A 4 años del inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, la promesa de eliminar la corrupción no se ha cumplido. Si bien los índices de corrupción disminuyeron en algo, se mantienen estancados en los mismos que se tenían en sexenios anteriores.
Así lo demuestran datos de la organización Transparencia Internacional, que desde los años 90 lleva un ranking mundial de percepción e índices de corrupción en cerca de 180 países del mundo.
Adicionalmente a eso, en entrevista con La Silla Rota, Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, destaca casos emblemáticos de corrupción en el país que no han obtenido sentencias contundentes en contra de los acusados, incluso algunos han salido libres y otros más siguen en libertad.
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En el marco del Día Internacional Contra la Corrupción, La Silla Rota le presenta un balance de los casos que el gobierno federal arrastra, a pesar de la llamada “lucha contra la corrupción” que abandera la 4T y a pesar, también, de los vítores que el propio presidente ha lanzado en ese sentido.
En el mundo, México siempre en números rojos
En un mapamundi casi todo teñido de rojo, México siempre está en medio, siempre coloreado en un color entre anaranjado y rojo, tipo rojo quemado, no rojo sangre. Ese color representa una variante: el nivel de corrupción en el país es cosa seria.
Desde 2006, México no rebasa los 35 puntos –de 100 posibles– en su calificación de percepción de corrupción a nivel mundial. Ese primer año estuvo en 33 puntos (cuando se calificaban en 10 puntos, el equivalente fue 3.3) y no ha pasado de subir dos.
Las presidencias de Felipe Calderón Hinojosa (PAN), de Enrique Peña Nieto (PRI) y de Andrés Manuel López Obrador (Morena) no han podido sacar a México de esa parte roja del mapamundi que mide la corrupción.
Es más, el peor año de todos fue el último de Peña Nieto y el primero de López Obrador: 2018, cuando México calificó solo con 28 puntos de los 100 posibles, de acuerdo con la medición de Transparencia Internacional.
Pero no fue el sexenio panista en el que mejor se calificó México en cuanto a percepción de corrupción del gobierno, por parte de sus ciudadanos. Lo fue también el sexenio priista, en 2014, el país alcanzó los 35 puntos. Nada más.
Si bien el gobierno del presidente López Obrador logró rebasar –de nuevo– la barrera de los 30 puntos, para 2020, se estancó en los 31. En enero próximo se dará a conocer si pudo aumentar esa barrera o cayó, como lo hicieron los sexenios anteriores al acercarse el cambio de gobierno.
¿Y lo robado? Otra promesa incumplida
En entrevista con La Silla Rota, Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, destacó no solo ese estancamiento en la calificación de México, sino las promesas incumplidas en materia anticorrupción que ha enarbolado este gobierno.
Destacó que casos emblemáticos de corrupción, como Odebrecht, han tenido desaseos en sus procesos, se han limitado a señalar culpables sin que haya aún la reparación de daño al erario –por el dinero robado–, incluso, sin que haya sentencias firmes.
“Queda claro que la promesa presidencial de erradicar la corrupción en México aún no se ha cumplido. Por un lado, están las grandes tramas de corrupción o los grandes casos, como Odebrecht, donde se involucra a personajes prominentes de la vida pública que no han encontrado sanción y ningún juez ha sancionado a nadie”.
“La otra promesa, la de devolverle al pueblo lo robado, tampoco ha sido cumplida. Las arcas de la nación no han recibido de vuelta los recursos que han sido desviados por las grandes tramas de corrupción, que el mismo presidente siendo candidato reveló e hizo explícitas”.
En marzo de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que en su gobierno ya no existía la corrupción, “aunque le dé coraje a los conservas”. Pero en octubre de este año, admitió que la corrupción era un mal que su gobierno no había podido erradicar.
“Ya he hablado del tema, yo soy un convencido de que el principal problema de México era la corrupción, y sí continúa habiendo corrupción, pero ya no es lo mismo. Antes el gobierno estaba orientado por entero, por completo al saqueo, a la corrupción”.
Para Bohórquez, la única excepción a la impunidad que impera en casos de corrupción gubernamental es el de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), cuyo titular fue cesado por desvíos que no pudo aclarar ante diversas auditorías. El caso incluso fue condenado por el primer mandatario.
“Son contados los casos –o prácticamente nulos– de corrupción investigada que se han dado en la administración del presidente López Obrador “, dijo.