CHILPANCINGO. – En medio de una ola de violencia en el estado de Guerrero, obispos de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano, Tlapa, y el arzobispo de Acapulco, informaron que se reunieron con “cabecillas” de grupos delictivos, su intención fue para buscar la paz y pedir que paren los atentados contra transportistas y ciudadanos.
A través de un comunicado que dieron a conocer los líderes religiosos informaron que:
“Desde el decanato de Chilpancingo hacemos eco de las palabras de nuestro obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Mons. José de Jesús González Hernández OFM y nos unimos al llamado para que se lleven a cabo las acciones necesarias por parte de las autoridades competentes para restablecer la paz y se ponga freno a la crisis de la violencia en Chilpancingo”
Este comunicado se dio a conocer el miércoles 14 de febrero, conforme avanzó el día, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa confirmó a medios de comunicación que los representantes de la Iglesia se reunieron con líderes de grupos criminales para buscar la paz, así lo dijo José de Jesús González Hernández, sin embargo, esta reunión no dio frutos, por lo tanto no se garantizó la paz.
Esta petición se hizo en el marco del miércoles de ceniza, celebración que marca los inicios de las celebraciones de la Semana Santa, en este contexto en el mes de abril 2023, ya se habían realizado una petición similar en Taxco, en donde el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza dijo que él mismo fue interlocutor para pactar con el grupo organizado y que la festividad religiosa se llevará en paz.
Papa Francisco dio luz verde a obispos
El obispo José de Jesús González Hernández dio a conocer a Milenio que tienen el apoyo del Papa Francisco. Esta petición se hizo a finales del 2023, luego de que los clérigos hablaron con el pontífice en el Vaticano:
“El papa nos dijo que México tiene experiencia en estas situaciones y que siguiéramos tejiendo la paz, que la busquemos como artesanos de paz”
“No se ha logrado. Los obispos de Guerrero empezamos a buscar diálogos con jefes que pueden darnos la paz, pero todavía se mueven intereses en el corazón y la cabeza de cada uno” dijo para Milenio.
Obrador ve bien reunión con obispos de Guerrero
Durante la mañanera de este 15 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador desde Acapulco informó que el acercamiento que tuvieron los obispos con lo “ve bien” pues considera que todos deben contribuir en la paz:
“Siempre los pastores, sacerdotes, integrantes de todas las iglesias participan, ayudan en la pacificación del país, lo veo muy bien, creo que todos tenemos que contribuir a tener paz, desde luego la responsabilidad de garantizar la paz es del Estado, eso debe quedar muy claro” dijo desde el puerto.
¿Quién es el obispo osé de Jesús González Hernández, señalado por acercarse al crimen organizado para cese al fuego?
José de Jesús González Hernández nació el 25 de diciembre de 1964 en Etzatlán, Jalisco. Después de realizar sus estudios eclesiásticos en Israel, fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1994. A lo largo de su carrera eclesiástica, González Hernández ha ocupado varios cargos pastorales tanto en México como en Mozambique, destacándose por su labor en comunidades desfavorecidas. Antes de su actual cargo, se desempeñó como Obispo Prelado de Jesús María del Nayar. En 2022, el Papa Francisco lo designó como Obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, reconociendo su dedicación a las causas de los pueblos indígenas y las comunidades afromexicanas.
Acercamiento de religiosos y grupos criminales en Guerrero
La situación en Guerrero ha sido compleja, con figuras eclesiásticas como el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, destacando la necesidad de diálogo con grupos criminales como una forma de proteger a la población civil. Esto luego de enunciar gravedad de la crisis de seguridad en el estado, donde el crimen organizado ha tenido un impacto significativo en la vida cotidiana de sus habitantes.
Rangel Mendoza ha sido crítico con la estrategia de seguridad actual y ha señalado la colusión entre autoridades locales y criminales como un factor que contribuye a perpetuar la violencia.