Luis Alvarez Icaza-Longoria confirma que buscará convertirse en el próximo rector de la UNAM. En entrevista con La Silla Rota, el secretario administrativo de la Universidad Nacional Autónoma de México adelanta que este miércoles 31 de agosto o este jueves 1 de septiembre entregará la documentación respectiva a la Junta de Gobierno.
Considera que la mayor debilidad de la UNAM es su tamaño, que además ha crecido sin que reciba más recursos en el Presupuesto de Egresos que año con año aprueban los diputados federales.
“Una de nuestras debilidades es que somos muy grandes y la organización de una institución tan grande con la universidad no es fácil. Somos una comunidad, entre trabajadores y estudiantes de más de 350 mil personas y si consignas, no solamente eso sino a la gente que vive alrededor de la universidad y luego la comunidad de egresados, pues estamos hablando de una comunidad de varios millones de personas.
“Somos una institución de una altísima complejidad. Nuestra debilidad es que somos realmente un poco frágiles frente a algunas crisis, que son crisis que ocurren en sectores muy localizados de la comunidad que debe tener impactos unificados de primera respuesta”, plantea.
El de los recursos para la educación es un tema que al egresado de la Facultad de la Facultad de Ingeniería y también investigador, le preocupa, porque no sólo afecta a la universidad, sino que impacta en general.
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“Si no invertimos más en educación no vamos a poder y no me refiero solamente a la universidad sino al país en general, no vamos a poder revertir muchas cosas”.
En el caso de la UNAM considera que un alto porcentaje de presupuesto se va en sueldos -equivalente al 80 por ciento- y cree que podrían ahorrarse recursos en ofrecer menos cursos y aprovechar las materias de tronco común.
Consultado sobre si considera que la UNAM ha atendido las denuncias de violencia de género que estudiantes y algunas trabajadoras han presentado en contra de profesores, trabajadores universitarios e incluso estudiantes, aseguró que la universidad ha hecho más que otras corporaciones públicas.
Afirma que el pragmatismo es su sello personal y considera que por ser ingeniero puede tener una perspectiva diferente para dirigir los destinos de la UNAM en los próximos cuatro años.
El último ingeniero en dirigir a la UNAM fue Francisco Barnes de Castro, entre 1997 y 1999. Anteriormente a él, estuvo Javier Barros Sierra, entre 1966 y 1970.
Fortalezas y debilidades
- ¿Cuáles son actualmente las fortalezas y debilidades en la UNAM?
-A ver, lo primero es que es la primera vez que digo que voy a participar, antes eran puro rumores -dice a La Silla Rota, y se sigue con la pregunta.
Es una institución de muchísimas fortalezas, llevamos muchos años de vida institucional y esos años nos han enseñado a lidiar con muchos tipos de crisis. La fortaleza de la universidad es que hemos conseguido una forma de gobierno que a pesar de sus defectos es bastante robusta. Hemos podido conseguir que sea una corporación pública al servicio básicamente de la nación a través de muchos estilos de gobierno.
Hemos pasado de 1921, la autonomía hasta ahora 2023, casi 100 años, intentando servir a la nación en lo que mejor hacemos, que es la generación de conocimiento, la formación de recursos humanos y procurar que ese conocimiento y esa formación tengan impacto social, que es una de las cosas principales y en eso lo hemos hecho razonablemente bien.
Ahora las debilidades. Yo las ubico más en un sentido coyuntural. Estamos viviendo tiempos difíciles y en particular mi preocupación fundamental tiene que ver con el porvenir de los jóvenes. En la mente de un joven moderno percibo, digamos, un mundo, en particular un país, que tiene limitaciones de empleo. Esas limitaciones implican dudas por venir. Por otro lado, tenemos una crisis de seguridad, de violencia, ambiental que generan mucha incertidumbre. Entonces ser joven en este momento es muy difícil y ese es el mayor reto que enfrenta la universidad y no lo presento como una debilidad, sino como un reto que tenemos.
-Dentro de estos tiempos difíciles le preocupa esta turbulencia política que de pronto uno puede encontrar, de esta crítica que le ha hecho el presidente Andrés Manuel López Obrador a la UNAM, de que si se derechizó la universidad o que si hay gente que gana muy bien.
-No quisiera centrar la crítica en lo que ha mencionado el presidente al respecto de la universidad. El presidente es una figura pública muy importante. La universidad es muy difícil categorizarla con una tendencia. El valor más importante consiste exactamente en que tenemos todas las tendencias dentro y en que la universidad tiene necesariamente por obligación discutirlas dentro del país.
Somos un crisol, como un microclima de lo que pasa en el país y eso hace que en la universidad algunos de los debates nacionales tengan efectos de resonancia y lo considero algo positivo, que la universidad se adelante en sus debates y los pueda manejar, discutir, transformar o los pueda, no voy a decir conciliar porque a veces son irreconciliables a lo largo del tiempo, entonces que somos una corporación pública y nos debemos a la nación.
Entonces es muy difícil decir que seguimos al Presidente. Nosotros seguimos a la nación, entonces respeto profundamente la diferencia de opiniones con respecto a la universidad, pero es muy difícil clasificar a la universidad con la universidad conservadora o progresista o liberal o revolucionaria.
Somos un poco de todo, tenemos grupos que hacen prácticamente todo, tienes ejemplos aquí al lado en Filosofía y Letras, tienes ejemplos con los que puso el presidente que no le gustan, en algunos facultades, Economía o Investigaciones Jurídicas pero que aún en esos lugares existen esas grandes corrientes distintas de opinión que debaten en el interior.
Las tareas de la UNAM
El secretario administrativo de la UNAM explica cuáles considera las tres labores fundamentales de la universidad.
“Tenemos que formar gente que le sea útil a la sociedad. Segundo, tenemos que formar, realizar investigación que reduzca los problemas nacionales y tercero, tenemos que hacer que lo que hacemos en términos de formación e investigación tenga impactos sociales, que es la extensión de la cultura”.
- ¿Usted por qué quiere ser rector?
-A ver, querer ser rector, anunciarlo es muy difícil. Estoy dispuesto a participar en el proceso para la designación. Como bagaje, tengo muchos años de conocimiento en la universidad. Nomás desde que ingresé a la preparatoria, tengo más de 50 años, en la universidad trabajando más de 40.
Una trayectoria que me ha permitido transcurrir por muchos lugares distintos en la universidad. He participado como representante de investigadores, de profesores, en muchos cuerpos colegiados, he tenido cargos académicos. Creo que mi formación de Ingeniero me da una perspectiva que considero diferente a otras personas que están participando en el proceso.
-No ha habido ingenieros recientemente.
-Bueno, el último ingeniero que no duró mucho fue (Francisco) Barnés (bajo cuyo rectorado estalló la huelga estudiantil de 1999) y antes de él, el último ingeniero que sí me cae muy bien que haya durado mucho fue Javier Barros Sierra (a quien le tocó el movimiento estudiantil de 1968). Hace tiempo que no estamos, los médicos llevan mucho tiempo.
Con respecto a que se puede hacer en la universidad, me considero una persona pragmática y ese pragmatismo me proporciona una visión para intentar resolver los problemas de una manera relativamente sencilla, eso es mi sello personal.
Otro de mis sellos personales es que me suelo involucrar los problemas importantes de manera personal. No soy de la gente que los problemas importantes se los encargue a otras personas. Me involucro en la solución de las cosas importantes y he mantenido siempre una política de puertas abiertas y recibo quien me pide una cita. Es una política que siempre he tenido y sostenido y que considero importante sostener.
Ahora, si eso me hace el mejor o peor candidato, para eso es el papel de la Junta de Gobierno.
Sueldos engullen muchos recursos
-Usted plantea que la UNAM es muy grande, y este tema siempre genera que algunos grupos piensen que va a haber menos matrícula, que ya no se va a crecer o se va a recortar gente, ¿qué plantea para no ser tan grandes, pero que no afecte a estudiantes o trabajadores?
-Encoger la universidad es prácticamente imposible por muchas razones, volver a lo mejor a una institución más pequeña y eficiente es difícil. Quitarle la complejidad también va a ser complicado ahora. Hemos tenido y lo seguiremos teniendo porque la universidad cuenta con un prestigio social y ese prestigio solo implica que hay mucha gente con deseo de estudiar en la universidad ahora. Cómo hemos atendido ese deseo de ingresar, hemos hecho una ampliación de la cobertura.
Ahora, sí tenemos un problema, es que digamos a nivel de pesos constantes el presupuesto en la universidad no ha aumentado y por otro lado sí hemos aumentado la cobertura, entonces, cuál es el límite de expansión de la matrícula universitaria con los recursos que mantenemos. Para mí es una pregunta difícil de responder.
La respuesta está en varios sentidos, primero tenemos que buscar de qué forma podemos hacer más eficiente la impartición de educación sin fuertes impactos. Hay distintas modalidades de impartición, tenemos que ver a cuáles recurrimos. Segundo, tenemos que buscar de qué manera podemos ser más eficientes en lo que hacemos. Buscar estructuras de troncos comunes que permitan reducir la oferta de cursos en donde lo que ahorramos de recursos, nos permitan liberar recursos que podamos dedicar a otras cosas.
Estoy consciente que la universidad estará sujeta a presiones de ampliación de matrícula. No creo que nuestra tendencia, si no hay un cambio en la política de financiamiento de educación superior, es una tendencia sostenible. Hemos tenido ya cambios muy importantes, en lo que llevamos en la universidad presupuesto operativo y cuánto dinero queda después de pagar sueldos en la universidad y en los últimos ocho años esa proporción ha cambiado de manera importante.
Hace 7 u 8 años la universidad tenía para inversión y equipamiento en infraestructura, en todo lo que no son sueldos, como entre el 26 y el 27 por ciento del presupuesto total. Ahora nada más tenemos el 20 por ciento.
-O sea, los sueldos se llevan una buena parte.
-Los sueldos se están llevando ahorita neto del presupuesto total de la universidad del 80 por ciento. Si nos vamos al presupuesto federal como el 87 por ciento. Y esos porcentajes son todavía mucho más críticos en algunos sectores, por ejemplo, el bachillerato. Yo no quisiera que la universidad llegara a una situación como las que tienen algunas primarias federales, donde todo el dinero se les va en sueldos y no tienen para ningún material didáctico ni para ninguna cosa.
La educación sin material de apoyo, sin material de soporte, sin equipamiento ni reactivos para los laboratorios, sin posibilidad de apoyar viajes de prácticas, sin las posibilidades de hacer actividades complementarias, no es una educación completa.
Tenemos que ver cómo equilibramos ambas cosas, mantener ese equilibrio no es fácil. Por otro lado, tenemos la demanda, qué tenemos que hacer con la universidad. No creo que la respuesta la pueda dar una sola persona como rector. Tiene que ser una respuesta proporcionada por los órganos colegiados, pero tiene que estar con un contexto, qué nos está pasando.
Si yo por ejemplo mañana recibiera la garantía de que el gobierno va a aumentar por encima de la inflación el presupuesto de la universidad, nuestra respuesta sería distinta a la que, si tenemos un presupuesto que va a ser simplemente reemplazando el costo del incremento de la vida, en donde tenemos a pesos constantes los mismos recursos.
Yo creo que la educación es un bien público y en la medida en que la inversión del Estado en este bien público sea más alta en esta medida vamos a poder a hacer más. Me queda muy claro que los países que han mostrado una alta inversión de Educación han demostrado que la ganancia, a mediano y largo plazo es muy alta.
No serviría desaparecer a casta dorada
-Parece que ya tiene usted un análisis muy completo, ¿esto implicaría pensar en un plan austero para que este grupo que llaman la Casta Dorada y que incluso usted comentaba que usted mismo pertenece, que se pudieran bajar sus ingresos quizá para equilibrar?
-La Universidad tienes 80 mil empleados, si de esos 80 mil empleados tenemos aproximadamente 41 mil académicos, 28 mil administrativos, lo que algunas personas llaman Casta Dorada es el grupo de funcionarios de alto nivel sí, suponte que nos desaparecen, que mañana ya no existe lo que han dado en llamar la Casta Dorada, me pregunto cuántos recursos estamos liberando para lo que no funciona bien.
Se ha puesto énfasis en detalles y no en el fondo. Esa para mí no es una respuesta. Los salarios universitarios tienen que ser dignos para todos, pero creo que la Universidad ha mostrado en términos de las negociaciones que hemos hecho el mejor esfuerzo posible. Si uno revisa, por ejemplo, cómo están los incrementos de los servicios universitarios en relación con la inflación, a ver si no estamos mal si los universitarios cuando uno consiga no solamente los incrementos de sueldo, sino el conjunto de prestaciones incluidas en los contratos colectivos afortunadamente vamos arriba de la inflación no, estoy hablando de este año.
Explica que su sueldo universitario no proviene de ser funcionario. Si a mí me piden renunciar a mi sueldo como funcionario no tendría problema y eso ayudaría a que cambiara radicalmente de operación, por supuesto que lo pongo. claro, no creo que esa sea la solución, pero sí se fuera el caso, no habría ningún problema.
La evaluación de Graue
- ¿Cómo evalúa al rector Enrique Graue?
-Soy colaborador del rector Graue, no es fácil la pregunta. El rector ya ha hecho algo bien en el sentido de intentar mejorar la presencia nacional de la UNAM. Si uno revisa cómo estamos estructurados, la mayor parte de nuestra actividad ocurre en el Valle de México. Sacar a la Universidad del Valle de México ha sido un acierto, yo considero el mayor, nos falta todavía incentivar esa presencia fuera del valle de México.
Por otro lado mantener la Universidad funcionando a pesar de que seamos la caja de resonancia de muchos problemas es un arte..
-Un tema que ha atravesado el rectorado de Graue es este tema de violencia de género. Este asunto qué tanto le duele a la UNAM y cómo se puede dar más justicia a quienes lo denuncian.
-A ver, yo no creo que hayamos hecho poco. Si tú comparas a la universidad con otra corporación pública, con cualquier otra corporación pública, somos un modelo nacional para resolver la problemática. No hay ninguna institución pública que haya hecho más en términos de protocolo de visibilización y de atención a los problemas, no hay ninguna institución pública que haya transformado su futura corporativa para poner atención a problemas de violencia y género.
-Ahora bien, preguntarle el tema de la relación, por ejemplo con la Cámara de Diputados por el presupuesto. También esta iniciativa para abrir el tema de designación de Rector, ¿esto en un momento puede poner en riesgo de autonomía, ¿cómo sortear esta relación con otros poderes sin que la UNAM se vea afectada?
-Digamos que por la razón que haya ocurrido, otorgarle autonomía fue una gran decisión porque nos permite desacoplarnos de los vaivenes políticos, porque estos son eso, son por definición pendulares, entonces es muy difícil que la Universidad siga perfectamente los péndulos de las preferencias del poder en turno; la autonomía nos ha permitido de alguna forma ese aislamiento.
Algunas personas dicen que la universidad no es democrática, yo no lo comparto. Lo que pasa es que hay diversas formas de democracia. Mira, voy a mencionar cuerpos con representación democrática. Tenemos consejos internos, consejos técnicos, Consejo Universitario, Comisiones Evaluadoras del Pride, Consejos Académicos de área, Comités editoriales, de becas de los que me acuerdo hoy en primera instancia. Si tú te pones a ver cuántos académicos y cuántos participan en nuestros cuerpos ya verás una proporción importante, esos son cuerpos que rigen la gobernanza.
Añade que hay que darles a las universidades públicas la posibilidad de una existencia estable que significa madurar sus proyectos académicos, ya que los ciclos académicos no tienen el mismo ciclo de vida que los proyectos políticos.
-Respecto al tema de las cuotas estudiantiles, ¿se discuten o no se discuten?
-A ver, ya está definido en la Constitución y siempre lo ha estado, la educación pública es gratuita y para mí siempre lo ha sido. No es un tema que para mí esté sujeto a discusión. La UNAM puede complementar ingresos, pero no a través de cuotas.
La UNAM es la institución educativa más influyente
-Ve riesgo de que con el año electoral se pueda llegar a contaminar el proceso, se dijo que incluso, por eso se lanzó la convocatoria en agosto, por si había ahí alguna intentona de modificar la Constitución y todo eso ve usted algún riesgo a ver
-La universidad siempre tiene sus experiencias políticas. Somos una institución muy grande y colocada en el corazón del México moderno. Nos guste o no la UNAM sigue siendo la institución de educación superior más influyente por muchas razones. Claro que somos una institución sujeta a presiones políticas. Pero una cosa es tener presiones y otra no tener autonomía. La universidad tiene que ser capaz de lidiar con las presiones de lo que ocurre en México.
-Pero eso no les espanta a usted, por ejemplo, ¿no?
-Pues es parte de la vida. Yo llevo la relación con el sindicato, tengo que tratar todos los días con el sindicato y los trabajadores administrativos son una parte medular de la universidad, pero como en toda relación se necesita dialogar de frente, sentarse.
-Ve la posibilidad de que pueda quedar una mujer también. Eso quizá ha cambiado la UNAM.
-Habrá candidatas. Digo en la última elección al rector hubo candidata participó y estuvo muy cerca de ser rectora la doctora Rosaura Ruiz. En esta ocasión, sé que hay varias mujeres que les interesa participar. Lo que más importa es quién es la persona con mayor capacidad para dirigir a la UNAM si resulta ser una mujer, pues muy bienvenida, yo tengo ocho hermanas, entonces soy feminista de nacimiento.
MRV