La NASA prohibió la entrada de ciudadanos chinos a sus instalaciones y programas, incluso si cuentan con visas válidas en Estados Unidos. La medida incluyó restricciones al acceso físico y digital a los sistemas de la agencia espacial.
El 5 de septiembre de 2025, varios ciudadanos chinos que colaboraban como contratistas o investigadores encontraron bloqueado su ingreso a la red informática y recibieron notificación de que no podían participar en reuniones presenciales ni virtuales.
Según la portavoz de la NASA, Bethany Stevens, la decisión buscó garantizar la seguridad de los trabajos desarrollados en la agencia.
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Cambios en la política de colaboración
Durante años, la NASA permitió que ciudadanos chinos trabajaran como contratistas, estudiantes de posgrado o investigadores externos, aunque sin posibilidad de integrarse como personal de planta. La nueva disposición eliminó toda forma de colaboración, incluidas investigaciones universitarias vinculadas a la agencia.
El cambio reforzó la disminución de la cooperación científica entre Estados Unidos y China, un proceso que inició con la exclusión de astronautas chinos de la Estación Espacial Internacional. Washington también restringió la entrega de información a Pekín y endureció la política de visados para estudiantes de ciencias y tecnología.
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Casos recientes de presunto espionaje en Estados Unidos generaron un mayor escrutinio sobre investigadores chinos y fortalecieron la decisión de cerrar el acceso a la agencia.
Contexto político en Estados Unidos
La medida coincide con el endurecimiento del discurso hacia China de la administración de Donald Trump, cuyo gobierno impulsa una línea de confrontación comercial y limita áreas de cooperación científica.
En paralelo, la administración redujo fondos destinados a proyectos de investigación climática y propuso cancelar programas satelitales para monitoreo de dióxido de carbono. Y la NASA enfrenta recortes de presupuesto y personal en medio de debates sobre la orientación de sus misiones de exploración espacial.
Una nueva competencia espacial
El administrador interino de la NASA, Sean Duffy, declaró que Estados Unidos y China participan en una “segunda carrera espacial”. Washington busca mantener el liderazgo histórico en la exploración, mientras Pekín expande sus planes.
El programa Artemis de Estados Unidos prevé un alunizaje en 2027, aunque enfrenta retrasos y sobrecostos. China proyecta enviar tripulación a la Luna en 2030 y desarrolla proyectos que cumplen plazos con mayor regularidad.
Además, China planifica una misión a Marte para traer muestras a la Tierra en 2031, mientras la administración Trump propuso suspender la participación estadounidense en una misión de retorno de rocas marcianas que desarrolla junto con Europa.
Disputa por recursos y tensiones diplomáticas
La competencia no solo gira en torno a llegar primero, sino también al control de los recursos lunares. La superficie contiene minerales estratégicos como tierras raras, hierro, titanio y helio.
Las tensiones bilaterales también aumentaron en el terreno comercial. Desde el inicio de la administración Trump, Estados Unidos y China aplicaron aranceles recíprocos y ampliaron su disputa en foros internacionales.
El presidente chino, Xi Jinping, señaló en la cumbre BRICS que las guerras comerciales interrumpen el crecimiento global y afectan las reglas del comercio internacional.
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Seguridad y visión legislativa
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, sostuvo conversaciones con su homólogo chino y confirmó que enviará un representante al Foro Xiangshan, encuentro anual de seguridad en Pekín.
En el Congreso, legisladores como Ted Cruz defendieron la necesidad de reforzar el financiamiento de la NASA. Según sus declaraciones, el liderazgo estadounidense en la Luna y Marte es esencial para definir las reglas internacionales en el espacio y evitar ventajas estratégicas de adversarios.
VGB