Tras condenar los ataques contra cinco periodistas en México, registrados durante los últimos días, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), urgió al gobierno federal tomar cartas en el asunto para frenar la ola de violencia e impunidad que se registra contra la prensa y garantizar la seguridad de los representantes de los medios de comunicación del país.
"Lamentablemente seguimos viendo, con indignación y en estado de indefensión, como se normaliza el avance de la violencia contra la prensa en todo el territorio mexicano. Este último ataque en Guerrero es otro ejemplo de las enormes dificultades que enfrentan periodistas y medios para ejercer su labor sin temor a represalias", expresó Roberto Rock, presidente de la SIP y director del portal La Silla Rota, quien también expresó su solidaridad con los reporteros agredidos.
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Y es que el pasado 28 de noviembre, cinco periodistas, en dos hechos distintos, fueron atacados por hombres armados, cuatro de ellos resultaron heridos, pero se les reporta fuera de peligro. Uno más resultó ileso.
Uno de los ataques se registró en Chilpancingo, Guerrero, cuando los periodistas Óscar Guerrero, fotoperiodista de Amapola Periodismo, Víctor Mateo Francisco, de ANG, Ahora Guerrero y Quadratín; y Jesús de la Cruz, de Noticia Reportes, regresaban de una cobertura periodística cuando hombres armados, que iban a bordo de una motocicleta, se les acercaron y comenzaron a atacarlos. La agresión fue frente a instalaciones militares en la capital guerrerense.
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Tres de los cuatro periodistas resultaron heridos. Jesús de la Cruz y Víctor Mateo tuvieron que ser hospitalizados, mientras que Óscar Guerrero, no lo requirió. Un cuarto periodista fue identificado como Héctor Camacho, resultó ileso.
Los periodistas regresaban de cubrir una nota sobre el asesinato de un conductor de transporte, cuando fueron sorprendidos por los hombres armados.
Ese mismo día, pero en la ciudad de Apatzingán, en el estado de Michoacán fue atacado a tiros el periodista Maynor Ramón Ramírez, del sitio local ABC, cuando estaba cerca de su negocio. Resultó con una herida en la cabeza por lo que tuvo que ser hospitalizado. La SIP destaca que el comunicador sobrevivió a un atentado en 2016.
"Esta nueva embestida contra el periodismo mexicano pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de que las autoridades adopten medidas concretas para frenar esta ola interminable de violencia e impunidad", condenó Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, y director del diario La Voz, de Argentina.
En su reciente Asamblea General, realizada a mediados de noviembre, la SIP aprobó una resolución donde hizo un llamado al gobierno mexicano y de otros países de la región a cumplir "con su responsabilidad de identificar a los responsables materiales e intelectuales de los asesinatos y hechos de violencia, y que apliquen las sanciones correspondientes, a fin de que no queden en la impunidad".
Una semana antes del ataque a los cinco periodistas, otros colegas fueron secuestrados, en dos hechos diferentes, en la ciudad de Taxco, Guerrero.
En un primer hecho fue secuestrado el periodista Marco Antonio Toledo, junto a su esposa Guadalupe Denova y su hijo Alberto, quienes fueron obligados a salir de su casa por un grupo de hombres armados.
El 22 de noviembre los periodistas Silvia Nayssa y su esposo Alberto Sánchez, fueron secuestrados, dos días después fueron liberados junto a Guadalupe Denova. El periodista Marco Antonio Toledo y su hijo fueron los últimos en ser liberados.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) exige también al gobierno mexicano protección y seguridad para los periodistas tras la ola de violencia de las que han sido víctimas en Guerrero y Michoacán.