De sur a norte y un recorrido de más de 3 mil km de largo es la travesía que millones de migrantes, mexicanos, caribeños, centroamericanos, sudamericanos y alguno que otro de algún otro continente, realizan para alcanzar el llamado “sueño americano”, pero entre medias, luchan contra el hambre, el calor, la lluvia y la delincuencia.
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Gran parte del viaje de los migrantes se realiza montados en “la Bestia”, también conocido como “el tren de la muerte” debido al gran riesgo que conlleva subir al tren de carga al que se suben sin que se detenga, sin boleto y sin ningún tipo de elemento que les permita viajar cómodamente en lo que mantienen la esperanza de llegar con bien a su destino.
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El tren, que se estima ha costado miles de vidas, aunque un número exacto no existe debido a que sus tripulantes, mujeres, hombre y niños abordaron de manera clandestina, muchas veces bajo el velo de la noche y donde las autoridades no se los impiden; “es la uniforma en la que muchos de ellos conocen es posible llegar al norte de México”, a la frontera con Estados Unidos.
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“Voy a vivir mi propio sueño, lo intentaré”, afirmaba un migrantes en Chiapas hace un par de semanas cuando intentaba avanzar rumbo a EU, junto a un grupo de otros migrantes, algunos conocidos y otros no, pero todos con el mismo sueño, llegar a un lugar en el que puedan tener una mejor vida que la que tenían en su país de origen, del que huyen por la pobreza, la falta de oportunidades y la delincuencia.
En grupos, grandes o pequeños, es como los migrantes se organizan para atravesar el territorio nacional, el cual es el principal corredor de migrantes del planeta al registrar más de 11 millones de migrantes que buscar atravesar sus fronteras de norte a sur año con año. Ello con la esperanza de evitar a la delincuencia, que los roba, los secuestra y los mata en total impunidad por la falta de registro de que alguna vez hayan estado México.
Entre los migrantes, los más vulnerables son los niños y niñas, pues aunque muchos viajan en compañía de sus padres o madres, muchos de ellos viajan solos, quedando a merced de la delincuencia, pero también de las inclemencias del tiempo, la lluvia, el viento y el calor.
De acuerdo con información oficial, en enero de 2023 en México había registro de 6 mil 833 migrantes irregulares de entre 0 y 17 años de edad que intentaban llegar a los Estados Unidos. El 47.9% de los niños migrantes eran mujeres y el 52.1% eran hombres. Pero lo relevante es que esta cifra de niños migrantes es 95.8% mayor a la cifra registrada en el mismo periodo de 2022.
Todos los retos que enfrentan los migrantes para atravesar por México y llegar a Estados Unidos no acaban cuando llegan a la frontera entre ambos países, pues ahí enfrentarán el rechazo de las autoridades estadounidenses, quienes en caso de atraparlos los deportaran o encerraran como criminales, cuyo uno crimen ha sido querer una mejor vida a la que tenían en su país.
Recientemente se registró un incremento en el número de familias migrantes que arriban a Tamaulipas, sobre todo las que han sido deportadas de Estados Unidos, por lo cual el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia en Tamaulipas ha venido implementando acciones para su atención.
En contraste, la presencia de niños migrantes no acompañados ha registrado una tendencia a la baja en los municipios de la frontera.
VGB