En la historia del Cártel de Sinaloa, el grupo criminal que fue denominado así por el gobierno mexicano desde principios de los años 90, hay un común denominador: las traiciones, lazos familiares y de origen, además de las luchas fratricidas.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE LA SILLA ROTA DE GOOGLE NEWS
Te podría interesar
Bajo el signo con el que nació hace más de 30 años, evolucionó y se convirtió en una de las más peligrosas organizaciones delictivas que operan en México, el Cártel de Sinaloa vive otra guerra interna entre las facciones de la nueva generación de narcos sinaloenses denominadas La Chapiza y La Mayiza, producto de la traición que llevó a la captura y entrega a Estados Unidos de Ismael Zambada García, “El Mayo Zambada”.
Especialistas en el estudio e investigación de organizaciones criminales consultados por La Silla Rota, como Luis Astorga, César Alarcón Gil y Armando Vargas, analizan los escenarios presentes y futuros del Cártel de Sinaloa, a partir de sus deslealtades y conflictos por el control de las actividades del tráfico de drogas.
Te podría interesar
Este viernes, El Mayo Zambada, el último de los líderes históricos del Cártel de Sinaloa compareció ante un tribunal en Nueva York. Ahora quedará sólo para la anécdota su alianza con Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo Guzmán" y Luis Héctor Palma Salazar, "El Güero Palma", pacto que de acuerdo con Luis Astorga y César Alarcón Gil, nunca implicó que el emporio criminal fuera un grupo homogéneo, siempre fue –dicen- una coalición coyuntural que se mantuvo unida y se rompió conforme a los intereses de sus líderes.
Las dos guerras internas en el cártel de Sinaloa
Las venganzas, traiciones, poder y el dinero están como elementos primordiales de las rupturas entre las facciones de la coalición de traficantes sinaloenses. “Estos rompimientos han ocurrido en varias épocas”, apunta el doctor en sociología y autor del libro El Siglo de las Drogas, Luis Astorga.
Efectivamente, además de la actual batalla entre La Chapiza y La Mayiza, la nueva generación de narcos de Sinaloa, se han suscitado al menos otras dos guerras internas entre facciones de la coalición de liderazgos de origen sinaloenses. La primera con el quiebre de la facción de los hermanos Beltrán Leyva y posteriormente con el clan de Dámaso López Núñez, "El Licenciado".
La caída del "Mochomo" y muerte de Arturo Beltrán
El primer desgarramiento de la coalición que agrupa el llamado Cártel de Sinaloa empezó el 21 de enero de 2008, con la captura y encarcelamiento de Alfredo Leyva Beltrán, "El Mochomo", quien era considerado el operador en Culiacán de esa organización criminal.
El clan de los Beltrán Leyva acusó a su primo "El Chapo Guzmán" de haber delatado y entregado a "El Mochomo" a las autoridades, a cambio de que su hijo, Iván Archibaldo Guzmán Salazar, El Chapito, fuera liberado.
La onda expansiva de la guerra entre las facciones de los Beltrán Leyva, quienes se aliaron a Los Zetas para confrontar al Cártel de Sinaloa, y las del Chapo Guzmán y "El Mayo" Zambada pronto se propagó a todo Sinaloa, Sonora, Morelos, Guerrero, Colima, Nayarit, Michoacán, entre otros estados del país.
La violencia y las muertes en ambos bandos terminaron luego de que Arturo Beltrán Leyva, "El Jefe de Jefes", muriera el 16 de diciembre de 2009 en un enfrentamiento en Cuernavaca, Morelos.
La escisión nunca fue reparada ni se firmó algún acuerdo, sólo un pacto no escrito hizo que volviera la calma a Sinaloa. César Alarcón Gil, doctorado y especialista en delincuencia organizada, violencia y seguridad pública, lo explica así:
“La historia de los liderazgos de las diferentes facciones que componen la coalición sinaloense, que además de estar entrecruzados por lazos familiares y de crianza común, siempre antepone el negocio a la violencia que, para ellos no es el mejor momento y por ello eventualmente los grupos dedicados al narcotráfico en esa región tenderán a estabilizarse toda vez que entrar en conflicto no es redituable al negocio”.
Al respecto, el coordinador del Programa de Seguridad en México Evalúa, Armando Chávez, lamenta que “los niveles de pacificación que se han visto en algunos momentos con la reducción de la violencia no respondan a una política pública de seguridad, sino más bien a la dinámica y a los intereses de los grupos criminales. Lo que ha hecho el gobierno federal es tomar una postura de omisión esperando que los conflictos cesen de manera orgánica”.
Caída del "Chapo" Guzmán: nueva ruptura
Otra ruptura dentro de la organización criminal se produjo tras la tercera y última captura que precedió a la extradición de "El Chapo" Guzmán, quien purga condena perpetua en Estados Unidos.
A su arresto, su socio y compadre, Damaso López Núñez, "El Licenciado", intentó tomar la dirección del grupo criminal, pero encontró la férrea resistencia de Los Chapitos, Alfredo, Iván, Ovidio y Joaquín, hijos del Chapo Guzmán, quienes reaccionaron con virulencia ante las intenciones del hombre de confianza de su padre.
La confrontación se agudizó a tal punto que Dámaso López y su hijo del mismo nombre, Dámaso López Serrano, "El Mini Lic", quien igualmente engrosó las filas de la organización, abandonaron Sinaloa y se refugiaron en diferentes puntos para no terminar asesinados.
Caída de los Dámaso y tercera guerra por "El Mayo" Zambada
Finalmente, el primero de ellos fue detenido en la Ciudad de México y fue entregado al gobierno de EU. "El Mini Lic" se entregó en 2017 a las autoridades estadounidenses tras la captura de su padre. Esa fue la primera muestra de la violencia a la que estaban dispuestos Los Chapitos jefes para mantener su liderazgo.
La tercera guerra interna está actualmente en proceso y atraviesa por el punto más álgido al sumar ya más de 130 muertos desde la captura de "El Mayo" Zambada, quien en la carta que divulgó su defensa días después de ser encarcelado, afirmó que fue llevado a Estados Unidos a la fuerza luego de ser requerido para mediar en un conflicto político.
A la reunión a la que fue convocado "El Mayo" Zambada en el poblado de la Higuerita, también asistió el ex rector y diputado federal electo, Héctor Melesio Cuén, quien fue asesinado en el lugar de la cita donde se encontraba Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de "El Chapo" Guzmán y parte de los liderazgos de La Chapiza, y donde también fue convocado el gobernador Rubén Rocha Moya, quien alega que nunca estuvo ahí.
En ese lugar, el jerarca de los narcotraficantes sinaloenses fue detenido, golpeado y encapuchado para ser trasladado a una pista clandestina donde lo esperaba un avión para ser trasladado de manera subrepticia hacia Texas, donde fue entregado a personal del FBI y de la DEA, y se entregó Joaquín Guzmán López.
Luis Astorga y César Alarcón Gil consideran que el motivo de esa reunión hace evidente la correlación de fuerzas entre el campo delictivo y el punto político, donde es evidente que el punto de equilibrio estaba cargado hacia la coalición de traficantes sinaloenses encabezada por "El Mayo" Zambada, quien era el punto de equilibrio en la entidad.
Eso fue evidente desde el operativo donde se intentó detener a Ovidio Guzmán, "El Ratón" y otro de los llamados Chapitos, quedó demostrada la capacidad de reacción y de control paramilitar de la coalición delictiva. Creo que el expresidente y el actual gobierno morenista pensaron que facilitándoles sus operaciones a estos grupos podían controlarlos, pero eso fue jugar con fuego, considera Luis Astorga.
"El Mayo" Zambada compareció ante el tribunal federal de Nueva York. Astorga comenta que la información que pueda proporcionar el jefe de traficantes sinaloenses es y será muy importante, aunque duda que todo lo que diga o ha dicho ya ante autoridades de EU, pueda ser conocido públicamente.
Estados Unidos usará esa información cuando lo crea necesario y benéfico a sus intereses, destaca. “Las noticias que se tienen sobre su deteriorado estado de salud hacen pensar que no tendría mucho que perder dando a conocer la información que posee, pero no de manera pública durante el juicio y si así lo hiciera podría significar un “punto de quiebre” en la coalición”, plantea el también investigador de la UNAM.
En los entretelones de las traiciones y violencia del llamado Cártel de Sinaloa, se encuentra un hecho innegable. Las repercusiones sociales y al respecto, el también doctor en Ciencias Políticas y especialista en seguridad, Armando Chávez, dice que sin lugar a dudas el costo de toda está violencia que se vive es para la población, el ciudadano de a pie que queda en medio de la línea de fuego entre un gobierno omiso para garantizar seguridad y los grupos delictivos que gozan de impunidad.
El problema es mayúsculo cuando se interrumpen los sistemas y canales funcionales de la sociedad y la economía, es decir, las actividades esenciales para el desarrollo de los individuos. Donde no hay umbrales o estándares mínimos de seguridad ni de gobernabilidad, comienza el caos, finaliza el coordinador del Programa de Seguridad de México Evalúa.
VGB