El pasado 21 de agosto salió la convocatoria para elegir a la persona que ocupará la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en aras de sumar a las voces que piden fortalecer la gobernanza de la máxima casa de estudios, más de 150 académicos e investigadores firmaron una carta que pide “la necesaria transformación de la institución”.
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“A lo largo de su historia la UNAM ha defendido la democracia tanto en su vida interna como en la que rige al país. Su compromiso con la autonomía, la gratuidad, las libertades de cátedra e investigación, la igualdad de oportunidades, la lucha contra todo tipo de autoritarismo y arbitrariedad han distinguido a generaciones enteras de nuestra institución, igual debemos pugnar por el ejercicio honesto y transparente de los recursos que año con año la nación le confía a la Universidad”, se lee en la misiva.
Entre los firmantes se encuentran: Alejandro Álvarez Bejar, Alfonso Bouzas, Ana Esther Ceceña Martorella, Axel Didriksson, Carmen Galindo, Marta Lamas, Heberto Castillo, Hugo Casanova, Manuel Peimbert, Patricia Galeana, Roberto Rodríguez, Silvia Torres y más.
En la coordinación de la carta figura la doctora Rosaura Ruíz, así como el doctor Enrique Semo, quien señala en entrevista que los firmantes no llaman a cambiar las leyes que rigen la máxima casa de estudios.
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“Nosotros no vamos con la idea de cambiar la Ley Orgánica,muchos de los problemas de la UNAM, la mayoría, no requieren de que se modifique Ley Orgánica, o se cambie la junta de gobierno, sino que se requieren de un trabajo consensuado y detallado, se requiere voluntad del nuevo Rector o Rectora que busque atender problemas”, Rosaura Ruíz.
Importancia de la participación de todos los sectores
La carta sostiene que la democratización de la universidad no requiere cambiar sus estatus de gobierno sino fomentar la participación de todos los sectores.
“El gobierno de la UNAM, en sus diferentes niveles y espacios, tanto en los procesos de enseñanza-aprendizaje, como en la investigación y la difusión de la cultura, no puede sino enriquecerse mediante una extendida participación del estudiantado y de su personal académico y administrativo. En consecuencia, las iniciativas de democratización crecientes planteadas por la propia comunidad universitaria tiene total sentido y requieren ser atendidas con ahínco, compromiso y responsabilidad social”, mencionan en la misiva.
La carta hace énfasis en la necesidad de la paridad de género y para lograrlo, se apunta a que se debe promover desde la rectoría una mayor participación de las mujeres en los distintos ámbitos de la vida universitaria.
El mecanismo que los firmantes de la carta ven como viable para la democratización de la UNAM es que “el próximo rector o rectora de la Universidad establezca el compromiso de convocar a la comunidad a través de los consejos de área para delinear, una propuesta orientada a promover una mayor inclusión de su comunidad estudiantil, personal académico y administrativo en la toma de decisiones”.
En la carta se menciona la necesidad que tienen los académicos de condiciones dignas para el retiro, así como oportunidades para los futuros docentes o quienes recién se están insertando en la plantilla como profesores de asignatura. Al respecto Rosaura Ruíz sostiene que “ya hay un acuerdo en la universidad para que se busque la manera de que sean mejor remunerados los maestros de asignatura, también se debe voltear a ver las condiciones de los profesores que ya tienen 70 años y quieren retirarse”.
Respecto al área académica en la carta se lee que “buena parte de las tareas docentes de la Universidad, principalmente en los niveles de bachillerato y licenciatura, están a cargo de profesores con nombramientos de asignatura. Para una cantidad significativa del profesorado, esta modalidad de nombramientos representa su única o principal actividad profesional. Para ellos, las condiciones laborales y la remuneración asociada a esta figura son insatisfactorias e insuficientes. Es esencial encontrar alternativas que sean económicamente sustentables y laboralmente convenientes para quienes ejercen esta actividad que, sin lugar a duda, es de fundamental importancia para el ejercicio de la función formativa de la Universidad”.
Respecto a lo que sigue tras publicar la carta Rosaura Ruiz sostiene que esta se debe difundir entre las autoridades universitarias y una vez que pase el proceso de elección de la rectoría promover los consejos de área, “que actualmente son cuatro y cada Consejo tiene representantes de directores directoras estudiantes de profesores de investigadores, entonces esos consejos estos son muy buenas representaciones por área”, explica la académica.
“La rectoría 2023-2027 deberá comprometerse a encabezar los trabajos de revisión, complementación y actualización de la legislación universitaria, que es la que dispone y ordena la participación democrática de la comunidad, con el propósito de colmar los vacíos existentes, propiciar la participación activa de estudiantes y profesores en los asuntos internos, y eliminar las disposiciones que han caducado y hoy contrastan con los Derechos Humanos reconocidos por nuestro ordenamiento jurídico”, concluye la carta.
VGB