Pese a las promesas de que el sistema de salud federal dejará atrás el desabasto de medicamentos y la falta de médicos, los testimonios de pacientes que no reciben servicio abundan. Ciudadanos que han pedido atención al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) compartieron sus historias con La Silla Rota.
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El caso de Abner demuestra que la negativa de atención y la falta de equipos siguen siendo una constante y los pacientes lo sufren todos los días. Su familia, dependiente de un pensionado del ISSSTE contó que ha solicitado terapia para un paciente con insuficiencia renal, pero no han tenido respuesta y han tenido que afrontar la atención con sus propios recursos.
El ISSSTE tiene más de cuatro meses sin darle una cita, sin ella no hay medicina y tampoco hemodiálisis gratis, mucho menos el trasplante que necesita.
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Abner lucha para que el ISSSTE le agende una cita; es cuestión de vida o muerte
Abner padece insuficiencia renal crónica. Desde hace cuatro meses el ISSSTE le niega su primera consulta con especialista y su familia tiene que pagar por las medicinas y hemodiálisis que lo mantienen vivo, pero el dinero se está acabando y el tiempo de Abner también.
La familia del joven de 24 años acusa al ISSSTE de negarle el servicio médico y afirmaron que si no le dan cita con un nefrólogo, no tienen mucha esperanza de una hemodiálisis.
A falta del ISSSTE, pagan aproximadamente 5,000 pesos mensuales por el tratamiento, que sería gratis si el instituto diera una consulta a Abner; sin embargo, hasta no ser revisado por un especialista, no tiene acceso a hemodiálisis y tampoco a los medicamentos.
Su padre está listo para donarle uno de sus riñones, pero sin consulta no hay medicina, sin medicina no hay tratamiento, sin tratamiento no hay trasplante.
La Silla Rota buscó al ISSSTE para conocer su posicionamiento frente al caso, comunicación social dijo que buscaría al padre de Abner, pero no lo hizo y tampoco emitió una posición.
“Siento que me estoy muriendo lentamente. Quiero salir adelante y hacer mis actividades normales. Quiero ejercer la carrera que acabo de terminar”, dijo Abner en entrevista.
Desde que se enfermó el ISSSTE ha rechazado las hemodiálisis del joven por un supuesto sobrecupo en el Hospital 1 de Octubre, y responsabiliza al Sistema de Referencia y Contrarreferencia (SIRECO) de no darle la codiciada cita con el nefrólogo.
“Ese tal sistema SIRECO no tiene corazón, no es humano. Pueden decir que es tecnológico y es más rápido, pero tarda muchísimo en dar citas y no ve la gravedad del paciente. Estaba mejor antes” apuntó Israel, papá de Abner en entrevista.
El cuidado privado que su familia pudo darle, ayudó a Abner a superar la expectativa de vida de dos meses que tenía de haber esperado la atención del ISSSTE y por el momento no está en peligro de muerte.
No revisaron su pierna y Marco murió; de inicio el IMSS no quería atenderlo
“No nos lo quisieron recibir” es lo que recuerda el hermano de Marco al pensar en el día en que el maestro de baile, esposo y padre de familia murió después de pasar horas agonizando en el pasillo del Hospital del IMSS de Lomas Verdes.
Marco se accidentó al esquivar con su moto a un auto que se le cerró en la carretera, iba hacia su casa. Traía casco, lo que protegió parcialmente su integridad y rescatistas lo llevaron a la Cruz Roja de Nicolás Romero, donde lo estabilizaron y enviaron a un hospital más grande.
Llegó inconsciente al hospital de Traumatología de Lomas Verdes la madrugada del 1 de noviembre. Su familia no sabía que él tenía seguro por parte del trabajo, así que ofrecieron firmar un pagaré mientras su hermano, trabajador del IMSS, tramitaba un seguro facultativo.
El director del hospital se negó a aceptarlo, pese al pagaré, y su familia rechazó llevarlo a otro lado. Marco de vez en cuando se quejaba de un dolor agudo en la pierna.
Pasó ocho horas sentado en una silla de ruedas en el pasillo del hospital, mientras su hermano tramitaba todo lo necesario para que lo admitieran. Para cuando la familia se enteró del seguro, el turno de la mañana de Lomas Verdes aceptó el pagaré.
El dolor en su pierna aumentó, Marco comenzó a vomitar sangre y tener más complicaciones, pero más de cuatro especialistas ya lo habían dado de alta y solo anotaron que tenía una fractura en el cráneo que no comprometía al cerebro, además de otras fracturas en las extremidades, y golpes y moretones que iban a sanar con el tiempo. Lo declararon fuera de peligro.
Para el IMSS él estaba bien, pese a la insistencia de su familia en la mancha morada que crecía en su muslo.
“Nos decían que era un hematoma normal del golpe y que debía quitarse en unos días. Ignoraron que crecía y crecía” recordó el hermano de Marco.
Tiempo después de que los médicos lo dieron de alta, Marco cayó en paro respiratorio 17 horas después de su accidente en moto, murió.
La Silla Rota solicitó al IMSS información sobre el caso o la explicación médica de su muerte, sin embargo, no hubo respuesta.
Su hermano solicita al Seguro Social que repare económicamente el daño hecho a la familia nuclear de Marco, ya que para su esposa e hijos él era el único sustento económico.
VGB