La presidencia de la Suprema Corte de Justicia en manos del ministro Arturo Zaldívar ha sido complaciente con la 4T, al permitir que continúen sin resolución temas que podrían afectar la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues mientras avanzan los temas relacionados con la defensa de derechos humanos, aquellos vinculados con reformas prioritarias y de la seguridad pública, siguen en espera.
A esta conclusión llegó Raúl Mejía, experto en materia constitucional e investigador asociado del Instituto para el Fortalecimiento del Estado de Derecho. Tras analizar los últimos cuatro años de trabajo del Poder Judicial, consideró que la de Zaldívar se trató de una presidencia dónde se pospusieron resoluciones de asuntos que afectan directamente al gobierno de López Obrador.
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Zaldívar concluye su cargo como titular del Poder Judicial el 31 de diciembre y, para el 2 de enero, los ministros del pleno elegirán mediante sorteo, en sesión especial, a su relevo. Así, en la primera semana de diciembre, los interesados en ascender al cargo deberán manifestarlo y presentar su propuesta de trabajo.
“Si bien la Corte se precia de ser un instrumento garante en materia de derechos humanos, hay muchas resoluciones políticas que se han quedado en el tintero y que son relevantes en relación a la actuación de esta administración”.
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“No es posible que no hay estén resueltos temas que tienen 4 años guardados, pendientes de resolución. Esto es vergonzoso para una presidencia de la Corte”, dijo.
El especialista enumeró algunos casos: la extensión de fideicomisos, la transferencia de puertos a la Secretaría de Marina, el acuerdo de intervención de Fuerzas Armadas, reforma a la Ley de Hidrocarburos, ampliaciones a leyes secundarias de Prisión Preventiva Oficiosa y reducciones salariales a órganos autónomos entre otras.
“Uno que me preocupa particularmente es el Código de Justicia Militar que lleva mucho tiempo esperando, desde 2016 y estaba en la ponencia del ministro Zaldívar. Pero después se turnó a la ponencia del ministro Luis María Aguilar”.
Zaldívar: tiktokear mientras pospone
Desde 2020, La Silla Rota da seguimiento a aquellos temas políticos que la Corte pospone y que – casualidad o no– se relacionan con temas vinculados con la 4T. De ahí que diversos expertos, consultados en diferentes tiempos y momentos, consideren que el Poder Judicial ha sido una especie de guardaespaldas jurídico del presidente López Obrador.
En este mismo lapso de tiempo el ministro Zaldívar debutó en la red social TikTok y hoy cuenta con un promedio de 300 mil seguidores. En sus videos, lo mismo recomienda libros que habla de sus gustos musicales, como Taylor Swift. Incluso, defendió su incursión en esta red.
Una revisión a sus videos permite concluir que su comunicación en TikTok es con un tono ligero, al margen de cualquier tema que pudiera estar relacionado con la 4T.
Por eso, el ministro presidente de la Corte opinó sobre el lanzamiento de muñecos del doctor Simi en conciertos musicales, presentó a su mascota o refiere que consume licuados de proteína. La política y la 4T no son temas que haya abordado hasta ahora.
@arturozaldivarl ¿Qué les parece mi visita sorpresa? #perro #mascotas #cachorro #dog #dogsoftiktok ? sonido original - Arturo Zaldívar
Lo más cercano a un tema político es en una entrevista en la que relató cómo se elige un ministro; y explicó que, al margen del protocolo legal, se requiere “que el presidente (de la República) te tenga en la mente y que en un momento dado su equipo te ponga en una lista y puedas acceder a esa lista para estar en la terna y luego hacer tu labor en el senado”.
Una Corte que no es contrapeso
Raúl Mejía explicó que, antes de la reforma judicial de 1994, la Corte en su mayoría solo resolvía amparos, controversias y acciones de inconstitucionalidad. “Podríamos decir que era una Corte más de legalidad, pero a partir de 1994 asumió una posición muy importante a los derechos y contrapeso contra ciertas políticas del Ejecutivo”.
Refirió que el contrapeso del Poder Judicial se ha ido diluyendo con el tiempo; pero que en la presidencia del ministro Zaldívar, ha sido una característica frecuente. También destacó que la Corte no puede pretender proteger al Poder Judicial del embate de la actual administración; “sería una manera muy extraña de proteger ‘la plaza’ en el sentido de pretender protegerla colaborando con el poder público”.
“Cuando Zaldívar dijo que él no es quién para andar ‘arreando’ a los ministros y que cada uno es responsable de su ponencia, en el fondo es cierto. Sin embargo, que pobre sería una presidencia de la Corte que no pudiera llevar una política de resolución de asuntos específicos y de agenda”.
“¿Ser presidente es comunicar solamente temas de derechos a través de TikTok? ¿O realmente la presidencia de la Corte tiene una influencia interna para asuntos de agenda? En mi experiencia y opinión, debiera ser lo segundo”.
El académico consideró que el uso de TikTok “es una forma de deslindarse de la agenda judicial” en materia política que, en el fondo, deja mucho que desear.
“Hay asuntos que nos han fallado más allá de la discusión. Y por el mismo manejo de la presidencia acabaron por no resolverse de manera adecuada, como la votación de la acción de inconstitucionalidad de la Ley de Industria Eléctrica; o sobre las normas generales y la política de la administración. Caso contrario son los temas de derechos humanos y de mujeres: eso sí no se le puede pichicatear al presidente”.
Añadió que la Corte no ha hecho su papel como contra peso y balance político y constitucional de cualquier administración. Y que esto permite cuestionar si el Poder Judicial se reduce a una Corte de derechos o si debe ser una Corte de competencias y atribuciones. “Lo que no puede hacer es querer dar con una mano y quitar con la otra y creer que con eso se satisface la función de la Corte”, resaltó.
La Corte: tibia con el Ejecutivo… y con el Legislativo
Mejía aseguró que la tibieza de la Corte hacia el Ejecutivo se ha extendió al Poder Legislativo. Y ejemplificó que el tema de la legislación del cannabis es muestra de cómo la Corte ha sido considerada en el cumplimiento de sus instrucciones al otorgar una y otra vez prórrogas al Congreso.
“Eso envalentona también a las mayorías en ambas Cámaras, porque no resuelven y no le hacen caso al contenido de la sentencia de la Corte, la descalifican o interpretan a su manera. Y esto es muy desgastante también para la legitimidad y posición del Poder Judicial”.
Agregó que, incluso, el propio Poder Ejecutivo ha desacatado sus sentencias. “Claramente el presidente de la República las ha hecho a un lado; es real que hay resistencias de ambos poderes para ajustarse a sentencias del Poder Judicial, básicamente se voltean y dicen yo no cumplo y hazle como quieras”.
Y recordó que el caso donde la Corte destituyó al presidente de Congreso de Jalisco por no cumplir una sentencia.
“Es desafortunado. Cuando Zaldívar pretende legitimar su operación y de repente cuando alguien lo quiere responsabilizar sobre la resolución de ciertos casos, echa toda la culpa a los demás. Esto es increíblemente desgastante para un órgano colegiado de este tipo. Por un lado, al presidente de la Corte le gusta bailar en TikTok, salir en la televisión y que le digan que es un gran comunicador; pero por otro lado defenestrar a sus iguales diciendo que ellos son responsables de toda la dilación de la política”.
Finalmente, adelantó que para la o el sucesor de Zaldívar será un reto definir qué rol asumirá frente al titular del Ejecutivo; es decir, en los dos últimos años de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador y los primeros dos años del próximo presidente de la República en 2024.
“La administración del ministro presidente pretende dar la imagen de que cualquier cosa que diga lo que llaman pueblo; o lo que les parece es democracia es la última palabra. Sí escuché un discurso de Zaldívar en ese sentido, pero en realidad la Corte también se debe a la constitución y no solo al voto popular”.