Daniel Arizmendi López, un conocido secuestrador y asesino en serie mexicano, fue detenido y encarcelado después de llevar a cabo una serie de secuestros violentos y atroces en 1998. Apodado "El Mochaorejas", Arizmendi López es onocido por mutilar las orejas de sus víctimas para presionar a sus familias a pagar grandes cantidades de dinero. Por las épocas de su detención otorgó una entrevista a el periódico Reforma, exactamente el 19 de agosto de 1998 a manos del periodista César Romero, misma donde confesaría su "vicio" por secuestrar personas.
Como si no tuviera el más mínimo tacto después de su captura y eventual entrevista, comenzó diciendo "Ni modo, fue un mal día". Donde además agregó a sus confesión que la angustia de su vida, en ese momento, no era una eventual captura después de las investigaciones y tan sólo un día después de que 9 de sus cómplices ya estuvieran capturados. Su verdadera angustia, tan natural como cualquier otra persona, era su familia.
Comentó, en aquel entonces, que su esposa y su hija le pedían que dejara esa vida, que, si no lo atrapaban a él, serían ellas las que estarían recluidas para dar con su paradero. De acuerdo con el entrevistador en ese momento, el periodista Cesar Romero, comenta que la reacción más humana (y la única) fue un enojo por una supuesta infidelidad. Acusó, con especial cinismo, que la captura de la policía fue suerte y para nada una investigación de casi un año. Según él, el desliz de visitar a un amigo que no estaba limpio (sin delitos) fue la causante de su captura.
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A pregunta expresa si de quedar libre volvería empezar comentó que sí y que secuestrar lo haría así tuviera 100 millones de dólares porque para él el secuestrar era como una droga, como un vicio. Comentó que era la adrenalina, la sensación de saber si te atrapaban o mataban era ese vicio. Sobre sus víctimas sólo comentó de una por ser caliente pero que lamentablemente, le tuvo que cortar ambas orejas; para él cortar orejas era como contar pan. No mostraba empatía alguna.
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¿Quién es "El mochaorejas"?
Nacido el 22 de julio de 1958 en Miacatlán, Morelos, Arizmendi López provino de una familia humilde. A la edad de 15 años, fue detenido por primera vez por el robo de vehículos, pero fue puesto en libertad debido a su minoría de edad. A los 17 años, formó una banda dedicada al robo de vehículos en Ciudad Nezahualcóyotl, Chalco, Texcoco y posteriormente en toda la Ciudad de México, junto con amigos y dos de sus hermanos. Se cree que sus amigos, Antonio Flores y Alejandro Villalvazo, de Sinaloa, lo indujeron a la vida del crimen.
La carrera delictiva de Arizmendi López comenzó con el secuestro de Leonardo Pineda, un empresario mexiquense, a quien mató y cuyo cuerpo fue encontrado en Chalco, Estado de México, dos semanas después. Se le atribuyen más de 21 secuestros, en los cuales mutiló a la mayoría de sus víctimas, según datos de investigaciones periodísticas. Durante el período que abarca desde 1995 hasta agosto de 1998, se especula que secuestró y mutiló a más de 180 personas, al menos tres de las cuales fueron asesinadas. Además de su hermano Aurelio Arizmendi y su medio hermano Juan Farfán, su esposa, María de Lourdes Arias García, y otros miembros de la familia participaron en los crímenes.
Arizmendi López solía cobrar sumas exorbitantes de dinero porque solo secuestraba a personas de muy alto nivel socioeconómico. Debido a la violencia de sus crímenes, los medios de comunicación comenzaron a darle cada vez más cobertura en noticieros y programas, lo que llevó a la creación de un grupo especial interinstitucional en marzo de 1997 para lograr su detención. El cerco policial incluyó la detención de sus hijos Daniel Arizmendi Arias y Sandra Arizmendi Arias, quienes también eran miembros de la banda delictiva.
Finalmente, el 17 de agosto de 1998, Arizmendi López fue detenido sin oponer resistencia cuando salía de su domicilio en Naucalpan por agentes de la policía Judicial del Estado de México, junto con otros miembros de su banda. La noticia de su detención se dio a conocer mediante una conferencia de prensa.
Lo último de "El Mochaorejas"
El Tribunal de Apelación ha ordenado al juez encargado del caso de Daniel Arizmendi López "El Mochaorejas" que presente un nuevo proyecto en el que se detallen las violaciones a sus derechos humanos. El Ministerio Público acusa a "El Mochaorejas", su hermano y tres personas más de haber secuestrado a un trabajador en mayo de 1997. Durante el tiempo que estuvo secuestrado, los plagiarios pidieron dinero para liberarlo, sin embargo, su cuerpo fue encontrado en la Ciudad de México nueve días después del secuestro, ya que el dinero no fue entregado.
El grupo delictivo liderado por Daniel Arizmendi López, también conocido como "El Mochaorejas", tenía presencia en varios estados de México, como Querétaro, Morelos, México, Puebla y el Distrito Federal (hoy Ciudad de México). Se le relaciona con más de 200 casos de secuestro y diferentes asesinatos.
Después de ser declarado culpable de distintos delitos, como secuestro, homicidio, intento de homicidio, delincuencia organizada, asociación delictuosa, lavado de dinero, así como portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, "El Mochaorejas" acumula 398 años en sentencias. Fue detenido en agosto de 1998 en Naucalpan, Estado de México, lo que llevó a las autoridades a decomisar un gran número de bienes, incluyendo 63 casas, 16 vehículos, mil 838 centenarios, 49.2 millones de pesos, 1.3 millones de dólares, joyas y once cuentas bancarias.
Es importante destacar que la orden del Tribunal de Apelación no implica que "El Mochaorejas" sea liberado, ya que acumula más de 300 años en sentencias. Sin embargo, esta medida puede llevar a que se investigue a las autoridades en caso de que se confirme que se cometieron delitos en su contra durante su detención y presentación ante las autoridades.
El caso de Daniel Arizmendi López "El Mochaorejas" es uno de los más emblemáticos en la lucha contra la delincuencia organizada en México. Su detención y posterior sentencia han sido consideradas un gran éxito en la lucha contra el secuestro y otros delitos de alto impacto en el país.
La orden del Tribunal de Apelación demuestra la importancia de garantizar los derechos humanos, incluso en casos de personas acusadas de delitos graves. Es responsabilidad del Estado garantizar que se respeten los derechos de todas las personas, sin importar su condición o las acusaciones en su contra.
DJC