El reciente anuncio de la extinción del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) coloca en el discurso público las modificaciones que se hicieron a fideicomisos que se crearon durante el extinto Seguro Popular, tal es el caso de la transformación del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC) en el Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), del cual desaparecieron más de 44 mil millones de pesos.
El Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos tenía cómo objetivo utilizarse para otorgar servicios médicos de alta especialidad a los beneficiarios del Seguro Popular. Era construido con las aportaciones de los beneficiarios y una parte proporcional del gobierno.
“El Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) nació sin una fuente suficiente y sostenible de recursos, con el 15% de la población con carencia por acceso a los servicios de salud y con un saldo en el Fonsabi (antes FPGC) de 119 mil 597 mdp”, señaló en un hilo de twitter el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda hasta el 31 de diciembre del 2023 el Fondo de Salud para el Bienestar contaba con un monto de 75 mil 205 millones de pesos, lo que representa que desaparecieron 44 mil 392 millones de pesos desde que inició el Insabi en 2020. El monto fue utilizado para diversos fines por el Insabi, pero de acuerdo con expertos hay opacidad en la dispersión de los recursos.
Esta semana, la Cámara de Diputados aprobó en lo general y lo particular las reformas a la Ley General de Salud para regular el Sistema de Salud para el Bienestar y derogar el Insabi. La iniciativa ya fue aprobada este 27 de abril en comisiones del Senado de la República y ahora tendrá que pasar al pleno, en donde de ser aprobada se concretaría su desaparición.
¿Qué son los servicios de alta especialidad?
Los servicios de alta especialidad contemplaban atención a enfermedades degenerativas que implican un alto costo al bolsillo (gastos catastróficos) de los pacientes con padecimientos como el cáncer, VIH, enfermedades raras, trasplantes de órganos y más.
En entrevista Judith Méndez, Coordinadora de salud y finanzas públicas del CIEP, comparte que en el 2018 el presupuesto total pagado para tratar enfermedades de alta especialidad fue de en 7 mil 016 millones de pesos en total.
En el 2019 hubo un recorte en el ejercicio del recurso de un 19.5 % del presupuesto total pagado para atender a enfermedades de alta especialidad, destinando 5 mil 642 millones de pesos.
Sólo 5% del Fonsabi fue a enfermedades catastróficas
De acuerdo con la publicación de “El ocaso de Fonsabi” realizado por la organización civil México Evalúa, “en los últimos dos años, menos del 5% de los gastos del Fonsabi se han dedicado a la atención de enfermedades catastróficas y construcción de infraestructura. El 95% restante se ha transferido al Insabi para gasto corriente, o a la Tesorería de la Federación (Tesofe), donde se pierde el rastro del dinero”.
En la falta de transparencia respecto a los recursos que del Fonsabi se dirigen a la Tesofe, Judith Méndez explica: “Lo único que sabemos es que más del 80% de los recursos se iban a transferir a la a la Tesorería, pero dicen para que conceptos ni en que se ejercieron”.
“Los recursos del fideicomiso no vienen de la misma base que la del presupuesto, eso son de otros recursos que solo reportan el saldo no ha donde se destinaron, no tenemos auditoría o informe que diga en qué conceptos se ejercieron”, agrega Judith Méndez.
La reducción de los recursos destinados a la atención de enfermedades de alta especialidad es una acción que Judith Méndez considera lamentable,“no tenemos una auditoría para conocer a dónde se destinaron estos recursos. pero hemos dado seguimiento a cuánto presupuesto se había destinado para las enfermedades de alta especialidad y lo que encontramos fue esta caída en el presupuesto que se destinó de alrededor del 27%”.
En el Informe Semestral de autoevaluación del director del Insabi, del periodo del 01 enero al 30 de junio de 2022, se estipula que el Fideicomiso del Fondo de Salud para el Bienestar presentó un monto total de erogaciones por 67 mil 341 millones 501 mil 344.32 de pesos, de los cuales 86.37% correspondió al reintegro efectuado a la Tesorería de la Federación.
Enfermedades que han sufrido recortes presupuestales
De acuerdo con México Evalúa, desde 2017 el gasto en atención de enfermedades de alto costo proveniente del Fideicomiso para el Sistema de Protección Social en Salud (FSPSS), ahora llamado Fonsabi, fue recortado por medidas de austeridad. De promediar un gasto de 10.3 mil millones de pesos en atención en los primeros cuatro años del sexenio pasado, para 2017 el gasto cayó a 9 mil millones de pesos, y en 2018 a 8.7 mil millones de pesos.
“Durante el sexenio pasado, el 37% del gasto del fondo equivalente al Fonsabi se dirigía a la atención del VIH/sida, pero en 2021 representó el 67%. En contraparte, el cáncer de mama, que representó el 25% del gasto en promedio, cayó hasta el 6% en 2021”, denuncia la publicación de “El ocaso de Fonsabi”.
IMSS-Bienestar
Uno de los planes más ambiciosos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador era lograr la cobertura universal, esta se realizaría a través del Insabi. Sin embargo, el 15 de marzo de 2022 el Gobierno Federal anunció que se federalizan los servicios de salud a través del modelo IMSS-Bienestar.
Respecto a las atribuciones del IMSS-Bienestar, Judith Méndez señala que hay que recordar que este proyecto data de hace más de 30 años y tenía la finalidad de atender a población en zonas marginadas con intervención de salud pública básicas, contempla alrededor de 80 padecimientos o atenciones médicas que se relacionan con vacunas, exámenes de detención, pero no toma en cuenta la atención de más especializada.
Judith Méndez sostiene que de quedar el IMSS-Bienestar como un proyecto que atiende a servicios básicos el presupuesto asignado podría ser suficiente, pero si se pretende atender servicios de alta especialidad sería insuficiente, es decir se tendría que asignar mayor presupuesto para atender al segundo y tercer nivel.
El CIEP sostiene que IMSS-Bienestar se crea sin una fuente sostenible y suficiente de recursos, con el 28% de la población con carencia por acceso a los servicios de salud y con un saldo en el Fonsabi de 79 mil 116 mdp”.
“No vemos recursos que se hayan invertido en el Insabi, el dinero no fue tirado a la basura sino que no hubo resultados”, menciona la Coordinadora de salud y finanzas públicas del CIEP.
Judith Méndez desde el 2019 externo junto con el CIEP una preocupación porque se deje sin un fondo a las enfermedades que requieren una atención especializada, “no hay claridad de opciones para estos pacientes, sabemos de hubo un aumento de un 40% en el gasto de salud en los hogares”.
El gasto de la población destinado a la salud incluye compra de medicinas, atención hospitalaria y más.
“El mayor aumento se presentó en la compra de medicinas, el gasto de bolsillo aumentó un 68%, el indicador del gasto de bolsillo es uno de los principales para analizar si el sistema público está respondiendo a las necesidades de la población y lo que vemos es la falta de respuesta del servicio público y quienes resultan más afectados son los hogares de menores ingresos”, concluye Judith Méndez.
MRV