Germán Larrea Mota Velasco es una figura bien conocida en el panorama empresarial mexicano. Se desempeña como director ejecutivo de Grupo México, la minera más grande del país y la quinta mayor productora de cobre a nivel mundial. Este magnate, considerado en repetidas ocasiones como uno de los hombres más ricos de México según Forbes, ha marcado un fuerte sello en la economía nacional. Más recientemente estuvo en el ojo público después de que marcara su interés por comprar el banco Banamex y por la polémica de la expropiación de Ferrosur. Ahora, después de una semana, todo apunta a que se quedará sin ambas cosas.
Larrea ostenta los cargos de Presidente del Consejo de Administración, Presidente y Director General de Grupo México. Su participación en esta empresa se remonta a 1981, cuando se incorporó a su Consejo de Administración. La huella de Larrea se extiende a otros sectores de la economía mexicana. Desde 1997, lidera Grupo Ferroviario Mexicano como Presidente del Consejo de Administración y CEO.
Sin embargo, la figura de Larrea no ha estado exenta de polémica. Grupo México ha enfrentado acusaciones por diversas irregularidades. Entre los casos más sonados, se encuentra la muerte de 65 trabajadores en 2006 en la mina de Pasta de Conchos, Coahuila, por falta de medidas de seguridad, así como el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre en los ríos Bacanuchi y Sonora, uno de los desastres ecológicos más grandes en México.
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A esto se suma la controversia en torno a una carta emitida por Grupo México previa a las elecciones de 2018, firmada por Larrea, donde aconsejaba a sus empleados a votar por un candidato favorable a las inversiones y criticaba el modelo populista. Dicha carta, aunque no mencionaba a ningún candidato en específico, aludía a declaraciones realizadas por Andrés Manuel López Obrador. Por último, en 2019, la Empresa Metalúrgica de Cobre, subsidiaria de Grupo México, sufrió un derrame de más de tres mil litros de ácido sulfúrico en la Terminal Marítima de Guaymas, causando daños irreversibles al Mar de Cortés.
Todo apunta que su poca o nula relación con el actual presidente Andrés Manuel López Obrador se remonta desde 2018 y muchos años atrás. Es claro que las relaciones entre ambos personajes no es la mejor y que, de alguna u otra manera, ha influido en como se han dado las cosas en las semanas pasadas.
El diván Citibanamex
El proceso de venta de Banamex, perteneciente al grupo estadounidense Citigroup, ha estado lleno de obstáculos. A pesar de que la decisión de vender se tomó hace más de un año, la transacción aún no ha sido realizada; la lista de posibles compradores fue basta y se creía que al principio bastante reñida pero, con el paso de los meses las cosas cambiaron. La complejidad de la situación en los últimos meses y semanas llevó a Citigroup a considerar la opción de listar Banamex en la Bolsa de Valores.
La lista de posibles inversionistas ha disminuido con el tiempo. Germán Larrea, un prominente empresario mexicano, fue el último en retirarse del proceso de negociación, atribuyendo su decisión a la incertidumbre sobre la toma temporal de parte de los activos de Ferrosur, una de sus empresas.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha mencionado la posibilidad de que el gobierno participe en la oferta, aunque los detalles concretos aún no han sido revelados por Citigroup. Para que el gobierno federal apruebe la operación, el comprador debe cumplir con ciertos criterios: el capital del comprador debe ser mayoritariamente mexicano; debe estar al corriente en el pago de impuestos; el patrimonio cultural de Banamex debe permanecer en México; y los impuestos por la operación deben ser pagados por Citigroup, el vendedor.
La transacción contempla el negocio minorista de Banamex, que incluye sucursales, oficinas y una variedad de créditos. Además, se incluyen el negocio de seguros y la Afore de Banamex, que hasta finales de 2022, y de acuerdo con Expansión, tenía cerca de 10 millones de clientes y manejaba fondos por 815,699 millones de pesos.
Banamex alberga una vasta colección cultural, incluyendo obras de Diego Rivera y edificios históricos en la Ciudad de México, Mérida, Guanajuato y Durango. Desde el anuncio de la venta de Banamex en enero de 2022, varios grandes grupos financieros mostraron interés. Sin embargo, todos terminaron retirándose del proceso. Ricardo Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca, fue el primero en retirarse, alegando que Banamex requería demasiada inversión y tiempo. Le siguieron Santander, Banorte y finalmente, Inbursa, de Carlos Slim.
Banca Mifel y Larrea quedaron como finalistas, pero finalmente, ninguno logró adquirir los activos de Banamex. Ahora, con la posibilidad de que Banamex se liste en la Bolsa, el futuro del banco sigue siendo incierto.
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La "compra" de Larrea a CitiBanamex y AMLO al quite
El empresario mexicano Germán Larrea, líder de Grupo México y Ferromex, que comprende Ferrosur, ha decidido no continuar con la adquisición de Banamex. Esta decisión fue comunicada después de que el gobierno federal retirara un segmento de la concesión ferroviaria en una zona de Veracruz, como mencionó el periodista de negocios Darío Celis, columnista de El Financiero, en su cuenta de Twitter.
Germán Larrea, uno de los empresarios más influyentes en México y cabeza de Grupo México y Ferrosur, decidió renunciar a la compra de Banamex. Según fuentes cercanas a la situación, Larrea habría expresado su preocupación por el futuro incierto de la inversión: "No voy a pagar 7,000 millones de dólares por algo que mañana me pueden quitar", es la cita que se le atribuye. Sin embargo, varias fuentes de noticias contradicen esta información pocas horas después de su publicación inicial.
Por otra parte, el presidente López Obrador exhibió al periodista Dario Celis por haber señalado que Germán Larrea no compraría Banamex debido a la ocupación que llevó a cabo la Marina en Ferrosur, a la par de que AMLO dijo que el mismo gobierno podría entrar por la compra de Banamex ya que "sería un negocio redondo".
"Yo hasta me alivié porque su ya no lo va a comprar él pues hay una posibilidad de crear una asociación público-privada", indicó el presidente.
El presidente indicó que quien quiera comprar dicha empresa bancaria deberá de pagar un aproximado de 2 mil millones de pesos, mientras que señaló que incluso al pueblo mexicano le gustaría contar con acciones en la empresa asegurando que el gobierno puede poner el dinero que se necesite.
"A la gente de México le interesaría tener acciones, y otro tanto lo pondría el gobierno para que se tuviese mayoría y no hay pierde porque es un negocio redondo, ¿saben cuánto ganaron los bancos el año pasado? 240 mil millones de pesos", indicó
Revés de Citibanamex
Después de más de meses, semanas y días, el gigante bancario Citigroup (Citi), con sede en Nueva York, ha revelado sus planes para vender Banamex, su filial mexicana, mediante una Oferta Pública Inicial (OPI). Esta noticia surge tras descartar opciones anteriores de venta directa a potenciales compradores como Germán Larrea y el Grupo Mifel.
El proceso de venta, que se realizará a través de una OPI, se iniciará después de desagregar los negocios de Citi en México, un procedimiento que se estima finalizará en 2024. Mientras tanto, Banamex establecerá su propio plan financiero y operará con dos licencias bancarias en México. Se espera que este cambio estructural se complete para 2025, al término de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En una comunicación oficial al mercado, Citi ha anunciado su intención de reiniciar la recompra de acciones durante este trimestre. Además, el banco planea mantener su negocio de clientes institucionales en México. Pese a la venta, Banamex mantendrá su marca y se espera que siga siendo un actor dominante en los segmentos de banca personal y empresarial.
Jane Fraser, CEO de Citi, expresó que después de un análisis detallado, la decisión de proceder con una OPI es la mejor estrategia para maximizar el valor de Banamex para los accionistas, cumpliendo así con el objetivo de simplificar la empresa. Fraser también subrayó el compromiso continuo de Citi con México, un país en el que ha operado por más de un siglo y donde seguirá invirtiendo y expandiendo su franquicia institucional.
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¿Y Ferrosur?
La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo la ejecución de la Secretaría de Marina, ha despertado un cúmulo de reacciones tras la toma de control de las vías férreas administradas por Ferrosur en varias localidades del sur de Veracruz. Este suceso ha reverberado en los mercados y ha generado un ambiente de incertidumbre entre los trabajadores de la empresa.
El panorama comenzó a cambiar cuando las acciones de Ferrosur, empresa del Grupo México, del magnate Germán Larrea, experimentaron un descenso en la Bolsa Mexicana de Valores. Sin embargo, a pesar de la caída bursátil, la empresa no ha cesado sus operaciones, que actualmente están siendo supervisadas por las fuerzas federales.
Un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 19 de mayo justificó la intervención de la Secretaría de Marina en las instalaciones de Ferrosur. Este documento detalla la expropiación de líneas férreas en varios tramos de Veracruz, que originalmente se concedieron a Ferrosur en 1998 durante el mandato del presidente Ernesto Zedillo. Según López Obrador, la acción se llevó a cabo con el propósito de proteger las rutas de comunicación estratégicas cercanas al proyecto del Tren Maya.
Sin embargo, el rechazo a la expropiación ha sido generalizado, con condenas provenientes de la oposición política, el sector empresarial y la sociedad civil. A pesar de esto, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha rechazado la noción de que se trata de una expropiación, calificándola como una "ocupación temporal".
Esta semana, un importante acuerdo fue alcanzado entre el presidente López Obrador y Germán Larrea. Según informes del diario El Universal, las diferencias se resolvieron mediante la conciliación, lo que permitió al gobierno federal hacer una ocupación temporal de los tramos ferroviarios de Ferrosur.
Grupo México había solicitado originalmente un monto de 9 mil 500 millones de pesos por la toma de control de las vías, pero según El Universal, se acordó una reducción de entre el 20 y el 25 por ciento, dejando la suma total en alrededor de 7 mil millones de pesos.
Es evidente que el futuro de Ferrosur está envuelto en incertidumbre. Con las reacciones negativas por parte de diversos sectores y el declive de las acciones de Grupo México, este episodio deja muchas preguntas sin responder sobre el futuro de la empresa y el impacto económico que esta situación podría tener a largo plazo. El acuerdo alcanzado entre López Obrador y Larrea, aunque proporciona un cierto nivel de resolución, plantea aún más preguntas sobre cómo se manejará la situación en el futuro.
Mientras tanto German Larrea se ha quedado sin Citibanamex y sin un tramo de vía de Ferrosur.
DJC