Anderson Omar “N”, alias “El Dino” de 24 años originario de El Salvador y buscado por autoridades de aquel país, además de que la Interpol emitió una ficha roja para su detención fue detenido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora en esa entidad.
En este sentido, la Fiscalía de Sonora recibió el pasado 7 de junio la solicitud para aprehender a Anderson Omar “N” de parte del Centro Antipandillas Transnacional (CAT) con sede en El Salvador. “El Dino” es considerado un objetivo de prioridad en su país por ser integrante del grupo criminal Mara Salvatrucha.
Trascendió que Anderson Omar “N” presuntamente cometió diferentes delitos y está prófugo de las autoridades y de la ofensiva antipandillas que impuso el presidente salvadoreño Nayib Bukele.
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Con base en los datos difundidos por el Enlace de Inteligencia Fronteriza de la Policía Nacional Civil (PNC) de Guatemala al personal de la Fiscalía, “El Dino”, prófugo de la justicia en su país llegó al estado de Sonora para radicar en Hermosillo en 2020 aproximadamente.
En tanto, Anderson Omar “N” tiene en su contra dos órdenes de aprehensión vigentes por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de homicidio agravado y organizaciones terroristas agravadas, además del ilícito de privación de la libertad agravada.
Torturas en prisiones de El Salvador para eliminar las maras
Las cárceles de El Salvador se han convertido en escenarios de terror, caracterizadas por el abuso sistemático y brutal a los reclusos, informó "El País". Una reciente investigación liderada por Cristosal, una organización que defiende los derechos humanos en el país centroamericano revela alarmantes hallazgos. La pesquisa señala torturas, golpizas, asfixia mecánica por estrangulación, y negligencia médica que ha causado la muerte de decenas de reclusos en los últimos meses.
En su informe, Cristosal documenta 153 muertes de reclusos en custodia estatal entre marzo de 2022 y marzo de 2023. Cabe destacar que todos los reclusos fallecidos fueron arrestados durante este mismo período. De estos, 29 murieron violentamente y otros 46 por "probable muerte violenta" o por sospecha de criminalidad. Lamentablemente, la cifra podría ser mayor, ya que algunos de los casos se informaron después del 23 de marzo de este año y no se incluyeron en este conteo.
Los resultados de la investigación son estremecedores. En el 49% de los casos, se encontró un patrón común de tortura, evidenciado por laceraciones, hematomas, heridas con objetos punzantes o contundentes, y señales de estrangulación o ahorcamiento en los cadáveres.