estado de Guerrero está en manos de los cárteles de la droga. El representante de la Iglesia Católica ha admitido que ha sostenido reuniones con las bandas de la delincuencia organizada ya que le piden su intervención para lograr pactos, que cuando se rompen, es cuando se desata la espiral de violencia en el estado.
Los Arellano Félix con Girolamo Prigione
Y no solo en Guerrero se han dado acercamientos entre los sacerdotes con integrantes del crimen organizado. En la década de los 90, los hermanos Arellano Félix, líderes del cártel del mismo nombre, se reunieron con el entonces Nuncio Apostólico, Girolamo Prigione.
El polémico Girolamo Prigione reconoció que recibió en dos ocasiones en la Nunciatura, ubicada en la Ciudad de México, a los hermanos Arellano Félix, luego del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, registrado el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara.
"De acuerdo con lo dispuesto tanto en la legislación de la Iglesia Católica en mi calidad de obispo, así como la civil de todos los países, tengo la obligación de guardar secreto de confesión profesional de lo que la gente me confía de manera estrictamente privada, y por lo mismo no puedo revelar lo ahí tratado", reconoció Girolamo Prigione en el comunicado que envió a los medios de comunicación que ventilaron el encuentro con los Arellano Félix.
"Agradecimiento" a El Lazca
Otro de los casos que se han documentado de los nexos de los cárteles de la droga con la Iglesia Católica es el referente a un agradecimiento que se colocó en un iglesia de Pachuca, en el estado de Hidalgo, dirigido a Heriberto Lazcano, quien fuera líder de Los Zetas, el grupo armado del cártel del Golfo, de acuerdo a lo publicado a la BBC Mundo.
El mensaje colgado en una de las paredes, que se quitó posteriormente, era para agradecer la aportación de El Lazca para la construcción de la iglesia en la zona.
AMLO "ve bien" el acercamiento de obispos con criminales
Luego que se difundiera la renión de los obispos de Guerrero con integrantes del crimen organizado, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que para él estaban "bien", esos acercamientos para buscar la paz.
“Siempre los sacerdotes, pastores, integrantes de todas las iglesias participan, ayudan en la pacificación del país. Lo veo muy bien. Creo que todos tenemos que contribuir a construir la paz”, declaró López Obrador durante su conferencia mañanera del 15 de febrero.