VOTO DE LA MUJER

70 años del voto de las mujeres en México: los retos que persisten

A 70 años de la conquista del voto de la mujer, los logros han sido mucho prueba de ello el Congreso de la Unión pues el 50% lo representan mujeres

En 2014 se realizó una reforma para incorporar el principio de paridad de género
En 2014 se realizó una reforma para incorporar el principio de paridad de géneroCréditos: Cuartoscuro
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Este 17 de octubre se cumplen 70 años del Voto de la Mujer en México desde entonces la vida política de las mujeres en nuestro país cambió con la reforma constitucional que reconoció sus derechos como ciudadanas, lo que les permitía votar y ser votadas para ocupar un cargo público y aunque los derechos políticos de las mujeres fueron reconocidos la cultura política machista aún prevalece.

La lucha del sufragio femenino comenzó en el siglo XIX en diferentes países, con el objetivo de buscar el derecho a la ciudadanía de ellas, pero fu durante el siglo XX cuando aproximadamente 84 naciones lo aprobaron, de acuerdo con Georgina Cárdenas Acosta, académica de la licenciatura en Sociología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM.

Para María Marván Laborde, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la conquista del derecho al voto de las mujeres tuvo un momento previo al año 1953, durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, en el cual en la Cámara de Diputados y en el Senado comenzó a reconocerse el derecho al voto de las mujeres; sin embargo, Cárdenas decidió no promulgar la reforma al artículo 34 de la Constitución.

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En el marco de los 70 años del Voto de la Mujer, Marván Laborde explica que algunos miembros de partidos políticos, como los Acción Nacional, decían que no era útil reconocer el derecho al voto de las mujeres porque si sus esposos o sus padres votaban, entonces se asumía que todas las familias optaban por un mismo partido.

¿Por qué se negaba el derecho al voto a las mujeres?

En 1947 se otorgó el derecho al voto a las mujeres únicamente a nivel municipal porque había el temor de que en México la fuerza conservadora rigiera sus votos y también se creía que no tenían autonomía porque estaban influenciadas por la religión debido a su supuesta cercanía con la Iglesia, comenta Cárdenas Acosta.

“El 12 de febrero de 1947 se consigna en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la participación de las mujeres como votantes y como candidatas, y es hasta el 17 de octubre de 1953 –en el periodo presidencial de Adolfo Ruiz Cortines– cuando se estableció como un sufragio universal. Para lograrlo se necesitó la intervención de muchas mujeres que desde el sexenio de Cárdenas solicitaban su derecho al voto”, señala Marván Laborde.

La idea del sufragio femenino comenzó a germinar en México desde el siglo XX, cuando las mujeres formaban parte activa de los proyectos políticos posrevolucionarios, describe Amneris Chaparro Martínez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), de la UNAM.

“En ese sentido el feminismo es clave para la articulación y lucha política de estas demandas, así como para la forma en que las mujeres crean un proyecto político común que lleva a la consecución de derechos políticos.”

Resistencia ideológica

Tras reconocer el derecho de las mujeres a votar y ser votadas existió una resistencia ideológica, de acuerdo con la académica de la FES  Aragón, Cárdenas Acosta apunta que el clima era adverso hacia este tipo de participaciones porque la legislación no se acompañó por una política pública que desarrollara estrategias de sensibilización o que incentivaran su incidencia en puestos.

“A pesar de que las mujeres adquirieron el derecho al sufragio, esto no garantizó su acceso pleno a los espacios de toma de decisiones. Por un lado, nos encontramos con discursos que promueven la igualdad y la inclusión, que coexisten con una arraigada cultura política patriarcal, la cual presenta numerosas resistencias, especialmente en el ámbito político, y requiere de numerosas reformas legales para establecer el principio de paridad y garantizar su cumplimiento”, sostiene.

Entonces, ¿por qué si en la legislación se estipulaba el sufragio femenino en la práctica se continuaba relegando a las mujeres de la política? La académica refiere que se debe a la configuración masculina del poder, que estaba en discrepancia entre lo que establece la legislación y la persistencia de la subrepresentación de las mujeres. Si ellas accedían a este sistema –constituido para que los hombres accedieran fácilmente a puestos de poder– sería a cuentagotas.

Por su parte, Chaparro Martínez también observa que la dificultad que históricamente han tenido las mujeres para acceder al poder político se debe al sexismo y a la misoginia. 

La investigadora aclara que “la misoginia reprueba y persigue sistemáticamente a las mujeres sólo por su condición de género. Muchas veces sus cuerpos, ideas, vidas sexuales, así como personales están bajo un enorme escrutinio. Y este tipo de acciones de violencia en contra de ellas en el espacio público sirven como un constante recordatorio de que no está hecho para nosotras”.

Avance del voto femenino

A 70 años del reconocimiento del voto femenino, el panorama y los logros políticos de la mujeres han sido muchos, aunque faltan cosas hacer y mejorar, de acuerdo con Marván Laborde en un inicio se establecieron cuotas como sugerencia, en el año 2000 ya eran una obligación, pero fue en 2014 cuando se realizó una reforma para incorporar el principio de paridad de género y en 2020 se hicieron cambios en materia de violencia política contra las mujeres. Sin embargo, todavía existen actos sexisas y misoginos que violentan a las mujeres que ocupan espacios públicos.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional Electoral (INE) muestran que en el 2014 el Congreso de la Unión estaba representado por 254 mujeres y 374 hombres mientras que en la actualidad las cifras apuntan que hay un congreso paritario, pues el 50 % lo representan mujeres y el otro 50 % son varones. Además las diputaciones locales en aquel año estaban representadas por el 26 % de ellas y ahora son el 54 %. De igual manera, en ese año habían 7 % de alcaldesas y presidentas municipales y actualmente suman el 29 %.

De acuerdo con María Marván lo que está sucediendo en México es un avance cualitativo por encima de muchas naciones, inclusive europeas, así como de Estados Unidos, en donde las mujeres están accediendo a cargos de representación popular, a pesar de que en nuestro país, hasta ahora, ninguna mujer ha ganado la presidencia.

Para lo académica el llegar a este avance cualitativo fue dificultado por las artimañas de los partidos políticos que menospreciaban el liderazgo femenino.

La especialista en Sociología, Cárdenas Acosta asegura que la ley se ha adaptado de acuerdo con los fenómenos que se han dado con el paso de los años, para garantizar el derecho de las mujeres a su participación política.

Hoy vemos cómo los últimos mandatarios han buscado activamente incluir mujeres en su gabinete, porque saben que el costo social de no hacerlo es muy alto. En la gran mayoría de los casos las han encontrado capaces, porque ya nadie se compra el argumento “de nosotros quisiéramos proponerlas, pero de dónde las sacamos”. Es evidente que no sólo ya no funciona, sino que es castigado por la sociedad, comenta María Marván.