Claudia Tavares, una mujer que durante años luchó con sus propios recursos contra el cáncer de mama porque el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no le daba terapias ni medicamentos, murió hace unos días a causa de que las quimioterapias esporádicas hicieron que sus pulmones se llenaran de líquido.
Según datos recientes de Globocan Cancer Observatory, en 2022 se registraron más de 220,124 nuevos casos de cáncer de mama en América Latina y el Caribe, resultando en casi 59,876 muertes, unas cifras alarmantes que subrayan la urgente necesidad de mejorar las tasas de detección temprana y acceso al tratamiento en la región.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en sus hojas informativas para los profesionales del ramo, detalla que gran parte de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en etapas iniciales, si reciben el tratamiento adecuado, tienen un buen pronóstico, con tasas de supervivencia a 5 años del 80% al 90%. Pero, en muchos países latinoamericanos, las mujeres son diagnosticadas en etapas tardías, lo que complica el tratamiento y reduce las posibilidades de supervivencia.
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Andrea Rocha, abogada que ha defendido a pacientes de cáncer de mama y niños enfermos de cáncer hasta conseguir que las autoridades brinden los tratamientos necesarios, señala que un ciclo de quimioterapia debe ser constante, de interrumpirse se corre el riesgo de que no haya un progreso en el combate del cáncer.
IMSS no era constante con Claudia
En entrevista con La Silla Rota , la abogada de Claudia explicó que el IMSS no era constante con la entrega de los medicamentos de Claudia.
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Rocha acordó con el IMSS que se entregaría el medicamento y tratamientos a un grupo de mujeres que ella asesoraba. Pese a esto la clínica de Zamora, Michoacán, a la que Claudia acudía, tardaba días en darle la medicina y esto provocó que el cáncer de mama hiciera metástasis en sus huesos.
Para detener la expansión del cáncer su oncólogo le recetó Palbociclib, un medicamento de 21 cápsulas que cuesta 81 mil 768 pesos y, de consumirse de acuerdo con lo indicado por el médico, desaceleraría el rápido avance de la metástasis de Claudia.
La abogada Rocha mencionó que Claudia Tavares tampoco pudo tener un ciclo completo de este medicamento por la misma razón: la clínica de Zamora no lo tenía y tenían que pedirlo desde Querétaro. Para no interrumpir el ciclo llamaron a la Megafarmacia, proyecto del expresidente Andrés Manuel López Obrador, que tampoco lo tenía.
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"La Megafarmacia es una burla"
Rocha dijo que el grupo pacientes de cáncer al que representa, fue de los primeros en llamar a la Megarfarmacia. Irma, una de las mujeres, solicitó su medicina con receta en mano, le dijeron que le devolverían la llamada en 24 horas. Pasó el tiempo y nadie llamó.
Para Rocha y las mujeres esta bodega de medicinas es “una burla”. Mencionó que si bien podían tener las medicinas en los refrigeradores, es imposible enviarlas, ya que no hay logística que permita continuar con una adecuada cadena de frío que asegure que los medicamentos serán útiles.
“Son medicinas que requieren frío o que no las toque un solo rayo de luz. El presidente López Obrador pensaba que llevar medicinas a todos los municipios era como repartir cajas de cartón y no es así, por eso las mujeres no tienen sus quimios” aseguró Andrea Rocha
Casos como el de Claudia Tavares son, de acuerdo con Rocha, “más comunes de lo que deberían ser”. Ella menciona que además de no tener una logística adecuada, tampoco tienen inventarios actualizados.
“En la red de pacientes sabemos más sobre qué medicamentos hacen falta que las mismas autoridades, es cuestión de preguntar y de interesarse por la mujer” añadió Rocha
Tampoco funcionan los ultrasonidos
Las pacientes de cáncer de mama no sólo se enfrentan a la falta de medicamentos sino también a la escasez de equipo para hacer estudios.
Según la abogada, más de una docena de mujeres que están en el convenio con el IMSS han reportado que las clínicas de sus municipios no pueden hacerles ultrasonidos mamarios debido a que el equipo está descompuesto o en mantenimiento, así que las canalizan a otras clínicas.
El llegar a estas se vuelve complicado para porque algunas son madres solteras que ganan un salario que no alcanza para hacer recorridos largos. Además, reportan que el IMSS no les regresa el dinero que invirtieron en el trayecto, cosa que deberían hacer y se “escudan” en la falta de presupuesto.
Durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, Andrea Rocha y las mujeres se presentaron varias veces en Palacio Nacional exigiendo reuniones.
De estas “casi nunca salió nada”, dijo Rocha. Argumentó en entrevista con este medio que “era casi como hablarle a una pared, mujeres del movimiento fueron acusadas por el presidente de fingir estar enfermas”.